Jorge Lanata: el legado de un periodista audaz y polémico

La vida de un hombre que fundó medios de comunicación, que tuvo éxitos y fracasos, que desafió a la política, que fue amado y odiado, y que nunca se cansó de cuestionar.

Nacido en Mar del Plata en 1960, Lanata se crió en Sarandí. A los siete años, su madre quedó postrada de por vida después de una operación y se crió con su abuela y unas tías. Tenía 14 años cuando comenzó su carrera periodística en Radio Nacional, a la que ingresó como redactor de los cables de noticias.

En los años de la dictadura colaboró con la revista Siete Días. En 1982 empezó a publicar notas en El Porteño. Para esa revista entrevistó a Horacio Mayorga, el capitán de navío que en 1972 había defendido la tesis oficial del intento de fuga en la Masacre de Trelew (el fusilamiento de 19 integrantes de organizaciones armadas, del cual sobrevivieron tres), y le sacó esta frase sobre la represión ilegal: "Para mí habría que haber fusilado en River, con Coca-Cola gratis y televisándolo".

La llegada de la democracia lo encontró en El Porteño y en Radio Belgrano. La apertura que trajo la primavera alfonsinista permitió un desparpajo en los medios (ya preanunciado por la revista Humor) y eso derivó en un clima de época para la irreverencia, no solamente en Radio Belgrano y El Porteño, sino también en la revista El Periodista, la FM Rock and Pop y el programa La Noticia Rebelde en ATC. El punto culminante de ese proceso fue la aparición de Página12, el 26 de mayo de 1987.

Al frente de un nuevo diario

Lanata, entonces de 26 años, fue uno de los fundadores del diario, que renovó el panorama de la prensa escrita en la Argentina. Figuró como director hasta marzo de 1994. De esa época quedaron tapas recordadas como la portada en blanco del 8 de octubre de 1989, un día después de los decretos de indulto de Carlos Menem.

En su etapa en PáginaI12, Lanata publicó La guerra de las piedras, originado en la primera intifada en la Franja de Gaza, el libro de cuentos Polaroids y la novela Historia de Teller. En esa época incursionó en radio con el ciclo Hora 25, por Rock and Pop, que se volvió de culto.

Página tenía grandes firmas: Osvaldo Soriano, José María Pasquini Durán, Horacio Verbitsky, Tomás Eloy Martínez, Juan Gelman, Miguel Bonasso, Eduardo Galeano, Osvaldo Bayer, Juan Sasturain, Alsina Thevenet, Román Lejtman, Ernesto Tenembaum, Juan Forn, Rodrigo Fresán y muchísimos otros. Ese elenco casi soñado de periodistas, veteranos con mucho prestigio que habían estado en las grandes revistas de los sesenta (primera Plana, Confirmado) y en La Opinión de Timerman eran dirigidos por un chico de 26.

Recién desvinculado de PáginaI12, Lanata encaró con Joe Goldman una investigación sobre los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA. El resultado fue el libro Cortinas de humo (1994), al que consideró, en 1999 en su respuesta al correo de lectores en la revista Veintiuno, como su mejor trabajo periodístico.


En televisión

Tras la etapa del diario comenzó la faceta televisiva de Lanata. A comienzos de 1996 nació Día D, un programa periodístico que halló su público los domingos a la noche en América. Después de dos años, el ciclo fue levantado y el conductor afirmó que el dueño del canal, Eduardo Eurnekian, había acordado su salida con el gobierno de Carlos Menem a cambio de la concesión de los aeropuertos. En 1999, Lanata regresó con el programa, en formato diario, al mismo canal.

En el medio, en 1998, nació la revista Veintiuno. Era el regreso del periodista a la gráfica. La publicación arrancó con una entrevista de Lanata a Carlos Menem en Anillaco. A comienzos de siglo, y con problemas económicos, se desvinculó de Veintiuno. Mientras, lanzaba la revista EGO y seguía en televisión, con Día D y el ciclo de entrevistas La Luna. Además, lanzó el fallido portal Data54.

