En defensa del mérito

"Todos saben que tengo diferencias sustanciales con el gobierno nacional y sus representantes. Pero el martes, en San Juan, cuando el Presidente de la Nación Argentina despreció el mérito, es decir, el esfuerzo, la creatividad, la imaginación, la perseverancia, me superó".

Marcelino Iglesias

No me resigno. Voy a seguir defendiendo con todas mis fuerzas, el mérito, el sacrificio, el trabajo y los sueños. Todos saben que tengo diferencias sustanciales con el gobierno nacional y sus representantes. Pero el martes, en San Juan, cuando el Presidente de la Nación Argentina despreció el mérito, es decir, el esfuerzo, la creatividad, la imaginación, la perseverancia, me superó.Creo que todos o casi todos nosotros nacimos en cuna de buenas personas. No en cuna de oro. Y nos inculcaron valores inalterables, donde la honestidad, la franqueza, el respeto y el amor por el estudio primero y el trabajo después eran el norte y la guía.Mientras mi madre Anlla, que era ama de casa, plisaba prendas para llevar unos pesitos más a la economía familiar, me decía: "Yo tuve que abandonar la escuela en cuarto grado, pero quiero que vos estudies, aunque tenga que trabajar a destajo en las horas de mi descanso".Siempre, en la adversidad, me acuerdo de las palabras de Anlla, mi querida vieja que se deslomaba para hacerme una buena persona. Yo no puedo aceptar que un presidente, por más convalidado por los ciudadanos que haya sido, diga lo que dijo.Eso es igualar para abajo; es desmerecer el esfuerzo; es exaltar la pobreza, el bendito "pobrismo" representado por el Papa Francisco, que bendice sospechosos; es desanimar al emprendedor, al soñador, al que lucha por un futuro mejor, no solo para su familia, sino para la sociedad en la que vive.NO acepto con resignación esa generación de lo mediocre, de igualar para abajo, de vivir de arriba, de la no superación, de la negación a aprender algo todos los días. En definitiva, elijo vivir pensando que algo puedo aportar para hacer un futuro un poquito, aunque sea solo un poquito mejor .Si me resignara, tendría que decirle a mi querida vieja que se equivocó, que sus esfuerzos fueron en vano, que los míseros tienen razón, que todo da lo mismo y que su esfuerzo y sacrificio no sirvió.Pero ¿saben una cosa? ¡No lo voy a hacer!Lo poco o mediano de vida que me quede lo voy a invertir en defender esos valores. Porque son los que mamé de la teta materna.Y de los que me enorgullezco todos los días.

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