Empresas al límite: suba de tasas ahoga la financiación y frena la cadena de pagos

El endurecimiento de la política monetaria encareció de golpe el crédito para pymes y grandes compañías, disparando costos de hasta el 100% anual y afectando su funcionamiento diario.

El fuerte ajuste de tasas de interés aplicado por el Gobierno para contener la escalada del dólar está generando un efecto adverso sobre la actividad productiva. Comercios, industrias y empresas de distintos tamaños enfrentan costos financieros que, en algunos casos, rozan el 100% anual, complicando la operatoria cotidiana y forzando a recalcular inversiones y pagos.

El incremento reciente en la tasa de caución, el encarecimiento de los descubiertos bancarios y la menor disponibilidad de crédito replican escenas de anteriores períodos de restricción monetaria severa. Ejecutivos y referentes del sector productivo alertan que la situación golpea de lleno a la confianza, retrasa decisiones de compra y pone en riesgo la continuidad de puestos de trabajo.

Guillermo Barbero, de First Capital Group, explicó que las tasas actuales resultan desincentivadoras: "Se encareció tanto el crédito que directamente desalienta a las empresas a tomar deuda. Si el costo de financiarse se duplica de un día para otro, es inviable sostener la rueda de pagos y la inversión", advirtió.

En la misma línea, desde entidades bancarias confirmaron que el salto en los intereses está relacionado con la suba de tasas dispuesta por el Banco Central y la reciente licitación de deuda del Ministerio de Economía, operaciones que aspiraron pesos del mercado. Esperan que con el próximo vencimiento de Lecaps a fin de mes pueda haber un alivio, aunque la incertidumbre persiste.

El descubierto bancario -herramienta clave para cubrir pagos operativos como salarios- pasó en pocos días de una tasa promedio cercana al 31% a picos superiores al 40% para empresas con buen perfil crediticio. Pero los negocios con menor calificación o descubiertos no pre-acordados enfrentan tasas cercanas o superiores al 80%, e incluso llegan al 100% anual.

El ajuste de tasas se sintió de inmediato en la calle: compañías de distribución y cadenas comerciales reportan aumentos de hasta 40 puntos porcentuales en sus costos financieros semanales. "De un día para otro operar te sale un 80% más caro. Eso impacta directo en toda la cadena de pagos", describieron desde una firma mayorista.

La presión no es pareja para todos. Empresas con buena reputación financiera logran mejores condiciones, mientras que las pymes más vulnerables deben recurrir a tasas mucho más elevadas o resignarse a cortar gastos e inversiones. El mercado de cheques de pago diferido, tradicional vía de financiamiento para sostener la producción apenas mostró un pico del 40% para compañías con cuentas sanas, pero la mayoría no califica.

Para Salvador Femenia, de la CAME, la escalada de costos erosiona el consumo: "Las tasas tan altas complican el manejo de caja y la refinanciación con tarjeta de crédito. El consumidor restringe gastos y eso atenta contra las ventas de los comercios", señaló.

A pesar de que el endurecimiento monetario logró contener las cotizaciones del dólar -que mostraron bajas leves en todas sus variantes-, dejó a las empresas atadas a tasas que sofocan el crédito productivo. Industriales y comerciantes coinciden en que el ajuste termina destinándose a cubrir gastos corrientes como sueldos o aguinaldos, y no a expandir la actividad.

En ese contexto, muchos empresarios temen que la situación se prolongue o repita. "Si esto sigue así, no solo se frena la inversión, se recortan compras y se ajustan plazos de pago. Y los más chicos son los primeros en quedar afuera", advirtió Marcelo Fernández, de la CGERA.

Así, el salto de tasas que ayudó a calmar al dólar amenaza con desarmar lentamente la rueda comercial, dejando a empresas y trabajadores en una nueva encrucijada.


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