El desafío que viene

La opinión de Luis Giachino, de La Juan Bautista.

Luis Giachino
Dirigente de "La Juan Bautista"

Hay ideas para pensar el mundo (como las del lenguaje y las matemáticas),

ideas para comprender el mundo (como las de las ciencias y las artes),

ideas para cambiar el mundo (como las de la técnica y la tecnología)

e ideas para convivir con el mundo (como las de la ética y la moral). Jorge Wagensberg


"Las viejas estructuras están desapareciendo y lo nuevo no termina de Nacer". Si lo nuevo, todavía no se alcanza a visualizar, hay que parar y mirar, para poder encontrar las puntas de esta madeja.

Una elección para concejales en CABA, se llevó, por completo la atención política en nuestro país.

La gran pelea de fondo era, si el plan de Karina y los Menem, de ir contra todos con marca propia, se impondría a la del inquieto Santi Caputo y el gordo Dan, quienes vienen fogoneando el armado de frentes electorales. Esta vez, solos, les fue mejor que acompañados.

En esta elección, una simple elección de concejales, que van a discutir alumbrado, barrido y limpieza, se puso sobre la mesa el desafío, se nacionalizó la disputa y claramente lo ganó el equipo de la tarotista y los riojanos. Han fortaleciendo la idea de la vara rasa. Y la construcción del espacio político tiene reglas. Si se suman a LLA, son bienvenidos. Pero solo aceptan candidatos. Nada de estructuras partidarias. Si las cosas se dan de esta manera, los partidos que no entreguen a sus candidatos, van a sufrir el destierro y el camino a la extinción. Eso es lo que se puede observar, analizando lo que se dice en los discursos triunfalistas. Es lo que se manifestó en esta elección.

Dejando a varios dirigentes en la disyuntiva si seguir con chances de mantener sus privilegios o de sostener sus ideas y principios, seguramente la primera opción encontrará muchos adeptos y se espera que pronto aparezcan los desertores de distintos espacios. Tienen Las Puertas del Cielo ampliamente abiertas. Solo tienen que manifestar su total sumisión y el camino se les presentará allanado.

Estas elecciones de concejales, a fuerza de mediatización y redes sociales, las han transformado en un barómetro de la política nacional. Porque no ha dejado de ser una elección de concejales, con toda la responsabilidad que el cargo tiene para resolver los problemas de cercanía con los vecinos de CABA. Pero, cruzando la General Paz, a nadie debería importar si ganó uno u otro. No discutirán la política económica nacional, no definirán el curso de las relaciones internacionales, ni el reparto del presupuesto nacional, la coparticipación, la ley de educación pública, las políticas sanitarias del país, la lucha contra el narco ni las políticas previsionales. Se limitarán a resolver sobre la administración de su presupuesto y algunos temas relacionados. Pero todos sabemos dónde está la oficina de dios. Y para allá apuntaron todas las cámaras.

Las imágenes no han dejado lugar para las confusiones ni las dobles interpretaciones. Pudimos ver los arreglos del oficialismo con legisladores K, para salvar a Cristina y tirar al arcón de los recuerdos, el proyecto para implementar Ficha Limpia. Cuando los grandes intereses de la patria están en juego, no son tiempos para detenerse en cuestiones menores, ética pública y menudencias por el estilo. La muestra más grosera de casta posible y de negociados de la vieja política se cocinó y resolvió a la vista de todos. Fue reconocido por los mismos protagonistas y los traidores fueron felicitados públicamente.

Sin embargo, eso no fue percibido por todos los electores como suficiente; no alcanzó para reclamar con el voto, que se quiere realmente lo nuevo. Porque todo lo que se vive y se ve a diario, es percibido como una muestra más de lo mismo. Probablemente, el hartazgo ha sobrepasado a las esperanzas de cambio. Si antes se votaba de acuerdo a las ideas y convicciones, después se pasó a elegir al menos peor y después a votar para que no gane fulano. Y, ahora, no se vota.

Porque si antes votaba un 80% del padrón electoral, ahora vota alrededor del 50%. Nadie percibe que su voto pueda ser una herramienta de transformación política. Ahora la convicción es que nada vale la pena. Nada merece el esfuerzo de levantar el traste de la silla un domingo, para poner en un voto, la intención de torcer las cosas para algún lugar distinto. Un lugar menos cruel, más razonable, más humano y civilizado.

El desafío de derrotar al PRO, generó tanto empuje que, eso sólo, sirvió para ganarle al Kirchnerismo, representado por Santoro. Sin embargo, la lista de LLA era un verdadero Caballo de Troya. Disfrazados, camuflados, escondidos en la lista de candidatos, ocho de los nuevos concejales libertarios provienen del riñón K. Los que denominaremos "K con peluca", garantizan que, en ese espacio, tal como ocurre en otros espacios de decisión política, los "kukas" sigan teniendo poder de fuego, mantengan su cuota de poder político y garanticen la impunidad necesaria para que lo distinto sea lo mismo.

