La dolarización combate y contribuye a eliminar los populismos

El economista Alfredo Romano (h) responde al documento publicado por Memo y preparado por Gustavo Reyes desde el Ieral, de la Fundación Mediterránea

Alfredo Romano

Vamos a aprovechar el informe de Gustavo Reyes en el Ieral de la Fundación Mediterránea (leer "Las grandes controversias de la dolarización: beneficios y costos" haciendo clic aquípara seguir evacuando dudas respecto a un proceso de dolarización de la Economía Argentina. A pesar de que ya en los fines de los 90' se hablaba de dolarizar la Argentina, no existía prácticamente la experiencia de una economía latina que haya dado ese salto al vacío (el caso de Panamá es distinto ya que dolariza su economía en 1904 rápidamente luego de constituirse como Estado Independiente). Sin embargo, volviendo al menemismo, existía mucha reticencia y sobre todo, faltaba documentación respaldatoria que verifique distintos enigmas que planteaba este cambio de paradigma monetario. Solo había teoría económica pero no había experiencias reales.

Sin embargo, 22 años después, tenemos muchísima más información respecto a esta propuesta monetaria ya que Ecuador dolarizo su economía en el 2000, durante una gran crisis financiera, con elevadísima inflación, sin anclas monetarias e inmersos en un desastre social político y económico. Algo similar a lo que se acerca la Argentina todos los días.

Respecto a las condiciones iniciales, existieron distintos informes por organismos multilaterales y también por prestigiosos economistas como Jeffrey Sacks que señalaban dichas condiciones iniciales que debía tener una economía para llevar adelante un proceso de dolarización exitosa. Entre ellas:

  • Equilibrio fiscal

Requiere que los ingresos y gastos del Estado se encuentren "empatados" para iniciar un proceso de dolarización, evitando que el Estado tenga una fisura financiera por su mayor gasto fiscal. Sin embargo, como vimos, Ecuador dolarizó su economía en enero de 2000 con un déficit fiscal de -4.62% en 1999, mientras que en 1998 su déficit fiscal había llegado a -4.88%, en 1997 tuvo un déficit de -2.7%, en 1996 aun mayor que 1997 alcanzando -3.29% y en 1995 -1.94%. Es decir, a pesar de que las condiciones iniciales en los libros indiquen la necesidad de contar con equilibrio fiscal para llevar adelante este plan de dolarización, la práctica nos demuestra que se puede llevar adelante aun cuando las condiciones fiscales no resultan adecuadas.

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Esto no quiere decir que la Argentina no deba ir a un equilibrio fiscal rápidamente, sino que demuestra que nuestro país puede dolarizarse aunque fiscalmente tenga serios problemas.

  • Economía afectada por choques externos

No hay mucho para analizar en este caso. En las últimas décadas, hemos estado expuestos a los ciclos económicos externos, afectando dramáticamente nuestra economía en condiciones mundiales desfavorables para nuestro país. Según un informe del CIPPEC, "La evidencia muestra que los principales determinantes de los flujos de capital a economías en desarrollo y emergentes son de origen externo" (Calvo et al, 1996; Forbes y Warnock, 2012). Los movimientos en las tasas de interés que pagan los títulos de deuda soberana de los países desarrollados -con Estados Unidos a la cabeza- son típicamente los principales causantes de los cambios en la entrada o salida de capitales a los países en desarrollo y emergentes. Por lo tanto, esta debería ser otra razón de la necesidad de implementar la dolarización ya que evidencia académica de sobra para confirmar que los choques externos tienen consecuencias muy negativas para nuestra economía.

