Opinión

Cuánto es tu sueldo en dólares

"Para disfrutar de un peso fuerte que no nos haga pensar en dólares, nuestro país debe incrementar su producción" dice Pablo Gómez, autor de este interesante análisis.

Pablo Gómez

La dolarización de hecho que tenemos en nuestro país, nos lleva a medir nuestros ingresos en esa moneda extranjera, y a comparar lo que se puede comprar con esos billetes en Argentina, con lo que se podría obtener con la misma cantidad de dinero en algún otro país vecino; como si fuera posible para quien habita en estas tierras cobrar aquí, cambiar a la moneda verde, y salir a comprar en el extranjero, con costo cero de traslado y tiempo.

Pero la realidad es que, en esos momentos en que el dólar es "pisado" por el gobierno de turno para que no suba (que es cuando podríamos alegrarnos de lo alto que es nuestro sueldo en esa moneda) preferimos recordar que las naranjas o la lata de cerveza son más baratas en Brasil que en el almacén de la esquina, siempre tomando el precio en billetes estadounidenses. A la inversa, cuando el Poder Ejecutivo Nacional decide "liberar" los mercados y las monedas extranjeras suben, ahí sí, nuestra reflexión directa es que nuestro sueldo es menor que el de los países vecinos, sin importarnos en lo más mínimo que podríamos aprovechar para comprar naranjas y cervezas.

Aunque lo cierto es que, salvo excepciones, nuestros sueldos no son en dólares. Y cuando el billete estadounidense cotiza en alza, los precios de los productos que habitualmente compramos no se incrementan en la misma proporción que esa moneda (aunque por lo general sí suben). Ni siquiera los precios de productos importados (por ejemplo los dispositivos electrónicos) se incrementan exactamente igual que el dólar, quizá por causa de una reducción en el margen de ganancias de quienes intermedian en esos mercados. Es más, en muchos países cercanos de nuestra querida América, el salario promedio es de algunos pocos dólares y aun así quienes habitan en esos países siguen su vida normalmente. Por supuesto, esa "normalidad" no es necesariamente buena ni aceptable para una persona que habita en las pampas; hablamos de habitantes de Latinoamérica que subsisten sin tecnologías ni viajes al extranjero, entre otras falencias más graves, por lo que no es la idea ensalzar ese modelo de salarios bajos en dólares: la vida moderna, a la que deberíamos aspirar para todas las personas que viven en el planeta, incluye salud y tecnologías generalmente importadas, algo imposible de sustentar con salarios que no son similares a los de los países productores de esos insumos.

Porque en definitiva, cuando el dólar sube, no sube. Lo que ocurre es que nuestro peso argentino se devalúa. Y esto ocurre porque cada moneda nacional no es más que el reflejo de la economía del país que la genera. Esto es, si la economía nacional no funciona, el peso se devalúa; y no hay economistas ortodoxos ni heterodoxos que puedan hacer más que poner parches de corto plazo.

Y en mi opinión, la economía argentina no ha funcionado, salvo en contadísimas excepciones, y en situaciones en las que ha estado subida a olas mundiales favorables, y casi siempre por debajo del promedio del crecimiento económico planetario. Tampoco vale recordar con nostalgia las leyendas de cuando éramos "el granero del mundo": ni mis antepasados, ni los tuyos (probablemente) fueron parte de ese granero. La gran mayoría de quienes habitaban el país en esas épocas estaban fuera del sistema que actualmente tenemos y pretendemos para todas las personas, que incluye entre otras cosas jubilaciones, obras sociales y vacaciones pagas, por lo que (según creo) las virtudes de los lingotes de oro desparramados por los pasillos del Banco Central no eran más que mezcla de mito con injusticias sociales.

Por esto es que, en definitiva (y en mi humilde opinión) para disfrutar de un peso fuerte que no nos haga pensar en dólares, nuestro país debe incrementar su producción. No solo de insumos primarios como soja, sino también de servicios y de productos manufacturados, para cuya realización es necesaria mano de obra calificada. Y para esto, es importante incrementar el principal insumo nacional, o mejor dicho, reencauzarlo: estaría bueno que nos enfoquemos en aumentar los estándares en educación, y en potenciar toda esa inteligencia que desperdiciamos intentando usar la "viveza criolla", que claramente no funciona en un país lleno de supuestos vivos. Debemos, como Nación, encauzar las capacidades intelectuales de quienes habitan nuestro país, convirtiendo viveza en educación de calidad: pero solo hasta que el resto del planeta quiera cobrar su sueldo en pesos argentinos...

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