Las complicaciones que trae aparejadas el atraso cambiario

El doctor en Economía e investigador del Conicet Juan Graña habló sobre el atraso cambiario y sus implicancias en la economía argentina. La necesidad del atraso cambiario es uno de los temas más discutidos en la actualidad y si bien desde el gobierno no muestra preocupación, diferentes economistas señalan que es una problemática a la cual hay que estar atentos.

Conte, Argüello y Bitar
Conductores del programa "Tenés que saberlo", de lunes a viernes a las 7 por Radio Post 92.1.

 Juan Graña, doctor en Economía e investigador del Conicet, habló con "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, y señaló que desde su punto de vista existe un atraso cambiario y la importancia de abordar el problema lo antes posible.

"El problema es que normalmente se mezcla en dos debates: si hay atraso o no hay atraso y otro es qué va a pasar. Hay una mirada muy tremendista diciendo ‘hay atraso cambiario, eso implica que va a explotar el dólar mañana' y eso no necesariamente es así. El problema es que si hay atraso cambiario, hay problemas económicos que se van a ir dando. En las últimas semanas y los últimos meses los hemos ido viendo: algunas empresas que cierran; en Mendoza, el paso a Chile con mucha gente cruzando a Santiago a comprar; las ciudades frontera con Paraguay, Brasil, Uruguay, perdiendo comercio frente a sus vecinos; el turismo. Me parece que la discusión central es: hay atraso, hay consecuencias de ese atraso, ¿qué hay que hacer para lidiar con esas consecuencias? Además si hay atraso, la salida del cepo se hace más complicada", señaló Graña.

El economista señaló que el gobierno ha manifestado la importancia de salir rápido del cepo y que la política de atrasar el tipo de cambio dificulta aún más la salida: "Aunque es complicado salir del cepo, el gobierno con esta política de atrasar el dólar para intentar bajar la inflación está haciendo todavía más difícil salir del cepo. No estamos acumulando reservas porque el dólar está muy barato, las importaciones crecen, la gente vacaciona más afuera y gasta dólares. Todo esto se va acumulando, entre pérdida de empleo en la economía argentina y más gasto de dólares, son dos cosas que no tenemos en este momento, necesitamos reactivar la economía y necesitamos acumular dólares en la reserva Banco Central para poder gestionar una salida del cepo".

El doctor en Economía marcó que Argentina está exportando y que ahí hay un flujo de dólares que financian el proceso, pero que las fuentes de dólares no son estables: "Las dos fuentes que hoy tenés son el agro, que las perspectivas de este año no son las mejores en términos climáticos; y también los dólares del blanqueo: mucha gente depositó sus dólares que eran en negro en los bancos y con eso se armó lo que se denomina un carry trade, una bicicleta financiera como le solemos decir en Argentina, con que los bancos presta esos dólares y el Banco Central los compra en el medio de su operación. Son una serie de circunstancias que por ahora se ordenaron y le hicieron muy bien a la economía argentina, le sirvieron al gobierno para estabilizar, pero que no se van a repetir en el futuro. El problema es que si se sigue atrasando el tipo de cambio, los dólares van a empezar a faltar en un Banco Central que todavía tiene reservas netas negativas. Con una economía un poco mejor que a principio del año pasado, porque la recuperación efectivamente empezó: muy heterogéneamente, muy débil, pero empezó. Las importaciones van a subir, la demanda de dólares va a subir y entonces ahí vamos a empezar a enfrentar problemas".

Además, Graña marcó que Milei no recibió una economía con un 57% de pobreza, sino que ese fue el resultado del plan de ajuste del gobierno y de la devaluación del 100%: "Estábamos en una situación horrible, nadie discute eso, en parte por eso ganó Milei las elecciones, pero ese punto de partida que construye el presidente es todo falso. Cuando uno ve los datos del año, efectivamente los salarios reales han recuperado pero de manera muy heterogénea: los salarios en blanco de los asalariados que tienen un contrato, que están en sindicatos, eso ha recuperado recién ahora a fin de año, pasado el nivel de noviembre, un nivel malísimo, horrible en términos históricos; pero las otras dos partes de los trabajadores, sobre todo los trabajadores estatales, están alrededor de un 15% abajo de noviembre del año pasado y los informales todavía no tenemos un dato, pero muy posiblemente están un nivel del 10 o 15% abajo todavía".

