La Batalla del Pilar: Un hito decisivo en la historia de Mendoza
La historiadora Luciana Sabina recuerda en esta nota a la Batalla del Pilar, en la que luchó un joven Sarmiento y en la que fuera degollado Francisco Narciso Laprida.
La Batalla del Pilar, ocurrida el 22 de septiembre de 1829 en la provincia de Mendoza, fue un evento crucial en el contexto de las guerras civiles argentinas que marcaron la lucha por el poder entre unitarios y federales tras la independencia del país. Este enfrentamiento forma parte de las primeras etapas del conflicto en el que facciones políticas y militares buscaban consolidar sus visiones sobre la organización nacional.
En la década de 1820, Argentina se encontraba inmersa en una profunda crisis política. Mientras que los unitarios abogaban por un gobierno centralizado con sede en Buenos Aires, los federales, liderados por caudillos regionales, defendían la autonomía de las provincias. Mendoza, situada estratégicamente en la región de Cuyo, era un escenario importante en estas luchas debido a su ubicación geopolítica, que conectaba el país con Chile.
El enfrentamiento en el Pilar se dio en un momento de alta tensión entre las fuerzas unitarias lideradas por el general José Félix Aldao, un exmonje dominico que se convirtió en uno de los caudillos más poderosos de Mendoza, y las tropas unitarias comandadas por Juan Agustín Moyano.
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La batalla tuvo lugar en las cercanías de la ciudad de Mendoza, específicamente en el área conocida como El Pilar, ubicada a unos 5 km de la capital provincial.
El enfrentamiento fue breve pero sangriento. Aldao, con un ejército compuesto en gran medida por hombres del campo y gauchos que lo apoyaban, logró una contundente victoria sobre las fuerzas unitarias. El conocimiento del terreno, la lealtad de su montonera y su estrategia militar, que combinaba tácticas irregulares y el uso del factor sorpresa, fueron clave para su éxito.
La victoria federal en la Batalla del Pilar reforzó la posición de Aldao en Mendoza y consolidó su liderazgo en la región de Cuyo. Este triunfo no solo permitió a los federales mantener el control sobre la provincia, sino que también desmoralizó a las fuerzas unitarias locales, debilitando su capacidad para enfrentarse a los caudillos del interior. Mientras que Moyano se refugió en casa de su primo Juan Cornelio, pero éste tuvo miedo de protegerlo y lo entregó a Aldao. Fue sometido a consejo de guerra y fusilado en Mendoza el 13 de octubre.
Un Domingo Faustino Sarmiento de 19 años participó en la contienda, luchando para la facción unitaria:
"Yo salí del campo del Pilar después de haber visto morir a mi lado al ayudante Estrella y haber ultimado, uno de los nuestros, a un soldado enemigo que me cerraba el paso mientras bregábamos con la lanza y el sable con que yo había logrado herirlo. Salí por entre los enemigos, por una serie de peripecias y de escenas singulares, entrando en espacios de calle en que nosotros éramos los vencedores, para pasar a otro en que íbamos prisioneros".
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En un contexto más amplio, podemos decir que la batalla fue parte del complejo mosaico de conflictos que sacudieron a Argentina durante el siglo XIX, con consecuencias que se sintieron a nivel nacional. La figura de Aldao, conocido como "el Fraile General", se destacó como una representación de los caudillos federales que dominaron muchas provincias argentinas en las décadas posteriores a la independencia.