Alejandro Vigil, en el Día del Vino: la importancia de la identidad, el comercio en la frontera y el "boom" brasileño que siempre hay que cuidar
El reconocido wine marker Alejandro Vigil se refirió a la potencialidad del mundo vitivinícola, cómo adaptarse a los cambios que se vienen y la importancia de destacar la identidad vitivinícola de Mendoza en el mundo.
Cada 24 de noviembre se celebra el Día del Vino argentino, la bebida emblemática de Argentina y sobre todo de Mendoza. Alejandro Vigil habló en "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, y se refirió a la actualidad de la vitivinicultura, los desafíos que se avecinan y la importancia de siempre destacarla como un rasgo identitario de Mendoza.
"El vino es parte de nuestra cultura, de Argentina y de Mendoza. Es muy importante que festejemos y que entendamos la importancia que tiene en nuestra provincia la vitivinicultura. El día del Malbec también es otro día importante para poder hacer ese tipo de cosas, me parece fundamental. Me ha tocado estar en Francia en el Día del Beaujolais y se hacen unas fiestas tremendas, donde sacan los barriles de vino de las bodegas, los abren y comparten en la calle. Me parece que tenemos que volver a esas festividades que nos dan un rato de alegría y felicidad. La salud mental, que tanto hablamos, esto contribuye mucho", comentó Vigil.
El empresario vitivinícola se refirió al fenómeno que existe en la frontera entre Argentina y Brasil, en donde ciudadanos brasileños se llevan decenas de cajas de vino mendocinos: "Ellos tienen un impuesto al vino que es altísimo, que puede llegar a triplicar el valor del vino de Mendoza y de Argentina. Utilizan la frontera como nosotros la utilizamos para comprar relojes y iPhones, ellos la utilizan para comprar vino. El mercado brasileño ha sido, no solo para el vino sino también para el turismo, nuestro caballito de batalla que nos ha dejado desarrollar y que tenemos que seguir cuidando permanentemente, porque el día que no lo hagamos estamos perdiendo a quienes nos inventaron".
En esa línea, explicó que todo se trabaja a través de distribuidores: "La idea es no vender mucho en frontera porque le trae un problema grande a nuestro importador, quienes nos compran a nosotros en bodega. Es un problemón porque ellos si tienen que pagar el impuesto y se da este mercado del vino, que está tirado básicamente en una zona en donde hacen 30 o 35 grados, tiene una serie de inconvenientes, pero es un mercado que está, que existe y que es muy fuerte".
Por otro lado, Vigil se refirió a las nuevas tendencias como el vino sin alcohol y cómo hay que adaptarse a ellas sin perder la identidad: "Creo que acerca gente, por más que sea sin alcohol es un producto hecho genuino con uvas que cultiva gente acá y que cosecha. La otra parte que tenemos que ver es cómo los acercamos a que vengan. Si se da, buenísimo, pero estamos en una etapa de conocimiento de estas situaciones. Son bastante modernas, llevan 3 o 4 años. Va a depender mucho de la calidad que nosotros hagamos estos productos, hacía donde apuntamos y que sigamos entendiendo que la vitivinicultura tiene un desarrollo no solamente en estos vinos sin alcohol, sino un desarrollo muy potente que ha sucedido en Argentina y que lo hemos hecho muy rápido que es darle sentido al sitio de dónde viene el vino, el origen, y eso no es menor".
Además, resaltó que la idea es promocionar el vino y mostrar todas sus potencialidades desde espacios como Wine of Argentina: "Yo creo que convertirnos en una vinoteca es un error grandísimo, creo que tenemos que pensar mucho más allá de la venta de una caja de vino, sino mostrar nuestra identidad y mostrarle a una persona que viene de otro lugar del mundo, o del mismo país pero que no tiene tanto conocimiento, qué es la vitivinicultura. Hay una posibilidad de hacer crecer a la vitivinicultura a través de esto que nos está pasando, o lo mismo que nos ha pasado con la estrella Michelin que la tenemos en Mendoza por ahora, o lo que hemos hecho con nuestro paisaje: antiguamente venían a la montaña, hoy vienen a la bodega y queremos mostrarle la montaña, hay posibilidades de mostrarle todo lo otro que somos. Era un contrato por tres años, hay que ver si la Nación lo renueva, la estrella Michelín te pone a nivel internacional como un lugar gastronómico de excelencia. En nuestro caso es una puerta de mirada a nuestros vinos también".
A su vez, comentó sobre la apertura de nuevos espacios con el sello Vigil en Mendoza y en la Argentina: "Medio loco lo que hicimos, porque tenemos ya un Chipirón, un pedacito del Atlántico en Mendoza le digo yo, y ahora abrimos en Palmares La Cantina de Chipirón, que es algo más relajada donde mostramos más vinos blancos y rosados que vienen con esta comida con un estilo más argentino. Y luego abrimos en Cardales, en Campana, una pequeña sucursal de Casa Vigil Bodega: es una cosa muy loca de dos hectáreas donde hemos plantado dos terrazas de viñedos, tenemos un mercado, todo cercano al vino. Hicimos una hectárea y media en terraza que nos encantó, es una forma de acercar ese paisaje mendocino a Buenos Aires, que finalmente es nuestro mercado número 1".
Finalmente, Vigil destacó que el vino es una parte nuestra y que hay que seguir trabajando: "Hay que seguir trabajando y entendiendo que hay una evolución a largo plazo, en la vitivinicultura nada es a corto plazo y eso es lo bonito de nuestro trabajo: que vas dejando sitio para que siga creciendo esta cadena que se forma de viticultor en viticultor, dando a conocer lo que va pasando y las nuevas cosas que van trayendo los chicos que son más jóvenes. Este feriado es para mover el turismo, darle volumen a todas estas cosas que tenemos en Mendoza. Por suerte hubo mucha gente, de la misma Argentina, es una forma de dar a conocer el vino".