La ambulancia de Petri, el "tapado" de Orozco, el liderazgo de Stevanato, la vuelta del Mendoexit y el retorno de De Marchi

Recién habrá nuevo gobierno en 2024, a no confundirse con la fecha de elecciones y la de asunción. Mientras tanto, pasa de todo en política. Con un condimento extra: todo puede cambiar en todo este tiempo que queda por delante, en virtud de la profunda crisis del gobierno nacional y el país.

Todo lo que contaremos aquí como repaso de la vida política de Mendoza puede cambiar absolutamente por una sola razón: ¿alguien se ha percatado que no terminará la situación nacional tan rápidamente como cuando se dice, vagamente, "en 2023"? De aquí a la catarata de elecciones municipales, provinciales y nacionales, con o sin Primarias -ya que pueden cambiar las reglas del juego con el partido ya en juego- puede pasar de todo.

El principal dato del que hablaba un grupo de empresarios reunidos el viernes en uno de los anticipadísimos brindis que anticipan el fin de año antes de que empiece el Mundial, fue que el futuro presidente asumirá recién el 10 de diciembre del año que viene, lo que equivale a decir que habrá nuevo gobierno en 2024. Fuerte. Si se lo piensa bien, es mucho. Con un gobierno nacional casi terminado en cuanto a confianza social y con sus propios socios en situación de implosión, parece muchísimo tiempo.

Vale la advertencia para comprender que muchos de los movimientos de piezas que se están produciendo en el tablero político pueden volar de una patada por los aires si la sociedad no aguanta la inercia en la que se mueve la gestión nacional.

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Aunque para no ser pesimistas, hay que decir que puede pasar eso porque el Gobierno "la pegue" y logre bajar la inflación y ponerse competitivo como para volver a ganar y volver a empezar (quien dice que hasta con el mismo presidente Alberto Fernández, o con alguno de sus socios de la actual situación, Sergio Massa o Cristina Kirchner).

Dicho lo anterior, se puede pasar revista al estado de situación de la política vernácula.

La ambulancia de Petri

Luis Petri no deja de reclutar disconformes del radicalismo. Funciona como una ambulancia recogiendo heridos. Los hay, porque no encuentran lugar dentro de la hegemonía que ejerce Alfredo Cornejo. En tensión con él, sin embargo, desde el sector del exdiputado nacional reconocen que Cornejo no lo combate, sino que "lo observa", ratificando que será el "gran elector" entre los que participan de un virtual concurso por ser candidatos a gobernador.

Como lo contara el segmento "La Picada" de los mediodías de Radio Nihuil en la semana, a Petri lo ningunean los otros tres posibles candidatos: Tadeo García Zalazar, Ulpiano Suarez y Daniel Orozco. Sienten en la Fundación Mendocinos por el Futuro que "no lo encuestan para no enterarse de que le va bien". 

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Mientras tanto, Petri no deja de multiplicar en su espacio que podría denominarse como ONG, "no gubernamental", porque lo abonan empresarios y personas que no están en posiciones de gestión estatal, principalmente. Trajo al polémico Fernando Iglesias, al economista liberal Manuel Adorni y próximamente vendrá su novia, la periodista Cristina Pérez para que entreviste en público a Pablo Sirvén, de La Nación, que escribió un libro sobre Esteban Bullrich. También ofrecerá un diálogo público con el abogado Daniel Sabsay.

Coincidencias con Cornejo

Esta tensión entre Petri y Cornejo, sin embargo, encuentra algunos puntos de contacto. El principal es que ambos son muy cercanos a Patricia Bullrich. El otro, es la incursión por las ideas más fuertes del antipopulismo, o el cultivo de la condición de "halcones". 

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El senador nacional estuvo en la semana participando del encuentro organizado en Madrid por la Fundación Libertad de Rosario y la Cátedra Alberdi de Mendoza, con Mario Vargas Llosa, Luis Lacalle Pou, Felipe Calderón, José María Aznar e Isabel Díaz Ayuso, entre muchos otros referentes conservadores y liberales que congrega la Fundación Internacional para la Libertad.

