Cristina recordó a Kirchner con una foto junto a Bergoglio, quienes jamás se reconciliaron
Un fotograma de Néstor Kirchner sonriente junto a Jorge Mario Bergoglio es la mentira más grande que en fracción de segundos podría proponerse como recuerdo del paso histórico del expresidente, a diez años de su muerte. Su pelea fue a fondo y nunca revirtieron esa relación beligerante.
La relación entre Néstor Kirchner y el entonces arzobispo metropolitano y cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio era tan tensa como la que sostenía con el Grupo Clarín. Ese malestar del kirchnerismo solo cambió cuando el obispo pasó a ser papa Francisco. Hasta ese mismo minuto, la militancia que estaba en un acto en Tecnópolis con Cristina Kirchner y se enteró de la elección en el Vaticano del argentino lo chifló, para quedar bien con su "jefa", pero ella los frenó y desde entonces pasó a ser otro ícono en el santuario del folclore peronista.
"Deseamos de corazón a Francisco I -así se le llamó al principio al luego 'Francisco' a secas- que pueda lograr mayor grado de confraternidad entre los pueblos, entre las religiones, que esa opción por el nombre de Francisco, por San Francisco de Asís, la opción de los pobres, sea la opción que puedan hacer las altas jerarquías para que finalmente podamos volver a reencontrarnos en toda la humanidad, con fraternidad, con amor, con justicia", le dijo CFK a la militancia embravecida.
Los diarios afines al Gobierno no frenaron fotos falsas que vinculaban a Bergoglio con la dictadura y provocaron que medios del mundo se hicieran eco de una historia que resulto una monumental fake news. A tal punto, que con el volantazo posterior, cuando el kirchnerismo se rindió ante el peronismo católico arrebatándole un líder que otros sectores más ortodoxos del movimiento ya había elogiado, Página/12 eliminó de sus archivos las notas en contra del nuevo Papa que había escrito Horacio Verbitsky.
Hoy, borrando una vez más toda una historia de desencuentros entre Bergoglio y Néstor Kirchner, la Vicepresidenta compartió un video conmemorativo del fallecimiento de su esposo en la que se incluye, en un collage de fotogramas y videos, una amistosa foto entre ambos enemigos, que nunca se reconciliaron, reescribiendo la historia de aquella relación.
Tan distante fue esa relación y tan profundo el conflicto, que Néstor Kirchner -de quien hoy se cumplen 10 años de su sorpresiva muerte- llegó a calificar a Jorge Mario Bergoglio de "jefe espiritual de la oposición política". Años después, en 2008, su esposa tuvo que ver cómo el arzobispo metropolitano se reunía con el díscolo vicepresidente Julio Cobos en momentos de altísima tensión política, después de su voto "no positivo" en el Senado que lo distanció a él también de la "Convergencia", el espacio común de kirchneristas y radicales de los que pocos hoy se acuerdan.
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El distanciamiento comenzó un año después de la llegada de Kirchner al poder en 2003, cuando en una de sus homilías, Bergoglio cuestionó "el exhibicionismo y los anuncios estridentes de los gobernantes", en un mensaje que, sin citarlo, parecía dirigido al entonces presidente.
En 2005, Kirchner anunció que no acudiría al tedeum que cada 25 de mayo se celebra en la Catedral de Buenos Aires con motivo de la conmemoración del Primer Gobierno patrio del país. Eso se repitió muchas veces, al punto que una vez el acto se hizo en el Cerro de la Gloria de Mendoza. Meses después de aquella primera vez, el vocero de Bergoglio anunciaba que "no hay relación de la Iglesia con el Gobierno".
Desde entonces, las relaciones no hicieron sino empeorar, agravadas por el recelo de Kirchner, quien consideraba que Bergoglio estaba articulando un proyecto de oposición. "Nuestro Dios es de todos, pero cuidado que el Diablo también llega a todos, a los que usamos pantalones y a los que usan sotanas", llegó a declarar el exmandatario.
Con la llegada de Cristina Fernández a la presidencia en 2007, la celebración del tedeum sirvió nuevamente como téster para medir el grado de confrontación entre Bergoglio y el Gobierno.
El desacuerdo más grande se produjo en julio de 2010 con motivo del "matrimonio igualitario", entre personas del mismo sexo, tema sobre el que ahora fuera de la Argentina parecen desconocer, creyendo que Bergoglio -ya en su rol como Francisco- es un aperturista hacia los sectores homosexuales, cosa que su historia en el país no reconoce como cierta. Salvo que tanto Cristina Kirchner hoy con la foto posteada en el homenaje a su marido y el propio Papa quieran reescribir sus propias historias, haciendo caso omiso a opiniones o antecedentes documentados.
El 9 de julio de 2010, una semana antes de la aprobación del matrimonio igualitario, Bergoglio escribió una carta pastoral en la que descalificaba el proyecto de matrimonio igualitario y movilizó a Playa de Mayo a miles de religiosos orgánicos y de la población en general. Sus términos fueron durísimos y también habló del Diablo, como lo había hecho Néstor Kirchner contra él: "Aquí también está la envidia del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra".
"No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es solo el instrumento) sino de una 'movida' del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios", denunciaba Bergoglio.
La Presidenta le respondió entonces: "Me preocupa el tono que ha adquirido el discurso, se plantea como una cuestión de moral religiosa y atentatoria del orden natural, cuando en realidad lo que se está haciendo es mirar una realidad que ya está", dijo. Y podríamos seguir: hoy es la cuestión del aborto la que los sigue distanciando mientras la militancia vive momentos de referenciamiento meloso con el "Santo Padre" en lo teórico. No opina lo mismo la jerarquía que le responde al pontífice en Buenos Aires, que acaba de amenazar con romper su respaldo al Gobierno si se avanza una vez más, como ya lo hiciera Mauricio Macri, con un proyecto en el Congreso que permita la Interrupción Voluntaria del Embarazo.