Economía

Entre Washington y el mercado: señales de un nuevo equilibrio económico

La posible asistencia de Estados Unidos refleja una apuesta geopolítica y financiera por la estabilidad argentina. Sin embargo, su efectividad dependerá de la capacidad del Gobierno para combinar ortodoxia fiscal, reformas pendientes y acuerdos políticos duraderos.

Juan Barboza
Gerente de Research Mariva.Economista con experiencia laboral en políticas económicas y educación relacionadas con mercados emergentes, macroeconomía y mercados internacionales de capital. Especialidades: Análisis Macroeconómico.

Hasta el marte próximo habrá que esperar para conocer los detalles de la ayuda financiera que el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos ofrecería al gobierno argentino. Sin información oficial, se especula que el fondo de estabilización cambiaria del Tesoro americano acordaría un swap de monedas con el Banco Central Argentino por un monto cercano a 20.000 millones de dólares. Para ello convertiría en dólares parte de sus tenencias en Dex a través de un acuerdo con el FMI o la Reserva Federal.

Se presume que los dólares a depositar por el Tesoro de los Estados Unidos podrían ser utilizados para respaldar de alguna forma el servicio inmediato de los bonos argentinos en moneda dura. No está claro aún el mecanismo y si la iniciativa sería complementada con otras acciones del Tesoro Americano. En tanto, los bonos argentinos siguen comercializándose con paridades bajas a la espera de novedades concretas.

Las declaraciones del secretario del Tesoro de los Estados Unidos sugieren que su gobierno ofrece contundente ayuda por razones geopolíticas que van desde una alianza por afinidad ideológica a un intento de disminuir la influencia de China en el hemisferio occidental. La ayuda financiera podría dar un espacio importante para que en tanto Argentina logre acceder al mercado internacional de capitales para refinanciar sus deudas.

Pensamos que el tesoro de los Estados Unidos espera que el gobierno argentino continúe con los objetivos y refuerce las políticas acordadas con el FMI en abril. Es decir, un resultado fiscal primario superavitario y una recomposición del colchón de liquidez externa para atender shocks, es decir, incrementar las reservas internacionales. Para ello, debería profundizar la flexibilidad cambiaria, continuar removiendo controles cambiarios y normalizar la política monetaria.

Un punto no menor es la insistencia en que el programa debe contar con un amplio apoyo político interno, en particular con un ojo en una serie de reformas estructurales pendientes como la impositiva y la laboral. El mercado parece descontar que el sistema de bandas cambiarias será modificado después de las elecciones legislativas y que un necesario programa oficial de compras de divisas implicará al menos inicialmente un peso más débil que el techo de la banda.

Eso se hace evidente en la fuerte demanda de cobertura cambiaria que el Banco Central y el tesoro satisfacen vendiendo dólares, futuros de dólar y bonos dólar link. El nuevo esquema cambiario por implementar es materia de especulaciones que van desde nuevas bandas hasta flotación sucia o total. Todas en un marco de menores regulaciones cambiarias y una política monetaria más sólida.

Como se mencionó anteriormente, los ajustes en política monetaria y cambiaria y la agenda de reformas y el presupuesto fiscal a discutir en el Congreso muy probablemente necesiten que el gobierno rearme sus alianzas políticas aun asumiendo un resultado electoral positivo y una mejor representación oficial en el Congreso.

Los acercamientos con el expresidente Mauricio Macri y las alianzas con su partido político van en esa dirección y posiblemente se amplíen a algunos gobernadores provinciales una vez que termine la campaña electoral. Hay así una oportunidad para que el riesgo país disminuya con el menor ruido y riesgo político junto con políticas económicas más sólidas.

Se aprecia de los bonos en dólares en ese escenario puede ser significativa, en particular en los de mayor duración como el Global 35 y 38. Por otro lado, una vez estabilizada la demanda de pesos, las tasas de interés domésticas podrían descender, pero ser de todos modos muy atractivas dando lugar a una compresión de spreads en los bonos ajustables por inflación.

Por el contrario, continuar con un desorden político no es un escenario atractivo para estos ajustes.

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