Hay más puestos de trabajo que programadores para cubrirlos

La industria tecnológica crece más rápido que el número de aspirantes. Las empresas en Mendoza y el mundo ofrecen buenos salarios y condiciones laborales inmejorables. La realidad de una industria con pleno empleo y desarrollo incalculable.

Ser programador en Argentina hoy implica, entre otras cosas, tener trabajo seguro y la posibilidad de elegir entre una empresa u otra, un salario superior a la media y diversas condiciones laborales que ofrecen los empleadores para contener a sus empleados: amenities, buffet de comida libre durante la jornada, días de camping o, simplemente, una máquina expendedora de cerveza, a metros de cualquier computadora.

Estas condiciones, que parecen no ser propias de nuestro país y, más bien, son características importadas de Silicon Valey, se dan en un mercado que tiene una tasa de empleo negativa de profesionales de tecnología como programación, data science, analistas o project manager. Hay más puestos laborales que personas que puedan cubrirlos.

"La demanda es una demanda global. En casi todos los países tienen más demanda de profesionales que la que se puede cubrir, al igual que en Argentina", explica el ingeniero en Sistemas con una especialización en Ingeniería Gerencial, Nicolás Spadavecchia. "Globalmente hay países que son los centros más importantes de desarrollo de tecnología y es debido al huso horario, ya que están alineados con los principales consumidores de estos recursos. Es lo que pasa con Argentina, que provee mayormente a Estados Unidos y Canadá, por eso las empresas de nuestro país tienen los clientes mayormente allí".

Según datos de la Cámara Argentina de la Industria del Software, en su último relevamiento de septiembre de 2019, un programador ganaba a esa fecha en nuestro país, en sus tres escalas más bajas:

- Programador sin experiencia (Junior) $37.050

- Programador con alguna experiencia (semi- senior) $54.060

- Programador con experiencia (senior) $74.870

Sueldos que en su mayoría son enormemente superados para fidelizar la relación compañía-trabajador.

"La industria está creciendo tan rápido en Argentina que hay posibilidades para todos los niveles, desde iniciales hasta muy avanzados. Incluso, por el buen nivel de inglés que existe en nuestro país, es posible aplicar para puestos en empresas internacionales y trabajar a distancia", señala Spadavecchia.

Hoy, un curso de programación, más algunas especializaciones para poder comenzar, tiene una duración aproximada de un año, y hay de todo tipo. Desde uno dictado por la UNCuyo y el Gobierno de Mendoza, dependiente del programa Mendoza Tecnológica, hasta institutos privados y plataformas de enseñanza a distancia.

"El crecimiento dentro de la industria está relacionado a los años que el profesional lleve en actividad, pero no es algo estricto. Para todos los puestos se deben pasar pruebas técnicas que determinan el nivel. Por lo que estudiando y siendo capaz, en cuatro años se puede ser Senior o Principal. Aunque para eso también se deberán tener habilidades blandas, como manejo de personal, comunicación con el cliente, entre otras", agregó.

A su vez, y ligado siempre a la alta demanda, Spadavecchia aclara que las compañías cuidan mucho a sus trabajadores "para mantenerlos lo más contentos posible", con almuerzos incluidos, eventos o seguros sociales de primer nivel, y reduciendo también sus exigencias académicas. Así, "las empresas no solicitan título universitario o terciario del profesional, sino que el nivel de experiencia se mide con pruebas técnicas que demuestran el grado conocimiento".

Hoy, ser programador en Argentina no es sólo trabajo seguro y bien remunerado, sino también la posibilidad de duplicar o triplicar ganancias, desarrollando productos de manera freelance para empresas del extranjero, algo que también muchos eligen. Una opción casi inmediata, con verdadera perspectiva de futuro.

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