Más incertidumbre: cómo afecta la guerra en Medio Oriente a la Argentina

El periodista económico Ismael Bermúdez advirtió, en su habitual columna por Radio Post, que el conflicto entre Irán e Israel ya repercute en los precios de los combustibles, encarece las importaciones y agudiza la fragilidad financiera local.

La escalada bélica en Medio Oriente entre Irán e Israel comenzó a provocar impactos económicos más allá de la región. Según explicó el periodista Ismael Bermúdez en su habitual columna en Radio Post, la Argentina ya siente algunos efectos concretos: suba del precio de la nafta, mayor presión sobre los costos de importación y creciente incertidumbre financiera en un contexto local ya inestable.

"El alza del precio de la nafta, del combustible aquí en la Argentina, es el primer sacudón", señaló. A su juicio, el precio del petróleo puede seguir subiendo si Irán toma medidas de represalia en el marco de la guerra. "Va a depender también del desarrollo de esta guerra y de las medidas que podría llegar a tomar Irán para que el precio del petróleo pegue otro salto".

Uno de los escenarios más temidos es un cierre del Estrecho de Ormuz, paso clave para el transporte marítimo de petróleo. "Si cierra el Estrecho de Ormuz, el comercio internacional sufriría un golpe muy fuerte", advirtió Bermúdez con crudeza.

Más costos para importar y menos dólares

A la suba del crudo se suma el encarecimiento de los fletes y los seguros, algo que impacta directamente en el comercio exterior argentino. "Eso repercute negativamente en la balanza comercial o el balance cambiario, porque es un encarecimiento muy importante de los productos que la Argentina importa", explicó.

El contexto también genera tensión en los mercados financieros. "Se está evaluando cómo va a quedar la Argentina si los bonos, las acciones, etcétera, pueden llegar a tener alguna afectación como resultado de esta situación tan pero tan terrible que estamos viendo por televisión, pero que está dejando víctimas por todos lados".

Bermúdez también señaló que la intervención directa de Estados Unidos en el conflicto "coloca a la guerra en otra dimensión" y agrava la incertidumbre global. "Desde el punto de vista económico y comercial estamos en un nivel de incertidumbre muy grande. Y eso lógicamente no le viene bien al mundo y tampoco a la Argentina", resumió.

Un consumo débil que no repunta

En el plano doméstico, el periodista anticipó que se conocerán nuevos datos sobre la actividad económica. "Si bien tienen algún retraso, pueden ir marcando una tendencia, si se consolida o no el repunte económico", dijo. Sin embargo, aclaró que el desempeño es muy desigual: "Hay sectores que le va bien, sectores que no le están yendo bien, especialmente aquellos donde se emplea más mano de obra.

Por eso los niveles de empleo siguen bastante deprimidos, también sigue deprimido el consumo familiar, no aquel que se produce al comprar un auto o un electrodoméstico grande que quizá con ahorros o con rentas financieras está consolidando; pero los números muestran una chatura muy fuerte en las compras familiares". 

Este comportamiento heterogéneo se traduce en un empleo estancado y en un consumo familiar que no logra recuperarse. "La gente va al supermercado, pero compra menos. El ticket promedio por persona está en retracción. Ese es otro síntoma de la baja del consumo", explicó.

En ese contexto, el aguinaldo podría dar un leve respiro, aunque Bermúdez no cree que reactive el consumo: "Mucha gente va a usar el aguinaldo para devolver deudas que pudo haber contraído durante este período de chatura de los ingresos". Y concluyó con una escena común en muchos hogares argentinos: "Tarjeta o algún familiar: ‘Che, préstame, yo cobro el aguinaldo y te lo devuelvo'. Esto es muy pero muy común".

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