Emergencia salarial en Mendoza: cuando el salario no alcanza, pierde toda la economía

El diputado provincial del Partido Verde, Emanuel Fugazzotto, analizó la actualidad de los sueldos de los trabajadores del Estado y pidió declarar la emergencia salarial.

Emanuel Fugazzotto

La crisis salarial que atraviesan miles de trabajadoras y trabajadores del Estado en Mendoza no es nueva, pero se ha profundizado de manera alarmante.

Profesionales, administrativos y personal esencial del sistema público, vienen perdiendo poder adquisitivo de forma sostenida en los últimos años. Hoy, muchos de ellos están por debajo de la línea de pobreza, pese a cumplir jornadas laborales completas y tener décadas de antigüedad.

El caso de los trabajadores del sistema de salud es elocuente: con 40 horas semanales y más de 20 años de servicio, cobran apenas $620 mil pesos mensuales. 

En el Poder Judicial, la brecha entre magistrados y empleados puede multiplicarse por veinte, en un escenario donde la desigualdad se vuelve más evidente cuanto más arriba se mira. Y los trabajadores municipales, con responsabilidades similares, perciben en promedio salarios de bolsillo que no superan los $400 mil pesos.

Emergencia salarial en Mendoza: cuando el salario no alcanza, pierde toda la economía

Esta situación se da en paralelo a un fuerte incremento en el costo de vida: tarifas, impuestos, alquileres y servicios se han disparado, afectando de lleno a los hogares mendocinos. Frente a este contexto, resulta difícil comprender cómo se siguen sosteniendo millonarios gastos publicitarios o licitaciones tercerizadas para funciones que podría realizar el propio Estado.

Desde el Partido Verde hemos presentado un proyecto de ley para declarar la emergencia salarial en Mendoza. No es solo una cuestión de justicia con quienes sostienen el funcionamiento diario de lo público: también es una estrategia inteligente para reactivar nuestra economía. 

Una mejora en los salarios de este amplio sector impactaría directamente en el consumo interno, beneficiando al comercio local, la gastronomía, el turismo y los pequeños emprendimientos.

Los trabajadores públicos viven, consumen y se vinculan con su entorno en Mendoza. Son vecinos que compran en sus barrios, llevan a sus hijos a las escuelas locales, usan los centros de salud y sostienen múltiples actividades cotidianas que alimentan el circuito económico provincial. Negarles la posibilidad de vivir con dignidad es también frenar la posibilidad de recuperación para cientos de otros sectores.

Insistir en una lógica de ajuste, tercerización y recorte puede dar resultados en los balances, pero deteriora el tejido social y la calidad de los servicios. No se puede hablar de eficiencia si quienes hacen funcionar el Estado están cada vez peor. Mejorar los salarios no es solo un acto de reparación, también es una decisión que puede encender uno de los motores más potentes de la economía mendocina: el consumo interno.

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