Dormir poco, perder mucho: cómo el insomnio afecta al PBI argentino

Un estudio advierte que, si los argentinos durmieran lo recomendado, el producto bruto interno podría crecer hasta un 1,27%. La cultura noctámbula y la hiperconexión están entre los principales enemigos del descanso.

El insomnio dejó de ser un problema individual para convertirse en una preocupación económica. Según una investigación publicada en The European Journal of Health Economics, Argentina podría incrementar su Producto Bruto Interno (PBI) hasta en un 1,27% si la población durmiera entre 7 y 9 horas por noche, tal como recomienda la ciencia para los adultos en edad productiva.

Hoy, sin embargo, la realidad es otra: en promedio, los argentinos duermen entre 6 y 7 horas diarias, en buena parte por una cultura de hábitos nocturnos que atenta contra el descanso. A esto se suma el uso excesivo de dispositivos electrónicos antes de dormir, con su consecuente exposición a luz azul, que altera los ritmos circadianos y retrasa el sueño.

El estudio, desarrollado por investigadores de la Universidad de San Andrés, utilizó un modelo de generaciones superpuestas que considera datos demográficos locales y evalúa cómo la falta de sueño afecta a la economía a través de dos grandes vías: mayor mortalidad y menor productividad. Dormir poco no solo implica un mayor riesgo de enfermedades y accidentes laborales, sino también un ausentismo más elevado.

Las cifras lo ilustran con claridad: quienes duermen menos de seis horas pierden en promedio 5,9 días laborales al año por enfermedad, mientras que los que descansan entre seis y siete horas pierden 3,75 días. Extrapolado al total de la fuerza laboral, la pérdida es significativa.

El informe plantea diferentes escenarios. El más optimista, en el que toda la población alcanzara el descanso óptimo, elevaría el PBI en un 1,27%. Si al menos quienes hoy duermen menos de seis horas lograran descansar entre seis y siete, el crecimiento sería del 0,20%. En cambio, si todos los que descansan mal continuaran o empeoraran su situación, la economía se contraería un 0,32%.

A nivel global, otras investigaciones llegaron a conclusiones similares. Un estudio internacional estimó que el déficit de sueño representa una pérdida del 1% al 3% del PBI en países como Estados Unidos, Japón, Alemania y Reino Unido.

La encuesta World Views Survey 2025, realizada por la red WIN, reflejó que un 66% de los argentinos ha dormido menos de lo necesario por quedarse con el celular o la computadora durante la noche. La situación es más alarmante entre los jóvenes de 18 a 24 años y las mujeres, los grupos más afectados por el insomnio en el país, según la consultora Voices.

En la región, solo Hong Kong supera a Chile (56%), Brasil (52%) y Argentina (66%) en el uso de pantallas previo al sueño. La doctora Natalia Mejía, especialista en neurociencias y ritmos circadianos, advierte que el sueño crónicamente interrumpido puede desencadenar problemas tan diversos como obesidad, resistencia a la insulina, ansiedad, depresión e incluso ciertos tipos de cáncer.

Por último, el estudio de la Universidad de San Andrés reconoce que las fluctuaciones económicas también influyen en el descanso: en tiempos de recesión, el estrés financiero puede empeorar la calidad del sueño. No es un dato menor en una región donde el miedo a perder el ingreso es la principal preocupación, según un informe de Kantar Group. En Argentina, el 46% de los encuestados señaló esta inquietud como prioritaria.

Dormir poco, perder mucho: cómo el insomnio afecta al PBI argentino

Trump también quita el sueño

Una de las principales preocupaciones de los latinoamericanos es la situación económica, de acuerdo con el Pressure Survey Latam Groups 2025, un estudio adelantado por la consultora internacional de investigación del mercado Kantar Group con base a 15 000 entrevistas de nueve mercados. Entre nueve preocupaciones por las que se les consultó a los encuestados, cuatro de ellas relacionados tienen que ver con el ámbito financiero, cuatro con aspectos sociales y una con el ambiente. 

Los latinos aseguraron que su mayor intranquilidad es mantener la fuente de ingresos. Los mexicanos y los ecuatorianos en un 56%, son los más preocupados por los ingresos y luego le siguen los chilenos y centroamericanos con 54%, colombianos 52%, brasileños 48%, bolivianos y peruanos 47% y Argentina 46%. En México, la intranquilidad económica está asociada hasta cierto punto con el impacto de las actuales directrices y políticas económicas de Estados Unidos evidenciadas en el informe de kantar. El 12% de los encuestados allí muestran aprensión hacia las medidas de gobierno de Donald Trump. 

Tan solo en 2023 los mexicanos que viven en Estados Unidos enviaron a sus familias 63.3 mil millones de dólares, lo que representa el 4,5% del PBI local y con las nuevas políticas, temen que las remesas disminuyan.


Con información de Bloomberg

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