La corrida del dólar acelera la suba de la inflación
La fuerte suba de la divisa alteró todos mercados y llenó de incertidumbre a operadores que ya venían muy desconfiados y todo se volcó en subas de precios preventivos. El análisis económico político de Rodolfo Cavagnaro.
Esta semana el dólar tuvo un recorrido alocado cuando llegó a tocar los $500 para luego bajar casi $30 en un juego de locos porque casi no había operaciones. Lo más loco de todo es que en las pantallas donde se hacían operaciones se registraban algunas demandas, pero no había ofertas. Los que tenían, no querían deshacerse de los billetes porque tenían miedo de que subiera mucho más y no poder reponerlo.
En abril el blue subió $76: cuánto rinde el "puré"
Lo cierto es que un mercado ganado por la histeria, alimentada por chismes, comentarios, versiones y otras minucias que iban desde la renuncia del ministro a la de una devaluación del 60%, pasando por una ruptura con el FMI, los nervios se trasladaron a los hombres y mujeres comunes que no operan en dólares pero que sufren sus estallidos. Y preocupó de gran manera a los que se manejan en el rubro de los negocios porque muchas empresas hicieron rápidos movimientos con aumentos preventivos, los que se trasladaron a los precios al público.
Esto se verificó, especialmente, en los productos de consumo masivo como alimentos, tocados y limpieza. En los negocios referidos a otros bienes de mayor valor directamente se suspendieron operaciones porque lo costos de reposición eran muy superiores y la incertidumbre era muy grande. Todos esperaban alguna señal, aunque algunas operaciones, como inmuebles o automóviles ya se venían pactando directamente en dólares.
Tosa la incertidumbre y desorientación se pudo ver en comerciantes que confesaban que cambiaban precios tres veces por semana, dando indicios de algo muy peligroso porque, este ritmo de remarcación se acerca mucho al ritmo de una hiperinflación. Lo cierto es que el miércoles el BCRA, con intervenciones y perdiendo reservas, consiguió frenar la suba y el jueves ya había bajado casi $30. El mismo día, el Banco Central, que había subido la tasa la semana pasada, aplicó una nueva y fuerte suba de tasas, llevándola de 81% a 91%.
Video: en 20 años el precio del asado subió 45.000%
La idea de la autoridad monetaria es hacerla atractiva para que los operadores se desprendan de dólares e inviertan en pesos en esos instrumentos, lo mismo que en Leliq. Sobre el viernes se operó con más tranquilidad, aunque el nivel superior a los $460, con lo cual, si bien no hay corrida, tampoco hay confianza y los inversores consideran que la cotización del blue estaba atrasada respecto de la inflación. El panorama se mantendrá muy volátil hasta que se conozcan los resultados de las PASO. Después, dependerá de ese resultado.
Nuevos puentes transitorios
El Gobierno intentó frenar la corrida con operaciones de venta de bonos y también de ventas de dólares, siendo que era el único oferente y querían hacer bajar el valor nominal. Realmente, en su desorientación, se dejaron llevar por la desesperación de algunos funcionarios y les dieron la razón a los especuladores.
Ahora, el Banco Central dispuso un aumento de las tasas de interés para los plazos fijos llevándola a 91%, casi un 7,6% mensual. En principio puede dar algún resultado, pero hay que estar muy alerta porque si las tasas de inflación siguen escalando, ese nivel resultará poco satisfactorio para frenar a los inversores que quieren usar al billete verde como refugio.
Con esto quiero dejar claro que la situación es muy endeble, las finanzas públicas están muy mal y las reservas del Banco Central están en el límite. Para colmo, no hay muchas perspectivas de que mejoren los ingresos por exportaciones. Es que el dólar oficial está muy atrasado y casi no hay rentabilidad para exportaciones industriales y solo queda algo de margen para solo para materias primas. Pero la sequía hizo muchos daños en las cosechas y por eso la carencia de divisas.
Ahora, el ministro Sergio Massa está intentando conseguir nuevos préstamos de organismos internacionales y también una ampliación de desembolsos del FMI para compensar las pérdidas generada por la sequía. Este rubro, en el cual el ministro tiene muchas esperanzas, todavía es un interrogante ya que no será tan fácil decirle al FMI que no cumplirán los objetivos comprometidos y, además, les piden us$5.000 millones adicionales. En realidad, esa suma les permitiría llegar hasta agosto y, después, dependerá de los resultados de las elecciones PASO.
Los alimentos de la inflación
La inflación, en los niveles a los ha llegado, parece un monstruo con vida propia. No necesita que nadie lo empuje y solo puede tranquilizarse con señales precisas y falta de alimentación. Las señales vendrían de parte de la política, con planes concretos y creíbles que permitan bajar sus niveles. Realmente, hasta ahora, el único que esboza planes concretos es Javier Milei, aunque lo hace con un método un poco brutal, a muchas personas les da miedo. Ese método es el que a muchas personas le genera miedo dicho candidato.
Desclasados: cómo nos vamos cayendo de la clase media
De todos modos, mientras hay peleas en el oficialismo y en la oposición los ciudadanos no saben cómo cubrirse de eventuales locuras de los políticos y por eso se tratan de sacar a plata más rápido de sus bolsillos e invierten en lo que pueden ya sea en comidas, bienes durables o automóviles. Esto acelera la caída en la demanda de dinero, mientras el BCRA aumenta la emisión. En lo que va del año ya han emitido más de 400.000 millones, con lo cual han cubierto el 70% de lo presupuestado para todo el año.
Otro alimento de la inflación son las tasas de interés. Con la nueva suba, crecen todas las tasas de los prestamos o los financiamientos con tarjetas de crédito. Pero también crece las tasas que el ente emisor paga por las Leliq. Esos 10 puntos de aumento implican una emisión adicional de 1.000 millones de pesos. Todas medidas que toman para frenar al dólar terminan presionando sobre los precios, y las tasas de inflación van a presionar al dólar nuevamente.
El otro alimento es la indexación de la economía impulsada por el mismo Estado. En virtud de la misma, para este mes se esperan aumentos en luz, gas, prepagas, combustibles, colegios privados, transportes, entre otros rubros ya han recibido las autorizaciones de aumentos, junto los poco creíbles precios cuidados. Todo este desfile de precios autorizados es realimentado en el mercado porque muchos negocios y empresas que están fuera de controles hacen sus propias previsiones esto terminan alimentando la máquina de subir precios. Con este panorama, no sería raro que repitamos un índice entre 7 y 8% en abril.
Probablemente haya que esperar hasta que terminen las PASO para saber quiénes serán los candidatos de cada partido y ahí podremos conocer con más precisiones cuáles son las propuestas concretas de cada candidato para enfrentar este verdadero flagelo, nacido de la mala praxis de la política en la Argentina.