Existen decenas de estudios que han evidenciado que los países emergentes son altamente vulnerables al mundo externo. Escritos como el de Calvo, Leiderman y Reinhart (1993) donde se concluye que determinadas políticas monetarias de los Estados Unidos, como la administración de la tasa de interés o el ciclo económico que está llevando adelante, "explican en promedio aproximadamente el 50% de la varianza en variables claves como el tipo de cambio real y la acumulación de reservas en economías emergentes" (On Dollarization, Calvo, 1999). Es decir, si se utiliza el argumento en contra de dolarizar una economía porque quedaría supeditada a la política monetaria del país que origina la moneda, en este caso, podemos afirmar que la Argentina ya sufre esas consecuencias sin haber realizado un cambio. En este sentido, la política monetaria estadounidense, tiene un efecto sobre los mercados emergentes independientemente de sus divisas y regímenes políticos. Esta es una observación importante porque una de las principales críticas a la dolarización es que expone a los mercados emergentes a la política monetaria del país cuya moneda adoptan.

  • Economía con mercado laboral flexible

Hemos hecho hincapié en que la Argentina no cuenta hoy con un régimen laboral moderno e integrado a la política laboral demandada por el mundo. Medidas como la doble indemnización resultan ser ejemplos concretos de un mercado laboral inflexible.

Sin embargo, nuevamente la teoría nos indica que Argentina debería tener mejores condiciones iniciales para dolarizar, pero según distintos informes y palabras del ex presidente de Ecuador, en su país las condiciones laborales no eran óptimas para llevar adelante el plan monetario pero se instrumentó de igual manera. Esto no quiere decir que Argentina podrá sortear indefinidamente mejoras laborales sino que la condición inicial no es excluyente para instrumentar el modelo económico y lograr resultados positivos para su economía.


  • Economía abierta

Para tener referencias, el Legatum Institute, un centro de investigación con sede en Londres, que publica anualmente una clasificación de los países más prósperos del mundo desarrollado "The Legatum Prosperity Index". El informe compara 167 países En 2020 Dinamarca, Noruega, Suiza, Suecia, y Finlandia ocupaban los primeros puestos del ranking mientras que Argentina se encontraba en el puesto 63.

Sin embargo, cuando analiza las condiciones empresariales, como las regulaciones, requisitos para iniciar una empresa, competir, expandirse y desarrollarse, Argentina ocupa el puesto 126 de 167, por lo tanto, una de las economías con peor perspectiva en la materia. Nuevamente las condiciones iniciales para llevar adelante el proceso de dolarización no sería el adecuado. Sin embargo, Ecuador ocupa el puesto 130, mostrando nuevamente que a pesar de la importancia de esas condiciones, no resultan imprescindibles para comenzar la revolución de la dolarización. Chile ocupa el puesto 41, Uruguay 66, Brasil 121.

  • Tamaño de la economía

Nuestro país representa una economía media en comparación con el resto del mundo, aunque como hemos analizado, en los últimos años nos hemos achicado acercándonos cada vez más a una economía con ingresos medios bajos. En teoría, la dolarización resulta ser un programa económico más propicio para economías pequeñas, aunque vemos que Ecuador se encuentra en un punto intermedio entre pequeña y mediana ya que en distintos rankings económicos ocupa el puesto 64 de casi 200 economías del mundo mientras que Argentina se encuentran en el puesto 31 según el Fondo Monetario Internacional, según el tamaño de su PIB al 2021.

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Ciertamente, es difícil comparar las economías del mundo. A lo sumo podemos evaluar determinadas condiciones que las ubican dentro de un espectro de similitudes. En el caso de Argentina y Ecuador, ambas economías se encuentran ubicadas en Latinoamérica, son consideradas economías emergentes, con ingresos medios bajos, sufren las exposiciones de los ciclos económicos de los países desarrollados principalmente de Estados Unidos, la principal fuente de divisas extranjeras proviene de la venta de commodities, han sufrido la flagelación de la inflación de dos dígitos y se encuentran expuestas a la volatilidad de marcos regulatorios frágiles. Es decir, existe evidencia que resalta las similitudes entre ambas economías, como también hay diferencias, lógicamente.

  • Integración económica

Similar a lo que sucede respecto a la libertad y apertura económica, Argentina no tiene integración económica con el resto del mundo. No hemos sido capaces de integrarnos con el Mercosur, por lo que resulta una utopía que la integración global haya sucedido.

