1 de cada 7 latinoamericanos desarrollará un trastorno de ansiedad a lo largo de su vida

Un estudio regional revela que la desigualdad económica, la violencia y la brecha de género son factores clave que explican la alta prevalencia de trastornos de ansiedad en América Latina. Expertos alertan sobre la urgente necesidad de políticas integrales de salud mental.

Uno de cada siete latinoamericanos (14,5%) desarrollará un trastorno de ansiedad a lo largo de su vida. Así lo confirma una investigación publicada en The Lancet Regional Health - Americas, que analizó datos desde 1990 hasta 2024, en siete países de la región: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, México y Perú.

Los resultados son contundentes y preocupantes: la ansiedad es una condición altamente prevalente, que afecta hoy al 6,6% de la población y en el último mes al 3,1%. La fobia específica y el trastorno de ansiedad social son los más comunes, con una incidencia mucho mayor en mujeres.

Este estudio va más allá de la simple estadística y pone en evidencia un fenómeno estructural: la ansiedad está profundamente vinculada con la pobreza, la desigualdad económica y la violencia, fenómenos persistentes y acentuados en América Latina. "La pobreza, la exclusión social y la desigualdad son motores de trastornos de ansiedad en nuestra región", afirma el Dr. Erasmo Saucedo, especialista en Psiquiatría.  Y agregó:"El contexto latinoamericano, marcado por altos índices de violencia y desigualdad, genera estrés crónico y problemas de salud mental que requieren respuestas específicas".

A diferencia de otras regiones del mundo, donde el desarrollo económico puede aumentar la detección de trastornos mentales, en América Latina la relación es inversa: a mayor desarrollo humano, menor prevalencia de ansiedad. Esto se explica porque muchos países están saliendo recientemente de la pobreza extrema, y el avance en condiciones sociales y económicas contribuye a la mejora en salud mental.

Las mujeres son particularmente vulnerables, debido a factores sociales como la violencia de género, la desigualdad salarial y la doble carga laboral, además de aspectos biológicos y culturales que influyen en la mayor frecuencia de diagnóstico.

La ausencia de políticas públicas integrales y coordinadas agrava la situación. Según los expertos, es fundamental fortalecer los sistemas de salud mental, mejorar la recolección de datos y aprovechar tecnologías y redes sociales para llegar a más personas. "No se trata solo de abordar la salud desde el sistema sanitario, sino también de implementar políticas sociales, económicas y de género que reduzcan las desigualdades que enferman la mente", concluye la doctora Antonia Errázuriz, autora principal del estudio.


Fuente: Medscape Noticias Médicas

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