Las Heras, una gran incógnita

El ímpetu que despliega el intendente Daniel Orozco por ser el candidato oficial de Cambia Mendoza a la gobernación irrita a sus correligionarios que buscan lo mismo, pero con más paciencia y menos determinación. Le critican por lo bajo el despliegue de encuestas, algunas muy poco creíbles, que logra filtrar todo el tiempo. Pero le reconocen que "existe" como opción electoral, algo que por ejemplo, no le conceden a Petri, a quien consideran, por poco,  "sapo de otro pozo".

Pero a la vez pasa algo puertas adentro de Las Heras (y que tiene sus réplicas en Capital, Guaymallén y Godoy Cruz) y es que se discute quién lo sucederá en la intendencia.

Descartado uno de sus hijos, el más político, es Fabián "Oso" Tello quien cree correr con el "caballo del comisario". Se le suma que Cornejo empujó a la competencia al presidente de la Cámara de Diputados, Andrés Lombardi. Pero les han salido más competidores y todos hablan de "un tapado" que tendría "in péctore" el propio Orozco. El asunto es que no lo ha mencionado y todos creer serlo y hacen gestos y guiños buscando un ademán autorizador del cacique lasherino que quiere romper con los límites. Ahí es que suben y bajan todo el tiempo al secretario de Obras, Francisco Lopresti, que juega en un equipo interdepartamental que une a los que hacen esas tareas en Guaymallén (Marcos Calvente) y de Godoy Cruz (Diego Coronel). Y, además de la secretaria de Gobierno, Janina Ortiz, ahora retomó el interés por competir por la intendencia de Juan Manuel Filice, el también responsable de la obra pública, pero junto a Ulpiano Suarez en la Ciudad de Mendoza. De origen lasherino, Filice es hijo de Hipólito Juan, histórico dirigente radical de la vieja agrupación Causa Nacional, que liderara José Genoud, y que compitió por ese cargo, también, en 1987 y en 2007, sin éxito.

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El paso del tiempo vuelve más complejo todo en la política. Aquí, el "botón de muestra" del oficialismo lasherino, sin considerar todavía la épica con la que están brotando posibles contrincantes desde el peronismo, que cree usurpado su territorio por parte de los radicales y quieren recuperarlo.

La revalorización de Stevanato

Hay encuestas que reposicionan al intendente de Maipú, Matías Stevanato. Los encuestadores que realizan estudios serios dicen que sirvió el despliegue de un amplio plan de obras y que, de tal manera, la derrota en las elecciones de medio término resultó un aliciente para cambiar de estrategia, mostrar actividad concreta y apuntar a retener la comuna el año que viene.

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Pero su puesta en valor a escala política sucedió cuando "se le salió la cadena" al legislador maipucino Duilio Pezzutti y empezó a criticarlo en las redes, para luego victimizarse. Todos miraron de reojo a Alejandro Bermejo, porque fue su secretario de Gobierno y respondía a su microsector dentro del peronismo maipucino. Pero rápidamente Bermejo pasó a buscar al actual intendente y se mostraron recorriendo obras juntos y lanzándose piropos, para desmentir rupturas o segundas intenciones.

Stevanato, a la vez, consiguió que los hermanos Bermejo lo confirmaran como candidato a la reelección como intendente, con lo cual frenó la onda que venía creciendo de empujarlo hacia una candidatura a gobernador. Sus amigos más cercanos preferirían que esté listo para eso cuando se cierre el ciclo radical, que creen que no ha terminado. De tal modo, piensan que ponerlo como candidato a gobernador en 2023 sería "quemarlo" y solo serviría para sacárselo de encima.

La bravuconada interna de Pezzutti fue útil al 100% para los propósitos de Stevanato, aunque se desconoce el real trasfondo, más allá de lo que ya contara Memo en la semana sobre sus diferencias de criterio para votar el Presupuesto. El kirchnerismo se lo saca de encima, con lo cual, dicen los propios peronistas, queda "como loco malo".