Sin embargo, la integración económica y hacia Estados Unidos debería ser un punto a evaluar en el proceso de dolarización ya que el adoptar una moneda dura como el dólar debería simplificar y potenciar los canales de integración global, como lo ha hecho Europa. En este punto para ser claros, Argentina vuelve a reprobar pero es ahí donde encontramos el potencial o la zanahoria para llevar adelante el plan económico.

  • Devaluación constante de la moneda

No tenemos mucho para analizar ya que la Argentina en 139 años cambio 5 veces su moneda por la devaluación constante (Sticco, 2020). En este punto, cobra aun mayor relevancia adoptar una moneda como el dólar.

  • Credibilidad del Banco Central

La poca credibilidad de nuestras instituciones, en especial, la del Banco Central se evidencia en números: desde 2001 hemos tenido 13 presidentes, cada mandato en teoría debe durar 6 años a partir de su designación por el Poder ejecutivo con acuerdo del Senado de la Nación, aunque pueden ser reelectos. A excepción del caso de Martin Redrado, que duró en su cargo de máxima autoridad desde el 24 de septiembre de 2004 al 22 de enero de 2010, y de Ernesto Bosch, quien presidió desde el 31 de mayo de 1935 al 18 de Septiembre de 1945, el resto de los presidentes no cumplieron su mandato y una mayoría no alcanzó a cumplir ni siquiera 2 años, es decir un tercio de su ciclo. Por lo tanto, desde 1935 hemos tenido 62 presidentes cuando en teoría -si se hubiera respetado el artículo 7 de la ley orgánica del BCRA 21.144-deberíamos haber tenido menos de 15 presidentes.

Ahora vamos a otros puntos centrales:

"Al eliminar el peso, la dolarización de jure hace desaparecer instantáneamente tanto la inflación como las tasas de interés en dicha moneda". Es un error de comunicación y conceptual mencionar que la dolarización va a hacer desaparecer instantáneamente la inflación en la Argentina. Al contrario, la Argentina tendrá un periodo de 12 meses con inflación muy alta en dólares hasta que haya un reacomodamiento de los precios relativos. Luego, en el lapso de 18 a 24 meses estaremos navegando con una inflación de 1 dígito.

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"La inflación interna converge rápidamente a niveles similares a los de Estados Unidos". La practica nos demuestra que no necesariamente sucede este evento. Distintos factores económicos pueden empujar hacia arriba o hacia abajo la inflación del país que adopta la moneda. Es verdad que la inflación americana será la referencia, pero en la actualidad Ecuador tiene una inflación anualizada del orden del 2.6% mientras que Estados Unido se ubica en el orden del 8%. Panamá navega con una inflación también del 2.7%.

"Está dada por la necesidad de contar con los dólares suficientes para rescatar todos los pasivos monetarios del Banco Central de forma de poder "limpiar" su balance. Esto incluye tanto los pasivos no remunerados (Base Monetaria) como también los remunerados (Leliq y pases) de la autoridad monetaria" Aquí nace otro error no teórico sino de práctica. La teoría muy bien indica que un camino para dolarizarse es el que menciona Reyes. Sin embargo, similar al caso de Ecuador, solo hay que considerar la base monetaria. Es decir, el 100% del dinero primario circulante, el 100% de los depósitos del sistema bancario en el Banco Central y debería definirse si considerar el 60% o el 100% de los depósitos del gobierno en el Banco Central (Ecuador tomo el 60%). Es decir, a la fecha la Argentina tiene una base monetaria que ronda los $3,7 billones. Si tomamos el único tipo de cambio de equilibrio y referencia de la economía Argentina, es decir, el CCL, o dólar MEP, la Argentina necesita alrededor de US$ 12 mil millones para arrancar la dolarización de su economía (reservas netas ronda los US$ 4 mil millones)

"El tercer problema, muy relacionado con lo analizado en las AMO, es que la economía ya no podrá amortiguar los shocks externos negativos a través de un rápido ajuste en el tipo de cambio real. Al desaparecer el tipo de cambio nominal (porque no hay moneda doméstica), el ajuste del tipo de cambio real se realiza mucho más lentamente ya que debe producirse necesariamente a través de una deflación de la economía con consecuencias bastante más negativas para el nivel de empleo"

