Un Faurie en modo Milei (y porteño) que chocó antes de arrancar

El nuevo embajador en Chile vino a llevarse el mundo por delante y en menos de un día ya tuvo su primera polémica al otro lado de la cordillera. Además, llama la atención que hoy pida cosas que pudo resolver o trabajar cuando era canciller.

De diplomático tuvo muy poco el nuevo embajador de Argentina en Chile, Jorge Faurie, quien se puso el traje de Javier Milei para venir a Mendoza a vender una postura de ir al choque para solucionar los problemas que existen en la frontera, ocasión en la que le apuntó al cónsul trasandino  David Quiroga.

Faurie hizo declaraciones en Mendoza y ya tuvo que aclararlas en Chile

Fue un encuentro en el que claramente el cónsul chileno tuvo que apelar a su mejor papel de diplomático de carrera, a pesar de lo cual fue notoria su incomodidad con el escenario. Una veintena de funcionarios y empresarios mendocinos, sumados a un Faurie en modo Milei, que le tiraban con todo. "Dígale a aquellos, que estos argentinos hdp, como nos llaman, estamos esperando una respuesta", fue una de las frases que le lanzó el embajador al cónsul cuando escuchó un reclamo de Afip.

La incomodidad no fue sólo del cónsul, sino también de algunos funcionarios provinciales, al contrario de otros participantes que celebraron los comentarios del embajador que -claramente- vino con una postura que buscaba quedar bien con los sectores que -con mucha razón- llevan décadas reclamando por el problema del tránsito en la frontera.

Todo muy lindo para algunos, pero cuando pasa el furor, es un mal momento para ir al choque con los vecinos chilenos a discutir sobre el paso o cualquier otro tema. Eso, sin dejar de lado que los reclamos que hacen los encargados de turismo y del sector privado son todos justificados. Del lado del Estado hay cosas que sí son ciertas y otras que no, considerando que hoy el Estado -por ejemplo- no es capaz de tener un complejo aduanero en condiciones y con baños limpios y redes de agua en condiciones.

En primer lugar, es un mal momento porque el embajador lanzó su arsenal en medio de un clima de molestia con la Argentina por las declaraciones de Patricia Bullrich, quien acusó a Chile por la responsabilidad que les cabría en la llegada de drogas a la Argentina. Según la ministra, gran parte del tráfico viene desde el vecino país, cuestión que refutaron ministros y parlamentarios trasandinos, pidiendo que se den datos para sustentar dichas afirmaciones. Un tema que golpea directamente en el manejo de las fronteras, justamente el tema en discusión.

A eso, se suma que las relaciones entre ambos países, si bien se mantienen en el marco diplomático, no son fáciles a partir de los comentarios que hizo el presidente argentino (antes de ganar las elecciones) sobre el actual mandatario trasandino, Gabriel Boric. Lo más suave que dijo es que era una "desgracia" para Chile, cuestión que en la actual administración no olvidan.

Y como punto más importante (y conociendo a mi gente), en Chile no van a salir a continuar la pelea mediática, pero harán sentir su malestar. Por eso, entre el entusiamo de un Faurie muy porteño (y lejano a la realidad local), y las autoridades santiaguinas, los mendocinos volvemos a quedar en el medio de una disputa que nos afecta día a día, pero que se discute geográficamente lejos del túnel Cristo Redentor.

Hemos visto decenas de estas reuniones en las que se llevan los petitorios a Santiago y Buenos Aires para dormir o discutirse a paso de tortuga. Eso, considerando -además- que es muy difícil que Chile cambie su postura en cuanto al manejo de los pasos fronterizos.

Detalles que no son detalles

A la hora de analizar lo sucedido, lo de Faurie buscaba marcar una postura similar a la de la administración que lo puso de nuevo en un cargo. El excanciller apuntó a Quiroga y lo expuso, sabiendo que cumple un rol de cónsul y no de político. En el caso de Chile, en estas representaciones en el extranjero se nombra a funcionarios de carrera. Los mismos, por su formación, siempre buscarán todas las formas para evitar hacer declaraciones políticas, las que están más allá de sus funciones administrativas y diplomáticas. A lo más, pueden transmitir los mensajes, pero están atados de manos para otras gestiones, porque no es su labor.

Jorge Faurie y el paso a Chile: "Argentina tiene que volcar su comercio exterior al Pacífico"

El embajador sabe que ese tipo de posturas las tiene que hacer con el embajador en Buenos Aires (que sí es un funcionario político), con el canciller del vecinos país o, en su defecto, con el Ministerio del Interior (del cual depende la Unidad de Pasos Fronterizos) cuando esté en funciones en el edificio de calle Vicuña Mackenna en la capital trasandina.

Venir y hacer el show en Mendoza sirve para la política, pero para solucionar los problemas reales que existen en la frontera es poco lo que ayuda, porque sabemos que cuando se va al choque, en Chile se cierran puertas y hasta las ventanas. "Dígale que llega el petiso Faurie, que es bastante hincha", le dijo al cónsul en otro momento en que reclamó por una reunión de todos los organismos en Santiago.

Igualmente, la historia de Faurie con el Cristo Redentor no empezó este jueves, ya que en mayo de 2018, cuando era canciller de Macri, firmó un tratado con su par trasandino Roberto Ampuero para ampliar y agilizar el Sistema Integrado Cristo Redentor. Curiosamente, nada de lo que se firmó tiene avances reales a cuatro años de la firma y el paso funciona de la misma manera. En ese momento, el poder de Faurie para tomar decisiones y solucionar temas referidos al paso internacional era mucho mayor, ya que era una de las autoridades que tenía resolución y gestión directa sobre estos temas, cuestión que hoy no es tal. Por eso, llama la atención su postura, la cual no tuvo cuando estuvo en un lugar mucho más alto en la pirámide del poder, tenía comunicación directa con el Gobierno de Chile y era el que recibía los pedidos como los que se hicieron en la reunión de ayer.

En La Moneda ya lo miran con cuidado

En Chile rápidamente se enteraron de lo pasó en Mendoza y en horas de la tarde del jueves el diplomático habló con una radio chilena para intentar aclarar algunos dichos. Sin embargo, más allá de la declaración puntual, en La Moneda se enteraron de todo lo que sucedió en la reunión en la que "acorraló" a Quiroga.

Fuentes consultadas por Memo confirmaron que la postura del nuevo embajador no cayó bien, especialmente cuando aún se están analizando los dichos de Bullrich. Además, les preocupa su posición cuando ni siquiera está nombrado oficialmente y tampoco presentó sus cartas credenciales en La Moneda. Cuando eso ocurra, seguramente, los medios traerán a colación este primer episodio del embajador.

En lo que respecta al funcionamiento del Cristo Redentor, me arriesgo a decir que la situación no cambiará mucho en lo que respecta a los que transitan el corredor internacional. 

Lo que Faurie califica como burocracia en Chile está respaldado por leyes y normativas de control que apuntan a cuidar cuestiones como la producción de productos que exportan libres de aranceles a decenas de países. Por eso, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) es el organismo que realmente controla y tiene la palabra a la hora de cambiar algunos de los protocolos que existen en los cruces fronterizos.

Seguramente los que conocen cómo es la relación con los chilenos en el paso internacional, entenderán que la postura del choque no va a solucionar los problemas y puede hasta generar más inconvenientes. Mientras tanto, veremos si Faurie me cierra la boca y está a la altura de algunos mendocinos que fueron embajadores y no cae en la misma línea que el último enviado a Chile, que sólo aparecía para generar controversia.

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