¿Tras la última revisión del FMI, Argentina alcanzará sus metas?
El organismo señaló que no se alcanzó el objetivo de reservas en junio y recortó en US$5.000 millones las metas para 2025 y 2026. Previó un déficit mayor en la cuenta corriente, inversión extranjera débil hasta después de las elecciones y la necesidad de recuperar acceso a financiamiento internacional para sostener la balanza de pagos.
La semana pasada se publicó el informe del personal técnico sobre la primera revisión del Servicio Ampliado del Fondo para Argentina. No se alcanzó el objetivo de reservas para junio. El personal del FMI señaló que se están tomando medidas correctivas para aumentar las reservas. Sin embargo, el Fondo también instó al BCRA a desempeñar un papel más activo en el proceso de acumulación de reservas, con compras dentro de la banda de flotación. De cara al futuro, los objetivos para 2025 y 2026 se modificaron a la baja en 5000 millones de dólares, mientras que la meta para finales de 202, se mantiene sin cambios.
El FMI advirtió que el déficit por cuenta corriente se ha ampliado, impulsado por la fuerte demanda interna privada y la flexibilización de las restricciones cambiarias y de importación. Se prevé que el saldo por cuenta corriente alcance este año un déficit del 1,7% del PIB, frente al déficit de 0,4% previsto en el momento de la aprobación del programa. Nosotros también hemos empeorado nuestra propia proyección de la cuenta corriente en base caja para 2025. Y ahora esperamos un déficit de 10.000 millones de dólares o 1,4% del PIB.
Como hemos dicho muchas veces antes, esto no es motivo de preocupación en el corto plazo y es totalmente consistente con una economía en crecimiento y cada vez más abierta a los flujos de capital. En cuanto a la cuenta financiera, el FMI y las autoridades argentinas comparten nuestra opinión de que, recuperar el acceso al mercado internacional en condiciones más favorables, es imprescindible para la sostenibilidad de la dinámica de la balanza de pagos.
El informe del personal técnico destacó que los flujos externos han mejorado considerablemente, impulsados por el aumento de las entradas de cartera procedentes de emisiones de deuda del sector público y de empresas nacionales. Mencionó que las autoridades tratarán de obtener financiación adicional, en función de las condiciones del mercado. mediante subastas periódicas de bonos denominados en pesos y suscritos en dólares estadounidenses.
Sin embargo, advirtió que la inversión extranjera directa sigue siendo débil, ya que es posible que los inversores estén a la espera de los resultados de las elecciones de mitad de término.
Proyectamos que se mantendrá el mismo comportamiento en el futuro cercano. El gobierno argentino mantendrá sus esfuerzos por recuperar sus agotadas reservas internacionales. Las compras por parte del Tesoro serán la norma, mientras que consideramos poco probable que se produzcan nuevas colocaciones de deuda en pesos a extranjeros en el contexto actual de turbulencias en el mercado doméstico. También creemos que las empresas seguirán colocando deuda denominada en dólares como lo han hecho recientemente. Tanto la inversión extranjera directa como los flujos de portafolio seguirán siendo limitados, al menos hasta después de las elecciones. Por último, las compras netas de billetes y divisas por parte del sector privado podrían alcanzar los 14.000 millones de dólares durante el año, lo que refleja la flexibilidad de las restricciones cambiarias.
Por lo tanto, proyectamos un superávit de cuenta financiera de 19.800 millones de dólares para 2025, 2,8% del PIB. Esto daría lugar a unas reservas internacionales netas de 7.200 millones de dólares a finales de diciembre. Teniendo en cuenta sus efectos de evaluación y los ajustes, esta proyección apenas alcanza el objetivo del programa.