Política monetaria

El Banco Central endureció las reglas cambiarias en plena jornada de vencimientos de futuros

La Comunicación A 8311 publicada este 29 de agosto fijó nuevos límites para las posiciones en dólares de los bancos. La medida busca frenar la volatilidad en un mercado marcado por el "día del fixing" y generó fuerte malestar en el sistema financiero.

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) sorprendió este viernes a las entidades financieras al introducir cambios en la operatoria del mercado cambiario, justo en el cierre de mes y en medio de los vencimientos de contratos de dólar futuro correspondientes a agosto.

La Comunicación A 8311, emitida el 29 de agosto, impone tres modificaciones principales. Desde el 1° de diciembre de 2025 la Posición Global Neta Negativa de Moneda Extranjera (PGNME) pasará a controlarse de manera diaria. Además, desde esa misma fecha, las posiciones en contado que resulten negativas no podrán superar el 30% de la Responsabilidad Patrimonial Computable (RPC) del mes previo. Y, con aplicación inmediata, quedó prohibido que los bancos incrementen su posición de contado el último día hábil del mes respecto del saldo anterior. Esta última disposición es considerada la más relevante.

" La norma busca prevenir excesivas volatilidades en las posiciones de las entidades que puedan generar disrupciones en el mercado", explicaron voceros de la autoridad monetaria a Infobae.

La decisión se conoció en un contexto de tensión con los bancos. Tras la eliminación de las Letras Fiscales (LEFI) en julio, el sistema financiero recibió una inyección extraordinaria de liquidez. Frente a ese escenario, el Central reforzó los encajes -fondos que las entidades deben inmovilizar a tasa nula o casi nula- y aumentó su presencia en el mercado de futuros, incluso con pérdidas significativas durante la gestión de Javier Milei.

El trasfondo político-financiero

La decisión se inscribe en un clima de enfrentamiento con el sector bancario. Tras la eliminación de las Letras Fiscales (LEFI) en julio, el sistema financiero recibió un fuerte flujo de liquidez. Para absorber pesos, el Central reforzó los encajes -fondos que los bancos deben inmovilizar a tasa nula o mínima- y multiplicó su presencia en el mercado de futuros, incluso a costa de pérdidas significativas durante la gestión de Javier Milei.

En el oficialismo persiste la queja de que las entidades no acompañan la transición hacia un nuevo esquema de política monetaria. Que la regulación se haya publicado en el último día hábil del mes, alterando las condiciones de juego en medio del fixing, incrementó la tensión con los bancos. "Es todo muy kirchnerista", resumió con crudeza un operador del mercado.

El rol de los futuros

Desde julio, cuando el dólar avanzó cerca de 14%, el BCRA reforzó su estrategia en los contratos de futuros, ante la imposibilidad de vender reservas en el mercado spot sin superar el techo de la banda cambiaria pactada con el FMI. Por eso concentró su acción en futuros y en la suba de tasas de interés.

El contrato de agosto, que venció este viernes, llegó a operar en tasas negativas: se pactaba a un valor inferior al contado. Según analistas, esa distorsión respondió a la presencia de un gran oferente dispuesto a bajar los precios para evitar un salto en la cotización.

Qué significa la PGNME

La Posición Global Neta de Moneda Extranjera es la herramienta con la que el Central regula la exposición en dólares de los bancos. Limita su capacidad de compra o venta tanto en contado como en futuros para evitar que se conviertan en actores determinantes de una corrida cambiaria.

La Comunicación A 8311 no modificó los topes vigentes, pero sí la frecuencia de control y, sobre todo, el margen de maniobra de las entidades en la última rueda de cada mes. El espíritu de la circular es claro: los bancos no pueden guardarse capacidad de compra para presionar el tipo de cambio en el fixing de fin de mes. 

En julio trascendió que el Central alcanzó su mayor nivel de intervención en futuros en tres años. La posición vendida se incrementó de manera significativa y permitió frenar la suba del dólar tras la salida de las LEFI. Esa operatoria coincidió con el salto de 14% en el tipo de cambio y se convirtió en el principal instrumento para contener la volatilidad.

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