Según distintos informes económicos entre los cuales podemos destacar el de Narciso Fariña de la Universidad de San Andrés, concluye "El estudio se realiza para cinco países de América Latina desde 1993 a 2016 ... se encuentra evidencia de que una devaluación no generaría efectos significativos sobre el salario real en países que tienen un bajo nivel de inflación. En cambio, se observa que para los países que tienen un alto grado de inflación una devaluación puede generar una importante caída del poder adquisitivo". El estudio evidencia que en economías como la Argentina, con altos índices inflacionarios, movimientos en el tipo de cambio, es decir devaluaciones, tienen efectos significativos en el salario real de las familias, afectando su capacidad de consumo, inversión y desarrollo. En palabras llanas, el modelo que tenemos hace décadas de flotación cambiaria sumado a índices inflacionarios muy elevados, solo han esmerilado el salario real argentino medido en dólares. En el 2018-2019-2020-2021 hemos estado continuamente devaluando nuestra moneda por distintos shocks externos y sin embargo, los resultados están a la vista: más inflación, más pobreza, menor crecimiento de la economía real argentina.

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Para concluir, he sido enfático que una reforma monetaria individual no va a resolver los problemas estructurales de la Argentina. No tiene sentido una reforma monetaria sin otros cambios estructurales profundos en términos impositivos, laborales y comerciales.

Menciono alguna de las 100 medidas que van a acompañar a un proceso de dolarización en la Argentina:

  • - Eliminación del déficit fiscal en un lapso de 12-18 meses para lograr equilibrio y luego superávit en un periodo de 18 a 36 meses.

  • - Eliminación de todas las regulaciones monetarias que no permiten acceder al dólar americano. Es decir, libertad para elegir la moneda para ahorrar y transaccionar.

  • - Construcción de una reforma laboral que flexibilice el régimen arcaico que rige en el país. Entre ellas, eliminación de la doble indemnización por despido, incentivos impositivos a la contratación de nuevo personal regido por escalas. Premios impositivos al mantenimiento del nuevo personal regido por escalas. Fortalecimiento del régimen "híbrido" laboral.

  • - Construcción de una reforma impositiva integral, que priorice y ponga el foco en premiar al pequeño, mediano emprendedor y empresario pyme que invierta en la economía real en la Argentina.

  • - Eliminación de varios de los más de 168 impuestos que rigen, empezando por el impuesto a los cheques, que destruyen los mercados de capitales.
  • Devolución del IVA a los contribuyentes más vulnerables (10% población más vulnerable).

  • - Reformulación de las alícuotas y mecanismos de cobro de IIBB que castigan financieramente a la Industria Argentina.

  • - Eliminación progresiva de las retenciones a todos los productos que se exportan al exterior. En un lapso de 8 años todas las alícuotas llegan a 0.

  • Respecto del tributo del pago sobre el reparto de dividendos, debería haber una política fiscal que incentive la reinversión de las ganancias de las empresas, subiendo drásticamente al 15% la alícuota por el retiro de dividendos y fortaleciendo el canal de reinversión en economía real.

  • - Programa de subsidios y créditos para el pequeño y mediano productor para producir y vender al exterior.

  • - Programa de incentivos del sector público para el desarrollo de planes de infraestructura de largo plazo para el país. En foco estará en el crédito blando de mediano y largo plazo.

  • - Fortalecimiento del ahorro y la inversión a partir de brindar mecanismos de previsibilidad para el desarrollo de los mercados de capitales en nuestro país.

  • - Ofrecer tasas de interés reales positivas para el ahorrista prolongadas en el tiempo

  • - Eliminación de todas las trabas y regulaciones que lentifican, retrasan y destruyen el comercio exterior de nuestro país. Entre ellas, las sustitución de importaciones y la eliminación de todos los decretos actuales del BCRA que limitan la importación de productos del exterior.

