La adopción necesita soluciones ágiles en beneficio de los niños en situación de vulnerabilidad
La opinión Laura Sainz.
Como senadora provincial de Mendoza, considero que debemos poner en primer lugar el interés superior del niño, tal como lo establece nuestro marco legal y ético. En este sentido, quiero referirme al proyecto de Ley que hemos impulsado, y que ha generado algunas críticas por parte de abogados de familia y el Colegio de Abogados.
Ellos argumentan que se vulneran los derechos de los niños al no exigir patrocinio letrado desde el inicio del proceso de adopción. Quiero aclarar, sin embargo, que este proyecto fue diseñado precisamente para proteger los derechos de aquellos niños que han sido víctimas de abandono, violencia, u otras situaciones que los han puesto en situación de adoptabilidad.
El eje de este debate debe centrarse en los niños cuyos derechos ya han sido vulnerados. Estos niños enfrentan un vacío legal y emocional mientras su situación familiar no es resuelta, lo cual impacta gravemente en su derecho a la identidad y a tener una familia. Es vital que comprendamos que cada día que pasa sin definir su situación es un día en el que estos derechos siguen siendo violados.
Comprendo las preocupaciones planteadas por algunos abogados de familia y el Colegio de Abogados, quienes argumentan que la eliminación del patrocinio letrado puede vulnerar los derechos del niño. Sin embargo, este proyecto se basa en un principio fundamental: el interés superior del niño. No estamos desconociendo el valioso trabajo de los abogados, ni proponemos prohibir el patrocinio letrado.
De hecho, cuando los procesos de adopción se complican, las partes siempre tendrán la opción de recurrir a un abogado particular. El asesoramiento legal es importante, y nadie cuestiona eso. Pero, en este caso específico, hablamos de un proceso largo y complejo, que comienza mucho antes del juicio de adopción. El proceso de adopción inicia con una extensa fase administrativa.
El juez que luego llevará adelante el juicio de adopción es el mismo que desde el inicio ha intervenido en la evaluación de la situación del niño, su familia de origen y su posible vinculación con los adoptantes. Este juez supervisa cada paso, desde las entrevistas hasta la vinculación con los pretensos adoptantes, y finalmente otorga la guarda preadoptiva. Todo esto sucede sin patrocinio letrado, y con la intervención de la Asesoría de Menores y los equipos interdisciplinarios. A menudo, los adoptantes no inician el juicio de adopción inmediatamente tras la guarda preadoptiva porque en este punto se les exige contratar un abogado.
Tras meses de evaluaciones y trámites, muchas familias se encuentran sin recursos para abonar honorarios, viéndose obligadas a recurrir a abogados ad hoc o codefensores que ya están sobrecargados. Esta situación solo prolonga el tiempo que los niños pasan sin un estado familiar definido. Es crucial que entendamos que, al eliminar la necesidad de patrocinio letrado en esta última fase, los niños no quedan indefensos. Como ya se ha dicho, el juez tiene pleno conocimiento de la situación del menor desde el inicio del proceso, y el Asesor de Menores interviene de manera obligatoria.
Nuestro objetivo con este proyecto es claro: agilizar y facilitar el proceso de adopción, especialmente para aquellas familias que no cuentan con los recursos económicos para avanzar rápidamente en los trámites legales. No es la única medida que debe implementarse, pero es un paso importante para solucionar un problema que afecta a los más vulnerables: los niños.
Desde el Estado, es nuestra responsabilidad proporcionar herramientas que permitan a los adoptantes acceder a un proceso más simple y justo, donde el interés superior del niño esté realmente garantizado.
No podemos permitir que la burocracia y la falta de recursos obstaculicen su derecho a una familia. Con este proyecto creemos que damos un paso hacia un sistema de adopción más eficiente, que permita a los niños encontrar el hogar y la familia que merecen, en el menor tiempo posible. Porque la adopción no puede esperar.