Durante un tiempo pareció que su estrella se apagaba. Sin lugar en la TV, sin Página, sin la revista, con la caída estrepitosa de su portal Data 54. Estaba en Radio del Plata y tuvo algunos programas en el cable. Desde allí resurgió. Comenzó a tener récords de audiencia para Canal 26. 

En 2012 desembarcó en el grupo Clarín. Periodismo para Todos en la televisión los días domingo, Lanata Sin Filtro todas las mañanas en Radio Mitre y la columna en la página 2 del diario todos los sábados. Fueron doce años de un enorme éxito. PPT se convirtió en el programa político más visto de la televisión y probablemente en uno de los más influyentes de la historia del medio: sus investigaciones sobre la Ruta del Dinero K, Lázaro Báez y Cristina Kirchner fueron vitales para la erosión de su imagen y para que se difundieran las denuncias de corrupción.

"El "queremos preguntar" salió en su programa de Periodismo Para Todos de 2012 y estuvo respaldado por una parte del arco periodístico"

En la radio su programa no abandonó desde el día del estreno el primer puesto entre los más escuchados en su horario. Llegó a tener casi el 50% del share. En los últimos tiempos duplicaba en audiencia al que lo seguía.

Decía que este era el último año en que haría PPT y la radio. Que era mucho desgaste el programa diario, las cuatro horas por día hablando de la actualidad. A eso se sumaban sus ciclos documentales y la columna de los sábados. Quería tener más tiempo para escribir, deseaba publicar "dos o tres libros buenos más". Recordaba, además, que él no era de permanecer demasiado tiempo en ningún lado. Ni en los trabajos ni en los matrimonios. Hasta ese momento Página había sido su trabajo más duradero, 10 años. PPT y Lanata Sin Filtro lo superaron.

Los años más recientes lo vieron premiado con varios Martín Fierro y también publicó varios libros. También fueron los años de su declive físico. Debió someterse a un trasplante de riñón y sufrió problemas respiratorios, que se sumaron a la diabetes y a la negativa a dejar el cigarrillo. De allí que hiciera Lanata sin filtro desde su casa hasta el momento de la última internación

Su identidad familiar

Cuando Jorge tenía seis años, su madre Angélica tuvo un tumor cerebral que la dejó sin habla y con medio cuerpo paralizado. Ernesto se dedicó a cuidarla con devoción, a cumplir con los votos matrimoniales. Jorge fue a vivir a la casa de Nélida, una tía soltera que, junto a su abuela, se encargó de criarlo. Angélica vivió en ese estado desde 1968 hasta su muerte en 2004.

"Tal vez mi pasión (o necesidad) por el periodismo viene de la mudez de mi madre. Yo le hacía preguntas y ella no podía responder. Apenas sí y no. Pero me sonreía y me agarraba fuerte de la mano en los momentos buenos y en los muy malos. Me hubiera gustado hablar con ella. Conocer su voz", declaraba.

El padre era un hombre hosco, de pocas palabras y casi ningún gesto de afecto. La relación entre ellos era tensa. Cuando cumplió 55 años llegó una nueva revelación. A través de una prima marplatense se enteró de que era adoptado. Angélica había perdido un embarazo de mellizos y lo adoptaron a él, luego de fingir un embarazo para que los vecinos no sospecharan. No buscó a su familia biológica. Decidió mirar para adelante y lidiar con la nueva revelación, con la sensación de (nuevo) abandono que se le instaló en el cuerpo.

Se casó cinco veces. La primera vez siendo muy joven con Patricia Orlando. La segunda con la periodista Silvina Chediek, cuando ambos ya eran famosos. Con Andrea Rodríguez, productora, fue el tercer intento. Con ella tuvieron a su primera hija, Lola. La artista Sarah Stewart Brown fue la cuarta esposa (la que donó su riñón) y madre de Bárbara, su segunda hija. En 2022 celebró la boda con la abogada Elba Marcovecchio, su última esposa; con ella vivía en el Palacio Estragamou, aunque cada uno en un departamento diferente.

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