La cultura general de nuestros docentes

José Jorge Chade analiza un punto sustancial en la formación de los formadores de nuestros hijos.

José Jorge Chade
Presidente de la Fundación Bologna Mendoza Dr. en Ciencias de la Educación.

Proporcionar a los docentes un programa formativo sólido, recursos, instrumentos operativos y apoyo continuo es esencial para asegurar que todos los estudiantes desarrollen las habilidades necesarias para una aceptable cultura general.

Debemos hacer mucho hincapié en los conocimientos y procurar que los alumnos amplíen al máximo sus horizontes de conocimiento. Es necesario hacerlo porque cuando nuestros alumnos se encuentran frente a interrogantes de cultura general caen inexorablemente, porque, precisamente, no poseen los conocimientos básicos de todas las disciplinas. Tienen nociones esporádicas, fragmentadas y, a menudo, en los cuestionarios cerrados contestan al azar, intentando adivinar la respuesta correcta. Los estudiantes deben saber que todos los tipos de interrogaciones públicas y privadas prevén una prueba previa de cultura general para controlar si el alumno posee o no esos conocimientos mínimos generales de lo que aprendió en la escuela. Y, en cambio, cuando uno se encuentra con la corrección de los trabajos que contienen preguntas de cultura general, realmente tiene que llevarse las manos a la cabeza, para asombrarse, ya que las respuestas que contienen son, cuando menos, absurdas y denotan una superficialidad y escasez de conocimientos adquiridos.

Es bueno que las escuelas tomen nota de ello y hagan mucho hincapié en los conocimientos básicos que los alumnos deben poseer al final de cada ciclo educativo. Se trata de los conocimientos globales que el alumno podrá gastar después en el mundo laboral actual, altamente competitivo. Sólo cuando se dispone de esa base de conocimientos que permitirá al alumno moverse en el mundo, se puede hablar de las competencias que hay que poner en práctica. Lo cierto es que en el tema de la cultura general hay que cuestionarse y abrir un debate serio, constructivo y profundo porque el nivel de conocimientos es realmente bajo, así que poco se puede bromear y tomárselo a la ligera.

La grave crisis actual de las escuelas italianas exige profundas necesidades de renovación, capaces de incidir en la complejidad de los factores que caracterizan las realidades escolares. Entre ellos se encuentra sin duda el amplio tema de la «cultura docente», del pensamiento situacional de los profesores que connota el clima intelectual de cada instituto y que, latente y no visible, permanece «detrás» de las prácticas de enseñanza y, por tanto, no puede observarse directamente. Se trata de aspectos cognitivos relacionados con los conocimientos del profesor y/o maestro, pero también con constructos como percepciones, motivaciones, actitudes, creencias, identificados por muchos como capaces de determinar los procesos de cambio e innovación en los contextos escolares.

Partiendo de esta cuestión central, reflexionemos sobre el papel de la investigación empírica en la arrojar luz sobre los diversos factores que, vinculados a la formación del profesorado y a la organización de los centros escolares, afectan a las convicciones de los profesores y los orientan hacia valores pedagógicos propios de una escuela democrática.

Concretamente, tras un examen crítico de lo que significa hacer investigación empírica en educación, pensemos a cuántos libros leen los docentes cada año?

A través de diversos ejemplos de investigación sobre las percepciones, actitudes y creencias de los profesores, se deben discutir algunas de las principales cuestiones metodológicas y procedimentales de la investigación empírica, con el fin de subrayar la importancia de una actitud rigurosa y sistemática a la hora de abordar los problemas de la innovación pedagógica y escolar.

La escolarización y la cultura en general son dos elementos fundamentales para el desarrollo y el progreso de un individuo y de una sociedad. Por ejemplo, proporciona la base para adquirir conocimientos y habilidades que serán necesarios en el futuro, tanto en la vida profesional como en la personal. La educación es un derecho fundamental de todo individuo y debe ser accesible a todos, independientemente de sus circunstancias. La escuela es el lugar donde se aprenden los fundamentos, se desarrollan las capacidades cognitivas y se construyen los valores que guiarán a una persona a lo largo de su vida.

Pero la escolarización no es la única forma de adquirir conocimientos y habilidades. La cultura en general incluye leer libros, visitar museos, asistir a representaciones teatrales y musicales y ver películas. También es importante para el desarrollo intelectual y personal de un individuo. La cultura nos ofrece la oportunidad de ampliar nuestros horizontes, ver el mundo desde diferentes perspectivas y apreciar la belleza y la complejidad de la humanidad.

La escolarización y la cultura en general también son esenciales para el desarrollo de una sociedad. Una sociedad en la que los individuos están bien educados y son conscientes de su cultura es una sociedad capaz de progresar y afrontar los problemas con eficacia. Además, debe ser una sociedad que fomenta y apoya la educación.

Por otra parte, la lectura de libros a los jóvenes forma parte, en la mayoría de los casos, de las obligaciones escolares: los profesores son los prescriptores de la lectura obligatoria.


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