A su vez, marcó que la recuperación heterogénea se ve reflejada en la recuperación de los salarios y los empleos: "Sólo en algunos sectores, otros como la construcción o la industria siguen muy mal. Eso hace que los datos de consumo masivo y demás también sigan dando muy mal porque efectivamente los salarios no alcanzan, porque ha subido mucho todo: las tarifas, el transporte. Hay una situación que todavía es de crisis, que estamos mejor que el primer semestre o los primeros meses del año 2024, seguro, nadie lo va a negar: la inflación es más baja, la economía se está recuperando. Ahora, tener un discurso exitista de ‘la inflación no existe más, la pobreza se resolvió, la economía crece', me parece que falta mucho".

Graña señaló que en este momento tenemos un dólar similar al que teníamos a fines de los 90, cuando explotó la convertibilidad: "En esa época tampoco alcanzaba. Cavallo en el 2001 lanzó lo que se llamó Planes de Competitividad, que era justamente esto: tratar de compensar el atraso cambiario con baja de impuestos. La historia muestra que no funcionó, la economía entró en recesión brutal y terminó explotando. Que hay que cambiar el régimen impositivo seguro, uno de los principales impuestos ni siquiera es nacional, que es Ingresos Brutos, es un problema de las provincias. El problema es que si el gobierno nacional le quita recursos a la provincia y además quiere que le quiten Ingresos Brutos, ¿cómo hacen las provincias para financiarse? Me parece que son dos discusiones que van delante: que hay que reformar el sistema tributario y bajar la carga tributaria a la producción, seguro. ¿Es suficiente eso para compensar un atraso cambiario que tenemos hoy y que se va a seguir profundizando por la baja de la tasa de devaluación mensual sin que haya bajado tanto la inflación? Me parece que son dos discusiones que nos estamos engañando. Si pensamos que por bajar la carga tributaria vamos a compensar un dólar muy muy barato, eso no va a pasar".

Por otra parte, el doctor en Economía señaló que Ingresos Brutos es un impuesto "malo en términos de calidad" y que tiene un efecto "en cascada": "Cada vez que alguien compra un insumo, paga ingresos brutos, después vende, paga ingresos brutos otra vez y entonces eso sí encarece. Históricamente, la propuesta es incorporar ingresos brutos a un IVA un poco más grande: si tenemos el IVA en general del 21 por ciento, subirlo un poco. Es lo que históricamente se hizo en todos los países del mundo: después de la crisis del 2008, en Europa también se subió el IVA para compensar otros impuestos, pero el problema es que ahí nos enfrentamos al régimen de coparticipación federal: las provincias deberían confiar en que el Gobierno Nacional va a cobrar más de IVA, pero les va a transferir".

Sin embargo, señaló que es complejo visto que la visión del gobierno marca que las provincias deben competir entre ellas por los impuestos: "Es un contexto muy malo y me parece que están teniendo una visión muy infantil de tratar de compensar el atraso cambiario con una reforma impositiva que es necesaria, pero además devolverle todas las potestades a las provincias. Es como una ensalada gigante de tirar conceptos, en el medio el atraso sigue profundizándose y las consecuencias económicas se van a seguir profundizando. Me parece que hay que parar la pelota, reconocer que hay atraso cambiario, hacer políticas para tratar de que no se siga profundizando, tratar de reactivar la economía para mejorarle el bolsillo a las personas y, mientras tanto, los procesos de reforma tributaria fiscal y demás demoran un poco más de tiempo porque son cosas complejas. No es cuestión de agarrar la motosierra, como dice el presidente, cortar y que se va a arreglar todo. Muchas veces eso genera más problemas que soluciones".

