Máximas en la etiqueta, raíces en la tierra

Desde Guaymallén, estudiantes y docentes de la Escuela Técnica Nº 4-025 "Los Corralitos" cultivan futuro con sus manos: educación técnica, producción agroindustrial y vinos que enseñan tanto como emocionan. Escribe Juan Marcelo Calabria.

Juan Marcelo Calabria

Hay lugares donde la educación no solo forma, sino que transforma. Esta semana, guiado por la impronta sanmartiniana y la vocación docente compartida con queridos amigos, visité la Escuela Técnica Agrícola 4-025 de Los Corralitos, en el corazón productivo de Guaymallén. Allí, bajo la dirección del Profesor Walter Arias - compañero de ruta y colega entrañable- fui testigo de una experiencia educativa que honra la tierra, la cultura, nuestra identidad y también el futuro, en el marco de la presentación de los vinos 2025 "Bicentenario de las Máximas a Merceditas".

Antes conocida como Bachillerato Técnico Agrario (BTA), esta institución se ha consolidado como un verdadero semillero de saberes aplicados del espectro productivo más arraigado. En doble turno, sus estudiantes aprenden haciendo: cultivan huertas, cuidan viñedos, elaboran mermeladas, salsas, espumantes, licores, chacinados y miel. Todo esto sucede en la finca escolar que rodea el edificio de Severo del Castillo al 4800, en pleno cinturón agrícola mendocino, con casi 4 hectáreas productivas y con más de 700 estudiantes que asisten a dicho establecimiento.

Pero más allá de la técnica, lo que se respira en cada rincón es arraigo, cultura, tradición y trabajo colaborativo. La escuela no solo enseña a producir, sino a permanecer y progresar. A creer en el valor de quedarse, de apostar por el trabajo en el territorio, de construir comunidad desde la educación. Madres y padres, docentes, cooperadora y vecinos se entrelazan en una red de afectos y esfuerzos que sostiene a las nuevas generaciones.

Máximas en la etiqueta, raíces en la tierra

Los jóvenes participan activamente en clubes escolares que van desde la apicultura hasta la lectura, donde incluso algunos se animan a escribir y publicar sus propias obras. En la huerta, la chacra, el laboratorio, la bodeguita y las colmenas, se forjan no solo productos, sino identidades. Es una verdadera caricia para el alma verlos crecer entre saberes y sueños.

Y como esta columna celebra el vino y la comida como expresión de nuestra cultura e identidad, no puedo dejar de destacar la nueva línea vitivinícola de la escuela, presentada en homenaje al Bicentenario de las Máximas que San Martín escribió para la educación de su hija Merceditas. Cada botella lleva en su contraetiqueta una de esas máximas, junto con una explicación de su significado y un breve comentario del proceso de elaboración. Una lección de historia, ética y trabajo en equipo embotellada con orgullo, mucho esfuerzo, trabajo en equipo entre docentes y estudiantes y sobre todo mucha pasión.

Entre sus creaciones se encuentran un torrontés vibrante, un blend elegante de Malbec y Cabernet Franc, y vinos licorosos que sorprenden por su calidad y carácter. Son vinos nacidos del conocimiento técnico, la pasión vitivinícola y el compromiso educativo. Vinos que enseñan, emocionan y celebran, a la vez que preparan a los futuros técnicos para el mercado laboral y el ámbito productivo.

Máximas en la etiqueta, raíces en la tierra

La Escuela Técnica Agrícola 4-025 de Corralitos es mucho más que una institución: es un faro de futuro, una usina de talentos y una muestra palpable de lo que sucede cuando la educación se vincula con la producción, la cultura y el territorio. Al tiempo que rescata lo mejor de nuestras tradiciones y pilares identitarios como en este caso entrelazar una línea de vinos de producción de la escuela con el legado de principios y virtudes de vida que el Libertador plasmó a través de las ya famosas Máximas para la Educación de Mercedes, documento de su fuero íntimo, pero que muestra cabalmente la gran coherencia entre su faz pública y su vida privada de quien fuera Gobernador Intendente de Cuyo: José Francisco de San Martín.

¡De esta manera quiero rendir homenaje en esta hermosa escuela, a todas las instituciones de educación técnica de la provincia, desde cuyo legado, generación tras generación construyen futuro, cada día, desde nuestra querida tierra mendocina! Una pequeña pero sentida reseña de una jornada maravillosa, y que cumple sin duda con nuestra premisa: nada mejor que un buen vino para contar una buena historia! Desde aquí ¡salud por Mendoza y sus docentes!

Máximas en la etiqueta, raíces en la tierra

Máximas en la etiqueta, raíces en la tierra


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