El 63% de los argentinos siente estrés y preocupación con frecuencia
En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, una encuesta global revela que mujeres, jóvenes y sectores de menores ingresos son los más afectados por el cansancio, la soledad y la ansiedad. Argentina se encuentra alineada con la media mundial, pero muestra brechas importantes entre grupos sociales y etarios.
La salud mental se consolida como un desafío global, y Argentina refleja esta tendencia. Según un relevamiento realizado por Voices y la red internacional WIN (Worldwide Independent Network of Market Research), que entrevistó a 35.515 personas en 40 países, el 63% de los argentinos experimentó con frecuencia estados de ánimo negativos como estrés, preocupación, cansancio y soledad. La cifra coincide con el promedio mundial, que alcanza el 62-63%.
En América Latina, los países con mayor reporte de malestar emocional fueron Paraguay (68%) y Chile (67%). Brasil (64%), Ecuador (62%), México (60%) y Perú (59%) se sitúan en torno al promedio global, en línea con la experiencia de Argentina (63%).
Grupos más afectados
El estudio muestra que las mujeres y los jóvenes son los segmentos más impactados. En Argentina, siete de cada diez mujeres manifestaron haber sentido estados negativos recurrentes, frente a más de la mitad de los hombres. Entre los jóvenes de 18 a 24 años, la frecuencia de estos estados alcanza el 71%, mientras que los grupos mayores presentan menor afectación: 55% en adultos de 55 a 64 años y 52% en mayores de 65.
Los niveles socioeconómicos también influyen. Las personas de menores ingresos reportan con mayor frecuencia malestares como tristeza, preocupación o cansancio, mientras que quienes pertenecen al nivel socioeconómico alto registran valores inferiores.
Estados negativos más frecuentes
En Argentina, la preocupación (36%) es el sentimiento más citado, seguida por el estrés (33%) y el cansancio (32%). Estas cifras muestran leves diferencias frente a la tendencia global, donde el cansancio encabeza (37%), seguido por preocupación (33%) y estrés (32%).
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Cansancio: 32% de los argentinos se siente fatigado con frecuencia, 41% a veces y 26% rara vez o nunca. La proporción es mayor en mujeres (40%) y en jóvenes de 18 a 34 años (36-37%).
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Preocupación: 36% reporta preocupación frecuente; las mujeres alcanzan 43% y los hombres 28%. Los niveles socioeconómicos bajos muestran un 39%, mientras que los altos caen al 29%.
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Estrés: 33% experimenta estrés frecuente, con un marcado diferencial por género: 41% de mujeres frente a 24% de hombres. CABA registra el mayor porcentaje (39%), mientras que GBA e Interior se alinean con la media nacional.
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Dificultades para dormir: 26% de los argentinos declara problemas de sueño con frecuencia, siendo los jóvenes los más afectados.
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Soledad: 23% de los argentinos se siente solo con frecuencia, sin grandes diferencias de género, aunque los extremos etarios (18-24 y mayores de 65) presentan cifras más elevadas.
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Tristeza, vacío o depresión: 21% la reporta con frecuencia, con mayores niveles en mujeres (25%) y en personas de nivel socioeconómico bajo (26%).
Preocupación por la salud mental de los hijos
Entre quienes tienen hijos, el 34% de los argentinos se preocupa con frecuencia por su bienestar emocional, especialmente mujeres (43%) y personas de 44 a 54 años (44%). La inquietud por la comunicación con los hijos también es alta: 27% teme que los chicos no puedan expresar temas importantes, con mayor incidencia en mujeres (31%) y adultos mayores de 65 años (44%).
El problema de la soledad
A nivel global, el 20% de las personas reportó sentirse sola con frecuencia.
En Argentina, el porcentaje está alineado (23%), el 25% lo siente a veces y el 51% rara vez o nunca. La sensación de soledad crece algo en los dos extremos etarios (25% entre los de 18 a 24 años y los de 65 años y más), y de forma más notable entre los de 25 a 34 años, alcanzando el 28% de menciones, mientras que disminuye en adultos de 50 a 64 años, con un 15%. La soledad es el único estado negativo en el que no se observan diferencias de género significativas.
En síntesis, en Argentina se observa que los segmentos más afectados son las mujeres y los jóvenes. Además, se evidencia que en todos los ítems evaluados la frecuencia de malestar disminuye entre las personas de nivel socioeconómico alto, especialmente en preocupación (donde el valor desciende 7 puntos) y en tristeza, vacío o depresión (donde baja 5 puntos).
En cambio, quienes pertenecen al nivel socioeconómico bajo reportan con mayor frecuencia casi todos los estados negativos, de forma particularmente marcada en tristeza, vacío o depresión, donde los valores se incrementan de manera notable. Si bien el país se mantiene en línea con los promedios globales, las brechas entre grupos son significativas.
El efecto de la edad
En relación con la edad, los niveles más altos de preocupación se registran entre las personas de 44 a 54 años (44%) y entre los mayores de 65 años (58%). Entre quienes no tienen estudios o sólo alcanzaron la educación básica, el 49% expresó una preocupación frecuente. Este valor desciende a 40% entre quienes completaron la primaria, a 31% entre quienes finalizaron la secundaria, y a 35% en el nivel universitario.
En Argentina, un 27% que manifestó esta preocupación frecuente, un 22% que la siente a veces y un 31% que rara vez o nunca la experimenta. Por género, la preocupación frecuente es más elevada entre las mujeres (31%) que entre los hombres (21%).
En relación con la edad, la preocupación aumenta en los grupos de mayor edad: alcanza el 33% entre quienes tienen entre 45 y 54 años, 30% en el grupo de 55 a 64 años y llega al 44% entre los mayores de 65. Respecto al nivel educativo, crece algo entre los que tienen nivel universitario completo (29%) y de forma más notoria entre los de educación primaria completa, donde alcanza al 33%. En cambio, disminuye en el nivel de menor nivel educativo, con un 15%.