Porque no debemos minimizar lo realmente importante en esta y en todas las elecciones que se vienen sucediendo en los distritos del país. La ausencia de la mitad del padrón de votantes habilitados. En este caso, un poco más de 400 mil porteños, no fueron a las urnas, comparando con la última elección 2023.

La candidata del Pro, no genero la suficiente atracción y tracción. No supo, no pudo o no quiso, enfrentar a una fuerza arrolladora que, con todo el aparato nacional, solamente generó la atracción de ese menesteroso 53% de votantes.

Rodríguez Larreta salvó los trapos y el resto muy atrás.

Marra bajó de aquel 13% en 2023 al apenas 2%.

Si bien la polarización es algo que simplifica, la clave está en el equilibrio y para eso, están las terceras fuerzas. Ese es el desafío que viene. Unir los espacios afines y generar un poder de fuego lo suficientemente importante, para poder sentar bases Republicanas e Institucionales.

Para eso, deben unirse. Pero no desde la prudencia timorata, las dudas o las vacilaciones, sino desde la convicción, la fuerza y la lucha por alcanzar el Poder. Poder para transformar y no, solamente, para sentirse impune. Poder para entender que un País es mucho más que las divisiones que generan las consignas, y que seguir dividiendo, puede servirle a alguien en particular, pero no a la totalidad. Poder para que volvamos al sendero de ese gran País que debemos ser y no para un país donde el odio entre hermanos, sea la clave.

Al igual que en el mundo, las democracias están cada vez más menoscabadas. Por eso, hoy presenciamos este patético festejo de un éxito con un, apenas, 15% real de votos de los ciudadanos empadronados. El resto de las propuestas electorales manoteó lo que pudo. Y el real ganador, con el 50 % del padrón electoral, son los ausentes y los votos en blanco, que en muchos casos superan el caudal de votos de algunos candidatos. Para este gobierno nacional, a un año y medio de su gestión, queda claro que el 85% de los ciudadanos de CABA que decidieron no votar, o votar en líneas distintas al rumbo del poder Ejecutivo Nacional, no son motivos para limitar el festejo. Mucho menos es motivo para reconsiderar lo que está ocurriendo frente a los ojos de todos.

Este concepto de, "Divide y reinarás", lejos está de unirnos para ejecutar un plan de consenso, de reconsideración del concepto de ganador y perdedor, de mayoría y minoría. De hacer que los destinos de la Nación tomen un rumbo alejado de los triunfalismos zapateando sobre los derrotados.

Sin lugar a dudas, esta miserable victoria, en cuanto a números reales de votos, va a desatar en el Gobierno una radicalización cada vez mayor, más violenta y más desquiciada. Porque ahora los avala un resultado ganador. Entonces Kari y su séquito de alcahuetes, extremaran la violencia y delirio.

Volviendo a la frase del comienzo, lo nuevo, eso que esperamos los Ciudadanos, eso que muchos vimos en Milei, y que hoy se nota que no es parte de este plan. La política no está dando respuestas a los ciudadanos. Por más opciones que pongan, no es un tema de cantidades, sino de calidades. Videos truchos, negociados de impunidad por votos, vínculos de casta, fraudes con monedas virtuales, utilización de las cajas del PAMI para financiarse, entrevistas arregladas. Lo nuevo, lo verdaderamente nuevo y superador, no ha sido invitado a esta fiesta.

En otros momentos de la historia, cuando han ocurrido situaciones similares, cuando parecía que todo estaba estático y no había posibilidad de cambio, quien no fue invitado a la fiesta, ha pateado la puerta o ha entrado por la ventana. Pero ha entrado por donde no se lo espera.

El desafío de la política es encontrar eso que vuelva a generar la ilusión de lo Nuevo. Eso sólo se puede lograr con amor genuino a la Patria, a nuestros compatriotas, con convicciones sólidas. Mantener las Ideas correctas en alto y con firmeza. Sin importar quien esté en frente. Sin importar cuantos votos saque uno y los otros.

Las mayorías cambian permanentemente. Este primer triunfo real de LLA en las elecciones de los últimos meses, un triunfo lastimoso y a un costo altísimo, no hace otra cosa que mostrarnos que queda mucho por hacer. Porque entre el desenfrenado e intolerante Milei, y los K y todo lo que se amontona en este mazacote de intereses personales y de sectores, los que apoyamos otra opción, otros valores, otro proyecto político que no tenga nada que ocultar ni de qué avergonzarse, tenemos que tener la vista atenta y la mente clara para detectar y si hace falta, crear, lo nuevo entre tanto barro.