El antes, el durante y el después de la nominación de Teresa Day

Suarez ya había consultado sobre el cargo antes de asumir la gobernación, de allí la sorpresa por el apuro, condicionado además por la posibilidad de operaciones en contra.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

El gobernador Rodolfo Suarez no consultó entre ayer y hoy a demasiados dirigentes para decidir quién reemplazaría a Jorge Nanclares en su silla de 33 años en la Suprema Corte de Justicia de Mendoza. Es que ya lo tenía consultado desde antes de asumir. Efectivamente, aunque el "supremo" se subió repentinamente al tobogán, hace rato que venía esperándose que sucediera con él o con Pedro Llorente, el otro del que se aguardaba que pasara a compartir más tiempo con la familia. El año pasado, el actual gobernador consultó a los que tenía que consultar, aun sin saber cómo se conformaría el Senado pasadas las elecciones, clave para que le den el placet a María Teresa Day, su elegida.

Entre lunes y martes, Suarez solo tuvo que hablar con uno: el exgobernador Alfredo Cornejo. Excepto tres senadores estrechamente ligados al actual gobernador, el resto no le es renuente, pero responden internamente al actual diputado nacional y presidente de la UCR nacional. Es esa Cámara la que debe activar el proceso para que Day sea aprobada o rechazada y si Suarez tenía otra preferencia y hubiera tenido que pulsear por ella, lo más probable es que la haya dejado de lado para no tener que mostrar un costado débil. Ahora, aparece como el impulsor de la nueva candidata para lo bueno y para lo difícil, ya que tendrá que afrontar una avalancha de cuestionamientos desde sectores que no consideran que precisamente represente la "cuestión de género", como venían proclamando en las redes sociales desde que se confirmó el dato ofrecido por Memo el lunes de que sería una mujer la sucesora de Nanclares.

Alberto Day.

La funcionaria del Ministerio Público Fiscal, fundamental en la coordinación del área que dirige Alejandro Gullé, es hija de Alberto Day, que fuera un caracterizado dirigente del radicalismo, candidato a gobernador en 1966 por la UCR del Pueblo (enfrentó a Emilio Jofré del PD, Ernesto Corvalán Nanclares del PJ y Alberto Serú García del MPM). Fue elegido diputado nacional en 1973. "En los años 74 y 75 comenzó a defender a los perseguidos por la turbulencia política", cuentan quienes lo conocieron. Durante la dictadura defendió a quienes eran marcados por el gobierno de facto cívico militar. La etapa previa a llegada la democracia, consolidó un sector en la UCR junto a otros referentes, conocido como "Causa Nacional", con José Genoud, Alfredo Mosso, Juan Carlos Jaliff, Fernando Armagnague y Raúl Baglini, entre otros. Raúl Alfonsín lo designó embajador en Panamá.

La cuarentena la tomó varada mientras realizaba un curso en Honduras, de allí que el Procurador, Gullé, haya mencionado en su momento que estaba haciendo "home office a distancia", al abordar su situación y defender su efectividad práctica en la tarea administrativa.

Es evidente que Day no conformará a todos los sectores y habrá debate social sobre su candidatura. Girará en torno a una serie de preguntas que se hacen los sectores feministas en torno a su posición sobre temas como el aborto, la religión y la cuestión de género en general. "Puede aprender, formarse y adecuarse", dicen quienes sostienen que "no se nace sabiendo todo sobre género". Del otro lado, en los corrillos de la disconformidad o de las que se sienten frustradas por su nominación, dan por perdido el espacio, a priori.

Ahora -y una vez más- le tocará a un viejo conmilitón de su padre, el presidente provisional del Senado, Juan Carlos Jaliff, llevar la voz cantante en el Senado. Y a ella misma, mostrar su valía para el cargo.

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