El Mendoexit no ha muerto

Heridos, pero no muertos, los cultores del Mendoexit más como filosofía que como praxis, siguen activos. Hay muchas reuniones de sectores denominados por los grandes como "chicos". Pero algunas de las juntadas se hacen a fin de aglutinar sectores que jueguen como colectoras para Cambia Mendoza y le garanticen continuar dominando los dos tercios del electorado que viene garantizándose con el amplio espectro que contiene en sus listas y cargos.

La experiencia de Vamos Mendocinos, encarada por el Partido Demócrata, no funcionó. Ahora, el viejo partido busca surfear la ola libertaria que representa Javier Milei (aunque también lo pretendió en la anterior elección, con una Mercedes Llano prácticamente mimetizada física y discursivamente con el líder porteño). Ha convocado una cruzada casi confesional con movimientos antiabortistas que involucran a Carlos Iannizzotto, la Fundación Contemporánea (que trabajó con Celso Jaque) y varios más.

Pero Hugo Laricchia, el creador del Mendoexit, exhibe las credenciales de "liberal histórico de hecho" que muchos otros no pueden mostrar por la sencilla razón de que el pasado anclados en el Estado o sus canonjías los condena. ¿Volverá a cuajar su idea, ahora bien explicada y con socios que no le retaceen protagonismo y poder? Muchos dicen que puede hacerlo. Solo hace falta que recargue las pilar y espere... el tiempo será el gran armador.

¿Y De Marchi?

En cuanto a Omar De Marchi, insiste en que como nunca pudo ganar, se congeló su condición de opción como "lo nuevo" de la política. Hay quienes afirman que solo dejará de sentirse "lo nuevo" cuando gane, así sea que pasen 100 años. Pero hoy goza de un altísimo respeto en dos corrientes de acción: el Congreso de la Nación y en Horacio Rodríguez Larreta, que lo puso como su armador sénior en el "interior" del país.

Su rol no es menor. En Mendoza, ha armado un equipo de legisladores propios que lo defiende, aunque no lo reemplazan en el liderazgo, por más cargos formales que les haya prestado. Inclusive, su sobrino Sebastián Bragagnolo está creciendo en las encuestas y tiene perfil propio de liderazgo a futuro.

Pero su intención de ser gobernador choca con su permanencia fuera de Mendoza por las tareas encomendadas por Larreta para la interna partidaria y el esfuerzo para que el PRO deje de ser considerado un "partido municipal" porteño para convertirse en una fuerza nacional con presencia territorial.

Hay reproches cruzados a los que no puede escapar: cuando algo sale mal en alguna provincia, lo culpan de "estar en Mendoza por su candidatura a gobernador" y le bajan el precio de operador nacional. Pasa al revés acá: cuando lo necesitan y está en Chaco o Santa Cruz, por citar ejemplos a tontas y a locas, lo acusan de "no estar en su tierra haciendo lo que tiene que hacer".

Ya sufrió, inclusive, operaciones internas del PRO alimentadas por radicales en torno a que renunciaría a seguir en la misión de armador de Larreta. Pero también dicen que él mismo se ha puesto como límite el mes de diciembre para decidir qué hacer.

Después se verá cómo continúa su actuación en política en Mendoza, si dentro de los dos tercios de Cambia Mendoza o consigue lo que ha buscado afanosamente, sin éxito: que haya nuevamente una tercera opción. 

¿Qué será de Abed?

Muchos imaginan que el vicegobernador Mario Abed no se recluirá en la vida personal tras su paso por el cargo. En los corrillos lo ven volviendo a Junín, su lugar. No ha podido despegarse de allí y sigue siendo una figura central. De hecho, su figura y presencia territorial resulta importante para sostener a Cambia Mendoza en dos comunas en donde hay dificultades, aunque se lo intente disimular: San Martín, con Raúl Rufeil bajo ataque peronista, y Rivadavia, con una escisión fuerte entre radicales y la amenaza sobre Miguel Ronco que representa el concejal y exintendente Ricardo Mansur. Lo ven a Abed conciliando y resolviendo en el Gran Este los problemas que empiezan a hacer mucho eco.

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