Ratificaron el procesamiento a un funcionario de la UNCUYO por abuso de autoridad

Se desempeñaba en el Rectorado cuando una compañera lo denunció. Como se trata de una dependencia nacional, intervino la Justicia Federal.

Gabriela Guilló

Una grave denuncia cayó contra un funcionario de la UNCUYO. Desde los Tribunales Federales le dictaron el procesamiento, sin prisión preventiva por el delito de abuso de autoridad y violación a los deberes de funcionario público. Y esta semana fue ratificado por la Cámara Federal de Apelaciones.

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El procesado (O.P.) ocupa actualmente un cargo dentro del Rectorado de la casa de altos estudios y fue denunciado por una compañera de trabajo. Esta semana la Cámara Federal de Apelaciones confirmó su procesamiento.

En 2017, durante la gestión de Daniel Pizzi, O.P. ingresó a la Secretaría de Vinculación Universitaria donde compartía oficina con la denunciante. Si bien siempre lo describieron como un compañero con trato algo brusco, la relación fue cordial hasta mediados del 2018, cuando el hombre interceptó a quien fuera su subordinada en un pasillo del rectorado y la invitó a tomar un café.

Ante la negativa de la mujer, según surge del expediente, él decidió confesarle que no podría manejar sus sentimientos hacia ella, ante lo que ella le contestó que el sentimiento no era recíproco. Básicamente, la denunciante nunca le manifestó, ni mostró señales de interés, y le recomendó ir a terapia. 

Tras esta declaración, y a pesar del rechazo, el hombre comenzó a acercarse cada vez más a su compañera y a invadir su espacio (todo este relato fue admitido para procesarlo).

"Tomaba mi celular y lo revisaba, se sentaba en mi escritorio, miraba que hacía en mi PC y corregía mis notas cuando las estaba redactando y sin que yo se lo pidiera", declaró la mujer en la denuncia que terminó con un procesamiento en primera instancia ratificado por la Cámara.

En el expediente también se observa que la mujer le comentó lo sucedido a otro compañero, y que éste le respondió que O.P. "es así, impulsivo. Como un animalito".

Sobre el procesado, en la causa judicial también se menciona acoso, chistes ofensivos hacia las mujeres, sobre el cuerpo de su compañera, comportamientos que se alternan con maltratos. Todas estas conductas son justificadas por sus compañeros, porque "él es así".

La mujer relató en la causa judicial que a mediados de 2019, en medio del acoso que padecía, el hombre se inscribió en una maestría que ella cursaba desde finales del 2018. Ella consideró que, de esta manera, el hombre seguía invadiendo sus espacios.

Los mensajes de texto en horas no laborales eran continuos, lo que acrecentó el miedo de la víctima, quien tenía una relación de subordinación con el acusado, debido a que éste era quien manejaba la caja chica del Rectorado y con esto, los sueldos de los compañeros.

Debido a la situación vivida, la víctima lo denunció en la Justicia Federal y desde la UNCUYO decidieron poner al hombre solo a cargo de funciones administrativas y prohibirle el contacto con la mujer, quien al poco tiempo dejó su lugar de trabajo.

Si bien O.P. apeló el procesamiento, desde el Cámara de Apelaciones indicaron que el comportamiento descrito se encuadra en violencia de género y debido a su puesto a la violación de los deberes de funcionario público, por lo que confirmaron la decisión de primera instancia.


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