A su vez, Graña también marcó que el atraso cambiario es un problema al momento de generar empleo: "Las empresas están muy apretadas en términos de la competencia internacional, el mercado interno está muy débil, entonces el gobierno les dice ‘olvídense del dólar, vamos a tratar de bajarle los costos impuestos, los salarios'. El problema es que es una víbora que se come la cola, porque esa reforma laboral lo que hace es que se precarice más el empleo, los salarios sean más bajos, entonces el mercado interno pierde dinamismo y muchas de estas empresas, gran parte de las empresas en todo el mundo, las pymes, viven esencialmente de vender al mercado interno. Si el mercado interno no funciona, no tracciona, no genera dinamismo, no hay inversión, las empresas no crecen. Me parece que el gobierno está en un discurso negando el atraso cambiario y apuntando a todos los otros posibles culpables que encuentre para tratar de tapar el sol con las manos".

En esa línea, Graña marcó que la economía argentina no crece hace 12 años y que seguramente hay que realizar una reforma en el sistema laboral, pero que las modificaciones realizadas sobre todo en la ley Bases no afecta al costo de contratación ni de despidos: "Lo que se está haciendo es legalizando la informalidad laboral. En la ley base se quitaron las multas a las personas que no estén registradas a la Seguridad Social. Eso implica que una empresa puede tener a alguien en negro y nadie le va a cobrar una multa por no blanquear ese trabajador, y entonces, ¿cuál es el incentivo de las empresas a blanquear ese trabajo? Ninguno. Me parece que hay una construcción de ‘todos los problemas son de la reforma laboral del sindicato', cuando tenemos una economía que hace 12 años que no crece. Me parece que ahí hay un problema, y después si hay que hacer reformas, hay que hacer reformas. Pero en los últimos 20 años de la Argentina, donde más creció el empleo en blanco, es en el proceso 2004-2007 y en ese momento la legislación laboral era la misma que tenemos ahora, es esencialmente un problema de crecimiento".

Sobre esto, el doctor en Economía agregó que las reformas deben estar enfocadas a encaminar la negociación entre el Estado, las empresas y los sindicatos para el crecimiento económico: "Yo entiendo el discurso empresario de ‘necesito bajar los costos', estamos de acuerdo. Ahora, discutamos cuáles son esos costos para bajar: si los trabajadores ya están cobrando 20% menos, mucho más no se le puede pedir. Estamos con niveles de pobreza muy altos, con niveles de desigualdad muy altos, tenemos que distribuir los costos de este ajuste que está haciendo el gobierno de una manera diferente, porque si no le estamos pidiendo demasiado a los trabajadores y muy poco a los demás".

Por otro lado, Graña se refirió al superávit fiscal y si bien se mostró a favor del ordenamiento fiscal, el problema es la forma en la que el gobierno encaró dicho ordenamiento: "Una de las cosas esenciales que está probado en la economía es el rol de la obra pública y el gobierno está festejando un superávit fiscal cuando eliminó la obra pública. Pensar que un país como Argentina, con la extensión territorial y el déficit de infraestructura que tiene, pueda empezar a crecer de manera acelerada y sustentable sin hacer obra pública es una locura. El estado de las rutas nacionales es muy malo. Tenemos siempre en verano un déficit de generación eléctrica que dependemos de nuestros vecinos para abastecer la demanda normal del verano. Hay una serie de rubros donde el Estado nacional tiene que invertir fuerte para sostener el proceso de crecimiento, y me parece que el gobierno de Milei se está olvidando de partes centrales de lo que tiene que hacer el Estado".

Finalmente, señaló que los servicios básicos también quedaron fuera de ese ordenamiento fiscal: "El Estado argentino nacional se ha desentendido del Fondo de Incentivo Docente, lo cual ha bajado los salarios de los docentes de los niveles obligatorios en todo el país. Yo estoy de acuerdo que hay que ir a un ordenamiento fiscal, la cuestión es de prioridades. El gobierno ha hecho este año muchas cosas muy mal: le ha dado fondos a la SIDE, sostiene el régimen de Tierra del Fuego sin tocarlo porque sus propios ministros están vinculados financieramente. Por el otro lado, corta financiamiento a las universidades, a la educación, a la salud, a la obra pública, a las jubilaciones. Me parece que no se puede aceptar tan ligeramente que el gobierno diga ‘necesitamos superávit fiscal para discutir todo los demás'. También discutamos cómo se llega al superávit fiscal. Me parece que hay un conjunto de gastos tributarios que permitiría balancear el presupuesto sin afectar estos gastos que, hacia adelante, van a ser centrales para la Argentina", concluyó.

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