Herencia de Francisco: el Vaticano promueve una iniciativa mundial para aliviar la deuda de países pobres
Un informe elaborado por Joseph Stiglitz y Martín Guzmán, a pedido del pontífice, propone reformas estructurales del sistema financiero internacional. La iniciativa busca evitar que naciones enteras sigan destinando más recursos al pago de intereses que a salud y educación.
Ante el creciente peso de la deuda sobre las economías más vulnerables del mundo, el papa Francisco promovió la elaboración de un ambicioso informe internacional que busca reformar el sistema financiero global. El documento, presentado en el Vaticano, fue coordinado por el premio Nobel Joseph Stiglitz y el exministro de Economía argentino Martín Guzmán, y plantea desde condonaciones masivas de deuda hasta cambios legales en plazas financieras clave como Nueva York y Londres.
El diagnóstico es contundente: actualmente, más de 3.300 millones de personas viven en países que gastan más en intereses de deuda que en salud, y 2.100 millones en naciones que invierten más en deuda que en educación. Además, 54 países destinan más del 10% de sus ingresos fiscales al pago de intereses, una carga que se duplicó desde 2014.
"Este modelo ahoga el desarrollo y profundiza la desigualdad", advierte el informe. Según sus autores, lejos de promover el crecimiento, el sistema actual beneficia a los acreedores financieros y perpetúa la dependencia de los países pobres con respecto a las potencias económicas. "Ha llegado el momento de actuar con responsabilidad", subrayó Stiglitz.
Entre las propuestas más relevantes se encuentra la creación de un nuevo programa de alivio de deuda internacional, similar al implementado en el Jubileo del año 2000, cuando se condonaron más de 100.000 millones de dólares en pasivos a países altamente endeudados. Sin embargo, el informe advierte que hoy los desafíos son mayores, dado que los acreedores privados -como fondos de inversión- tienen un peso mucho mayor en las carteras de deuda que hace dos décadas.
Por eso, el documento propone una serie de reformas estructurales: limitar las ganancias extraordinarias de los fondos buitre, reducir las tasas de interés previas al juicio en Nueva York (fijadas en un 9% desde 1981) y establecer topes de recuperación para acreedores privados en función de los acuerdos alcanzados con los oficiales. También se sugiere avanzar en el control de los flujos especulativos de capital para proteger a las economías emergentes de crisis cambiarias y financieras.
El informe critica además el rol de organismos como el FMI, a los que insta a abandonar políticas de ajuste que terminan castigando a los sectores más vulnerables. En cambio, propone que las reestructuraciones de deuda se realicen con criterios que prioricen el desarrollo sostenible y la estabilidad social.
La presentación del informe marca el inicio de una campaña internacional para debatir estos temas en foros clave: será abordado en la próxima Conferencia de Financiación para el Desarrollo en Sevilla, en la Asamblea General de la ONU en septiembre y en la Cumbre del G20 en noviembre.
"Si no actuamos ahora, el mundo se encamina a una nueva década perdida", advirtió Martín Guzmán. En el marco del Año del Jubileo, el Vaticano busca recuperar el sentido moral de la economía y posicionarse como una voz global en favor de los pueblos empobrecidos.