"Se quiebra el golpismo": Bolsonaro condenado marca un antes y un después en Brasil

La Corte brasileña condenó a Jair Bolsonaro a 27 años de prisión por intentar tomar el poder de manera ilegítima tras la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva, el 1 de enero de 2023. La decisión no fue unánime: un solo juez votó en contra.

Según Eleonora Gosman, quien ha entrevistado a numerosos expresidentes de Brasil, el fallo es un hito histórico. "Este juicio no representa una persecución política contra Bolsonaro", señaló, citando al presidente de la Corte, Luis Barroso, y agregó que el proceso marca "una divisoria de aguas en la historia de Brasil". "Se está encerrando un ciclo de atraso en la vida brasileña, marcado por el golpismo y la quiebra de la legalidad constitucional", explicó Gosman.

La periodista subrayó que, a diferencia de casos de corrupción que han llevado a la prisión a otros líderes en América Latina, la condena de Bolsonaro responde exclusivamente a su intento de golpe de Estado. "Acá no hubo corrupción. Nada que ver. Lo que hubo fue un intento de golpe de Estado de parte de Bolsonaro y de un grupo operativo que incluía tres generales y un almirante, que también fueron juzgados", precisó.

Jair Bolsonaro fue condenado por intento de golpe de Estado en 2022

El 8 de enero de 2023, apenas ocho días después de la asunción de Lula, manifestantes irrumpieron en el Palacio de Planalto, el Congreso y el Palacio de Justicia, destruyendo oficinas y robando objetos. "Por eso fue golpe de Estado. En ese momento se pensaba pasarle el poder a una junta militar y convocar nuevas elecciones, excluyendo a Lula y promoviendo a Bolsonaro como candidato", explicó Gosman.

La periodista también comparó los hechos con el asalto al Capitolio en Estados Unidos por parte de seguidores de Donald Trump, aunque destacó diferencias fundamentales: "En el caso de Trump había un cierto grado de espontaneidad. Se sabía que nunca se iba a lograr que los militares tomaran el poder. En Brasil, la violencia fue directa y el plan incluía incluso matar a Lula".

Respecto a la reacción popular, Gosman señaló que las movilizaciones en apoyo a Bolsonaro han disminuido significativamente. "Cuando se lo estaba juzgando hubo manifestaciones en Copacabana y otras ciudades, pero no eran tan grandes. La última, el domingo pasado, reunió apenas 50.000 personas, muy lejos de las manifestaciones masivas de años anteriores", afirmó. Y concluyó: "A partir de este proceso, la situación de Bolsonaro se fue deteriorando desde el punto de vista popular. Se pinchó".

Con esta sentencia, la Corte envía un mensaje claro: cualquier presidente en Brasil debe cumplir la ley y respetar la democracia, consolidando un precedente histórico que podría definir la política del país durante los próximos años.