  • - Finalmente, un programa titulado "Recuperación de la soberanía argentina" donde debería haber incentivos profundos para repatriar los dólares exteriorizados, que como hemos mencionado, según estimaciones oficiales alcanzan USD 400 mil millones.

- Eliminación de la diferenciación del tributo en la alícuota por bienes personales localizados en el exterior, ya que la diferenciación solo incentiva a la perdida de residencia fiscal, achicando la base tributaria.

- Baja drástica en el impuesto a las ganancias a aquellas empresas y personas humanas que deciden repatriar o derramar liquidez generando incentivos reales para dinamizar la inversión y desarrollar la economía real argentina, según montos y escalas.

Es importante mencionar que no es un blanqueo de capitales. De una vez por todas hay que premiar aquellos que pagan impuestos en la Argentina y no seguir incentivando la evasión a partir de los blanqueos de capitales cada 4 años, como viene sucediendo en promedio en la Argentina. Este programa fortalece el canal de inversión productiva en la economía real favoreciendo fuertemente a nivel impositivo el ingreso de capitales a la economía argentina.

¿Cómo le fue a Ecuador?

Ecuador es un caso muy interesante para analizar, ya que de los 22 años desde la creación del régimen de dolarización, el país estuvo gobernado por el populista Correa en 10 años, prácticamente la mitad de vida de este nuevo régimen monetario. Así y todo algunos datos duros:

- El salario real en dólares creció un +70% para el sector más vulnerable del Ecuador en los últimos 20 años (el 20% más humilde de la población total) mientras que en la Argentina creció solamente un magro +9% para los sectores más desfavorecidos.

- En el año 1980 la economía de Ecuador era de 17.882 mil millones de dólares mientras que en 2000 -previo a la dolarización-, el producto bruto era de 18.323 mil millones de dólares, es decir, durante 20 años la economía ecuatoriana prácticamente no creció. A partir de 2001, cuando logró la estabilidad macroeconómica con la dolarización, Ecuador comenzó a crecer, teniendo solo un periodo en el 2016 de recesión económica, con una caída de 1.2%. (sin contabilizar la caída global de la pandemia). Luego de 20 años, el producto bruto de Ecuador en 2019 fue de 107.436 mil millones de dólares, es decir, quintuplicaron el desarrollo económico en los siguientes 20 años.

- Si se analiza los últimos 20 años de Ecuador en materia inflacionaria, se observa un escenario de estabilidad, donde la tasa de inflación ha convergido a la de Estados Unidos, y en la actualidad, se ubica en 1.91% a finales del 2021.

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Uno de los mayores temores que se asocian con la dolarización se vincula a la pérdida de empleos en el largo plazo, causado por la incapacidad monetaria de la economía para ofrecer herramientas que apuntalen el crecimiento económico. En 1999-2000, la tasa de desempleo de Ecuador era mayor al 13% (como porcentaje de la población activa) mientras que en 2019 era de 4.1%, por lo tanto, se redujo dramáticamente el desempleo poblacional. Es decir, además de contar con un crecimiento sostenido de la economía, acompañada de un crecimiento del salario real, inflación muy baja, el desempleo también ha logrado evolucionar favorablemente con la dolarización

Así y todo, frente a algunos resultados excepcionales en materia económica, Ecuador no ha sabido avanzar en las reformas necesarias que exige un régimen de dolarización. Durante la pandemia avanzó en una reforma laboral, lógicamente apremiado por un shock internacional extraordinario. Sin embargo, tiene que seguir avanzando en reformas que estimulen la inversión y el desarrollo económico. Por desgracia, como dije anteriormente, 10 de los 22 años gobernó el populismo, generando un deterioro fiscal muy marcado y llevando a Ecuador a más de 14 años consecutivos de déficit fiscal continuados a la fecha.

Sin embargo, es fundamental remarcar que la dolarización le puso un freno al populismo en Ecuador, limitándole el accionar desde el punto de vista monetario y fiscal. Por ende, la dolarización combate y contribuye a eliminar los populismos.


La presentación del libro "Dolarizar" de Romano en la Feria del Libro


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