Trabajar para ser pobre
Los datos oficiales del INDEC muestran un pronunciado descenso de la pobreza con respecto a 2024 por la caída de la inflación. Sin embargo, los ingresos medios siguen por debajo de la Canasta Básica Total.
Particularidades, de los datos estadísticos que por momentos parecen no reflejar la realidad que se observa en las calles.
Los últimos datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) publicados por el Indec esta última semana, reflejan promedios de una realidad económica y social nacional, medida de forma parcial.
La primera aclaración respecto a estos datos, es que el Indec sólo releva a los 31 aglomerados urbanos más densamente poblados del país. Es decir, en el caso de la provincia de Mendoza, no hay unsólo dato concreto sobre la situación social en el Este provincial, Valle de Uco y tampoco del Sur provincial.
La medición, está basada en lo que sucede solamente en los departamentos del Gran Mendoza y no expresa con claridad realidades sociales y económicas de las distintas regiones de la provincia.
Pero volviendo a los datos oficiales, respecto a la población asalariada, se registraron un total 9.463.076 personas con ingreso promedio de $824.242.
El dato, contrastado con la canasta básica total para marzo de 2025, es más que elocuente: una familia tipo necesitó $1.176.967 para no ser considerada pobre al terminar el primer trimestre.
Es decir, al promedio de personas asalariadas, les falta -$352.476pesos para llegar a fin de mes. O dicho en un tono aún más duro, la mayoría de las personas que trabaja y tiene un salario, no le alcanza para salir de la pobreza.
Además, otro dato que aporta la EPH, es que el ingreso promedio per cápita del total de la población relevada, según el INDEC 29.847.123 personas, alcanzó los $541.198 pesos al término del mes de marzo.
Y sobre los ingresos individuales de las personas, el 62,5% de la población total relevada, es decir unas 18.650.087 personas, percibió algún ingreso promedio igual a $855.714 pesos.
La informalidad, un problema estable
Otros datos que surgen de la Encuesta Permanente de Hogares, es que el nivel de informalidad laboral.
La tasa de informalidad al mes de marzo fue del 42,0%. Además, los datos oficiales indican que el 72,7% de los ocupados son asalariados; de ellos, el 36,3% no cuenta con descuento jubilatorio, es decir, son informales. Dentro de los asalariados informales, sólo el 17,1% realiza aportes propios.
Aquí también vale la pena analizar que de la muestra total de la EPH, es decir 29.847.123 personas, sólo 13,3 millones se encuentran ocupadas.
De ese total de personas que tienen una ocupación, 6,1 millones cobran salarios de manera formal o son monotributistas con descuentos jubilatorios.
Pero, las personas en la informalidad alcanzan los 3,5 millones según el Indec y los no asalariados, suman a 3,6 millones de personas más. Estos últimos son trabajadores que no tienen un contrato laboral formal con un empleador y, por lo tanto, no reciben un salario fijo mes a mes o en muchos casos, no están cubiertos por la seguridad social.
Salarios vs Inflación
Por último, la lógica de la evolución salarial también debe ser contrastada para comprender porqué muchos trabajadores no salen de la pobreza.
Si se toma como referencia la evolución de los salarios desde marzo de 2024 a mismo mes, pero del 2025, la variación fue positivia un 85,7%.
En ese mismo lapso de tiempo, la inflación oficial o Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue del 55,9%.
Aunque los datos oficiales, de acuerdo al Índice de Salarios también señalan que los sueldos crecieron por encima del ritmo de inflación, la base o punto de partida de esos sueldos, es bastante dispar.
Por ejemplo, los estatales tuvieron un ajuste promedio del 66,7% entre marzo de 2024 y mismo mes del 2025; mientras que los privados registrados lograron un aumento del 75,8% en promedio y los informales percibieron una suba del 183,1%, en promedio.
Claro que, un trabajador camionero o un aceitero, sólo con el sueldo básico de marzo de 2024, que ya era de $1.800.000 pesos, cubriría la canasta básica total de marzo de este año.
Mientras que un empleado de comercio, con un salario básico de $658.000 pesos hace un año atrás, si se le aplicara el incremento promedio del Indec para el sector privado (75,8%), apenas llegaría a $1.156.764 pesos este año y no cubriría la canasta básica total del Indec a marzo por $1.176.967 pesos.
Con todo, no es que éste análisis pretenda discutir los datos oficiales por parte del Indec, pero sí advertir que los salarios promedio, la base o piso salarial de 2024 y el alto nivel de informalidad de los trabajadores, siguen mostrando que aunque los salarios en promedio le ganaron a la inflación, todavía no alcanzan en muchos casos para cubrir la totalidad de la canasta básica total.
Con los datos parciales del Indec al término del primer trimestre y la expectativa del gobierno sobre la salida de la recesión, bien valdrá esperar al término del segundo semestre, para comprender si mejoró la calidad del empleo y por ende de los salarios.