Tras el Mundial de los US$300.000 millones, qué sucederá desde el lunes en Qatar
La FIFA saca cuentas alegres con ganancias muy superiores a las que obtuvo en Brasil 2014 y Rusia 2018. Se espera que las ganancias superen los US$7.000 millones. La gran pregunta es qué hará el país para atraer turistas para la gran infraestructura hotelera y si podrá mantener una buena imagen hacia el mundo occidental.
Desde 2010 hasta 2022 se calcula que la organización de la Copa del Mundo, tras la cual está el mismo Estado de Qatar, gastó US$ 300.000 millones en infraestructura y campañas de marketing para lograr el éxito de la cita deportiva.
Ahora, la gran duda es qué sucederá con todo eso desde el lunes y si no seguirá el camino de otras grandes sedes de eventos deportivos que pasaron al abandono.
Seguramente cuando se hagan los balances se dirá que valió la pena, particularmente para la FIFA. Se calcula que el ente rector del fútbol se llevará una ganancia superior a los US$7.000 millones. Un gran número grente a los US$ 5.360 millones de la Copa de 2018 y los US$ 4.800 millones de la edición de 2014.
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El regreso a la normalidad en Qatar es la pregunta que intriga a los expertos y también a los empresarios. Después de un mes en el que más de 700 mil aficionados llegaron a Doha, Qatar volverá a estar relativamente vacío.
A los agentes de bienes raíces les preocupa que los departamentos permanezcan sin terminar, mientras que los hoteles tendrán un exceso de habitaciones y algunos estadios nunca se volverán a utilizar.
Luego está la posición internacional de Qatar, incluso cuando suministra casi una cuarta parte de las importaciones de gas natural licuado de las que depende Europa para pasar el invierno.
Antes de que el foco de atención de la Copa del Mundo se convirtiera en dramas y sorpresas en la cancha, el país enfrentó críticas sobre los derechos de los trabajadores migrantes y una aversión a los símbolos del orgullo LGBTQ. Es poco probable que desaparezcan.
Esta semana, Qatar también ha sido objeto de titulares no relacionados con la Copa del Mundo: un escándalo de corrupción en la Unión Europea que involucra acusaciones de soborno.
Casos similares
Los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 fueron vistos como el arquetipo de la historia de éxito deportivo, trayendo la infraestructura y el turismo que tanto necesitaban a la ciudad española en dificultades. A medida que se desvanecía la exuberancia, tal como sucedió después de los Juegos Olímpicos de Atenas y los campeonatos europeos de fútbol en Portugal, años después, crecieron las críticas por los sobrecostos y la exageración de los beneficios sociales.
El beneficio económico de albergar la Copa Mundial de Fútbol también puede ser un mito, sin un impulso evidente inmediatamente después del evento, según un artículo reciente de la Universidad de Surrey, en Reino Unido.
Qatar no es diferente. Incluso antes de que termine la copa, los edificios vacíos salpican sus distritos comerciales y residenciales. Alrededor de 765 mil aficionados visitaron Qatar durante las dos primeras semanas del torneo, según los organizadores, menos de los 1,2 millones que Qatar esperaba que asistieran. Sin embargo, muchos de los que hicieron el viaje no quedaron decepcionados.
"Es genial poder ver todas las diferentes culturas y personas, y es mucho más familiar", dijo Jason Daley, un estadounidense que asistió a todas las Copas del Mundo desde 2006 y tiene cuentas de redes sociales que brindan información a los fanáticos sobre el torneo. "En comparación con las dos últimas Copas del Mundo, la facilidad para pasar la seguridad y entrar a los estadios ha sido increíblemente fluida", dijo.
Qatar desde el lunes
No está claro cómo Qatar seguirá siendo atractivo para los turistas. Al carecer de una liga de fútbol local competitiva, muchos de los estadios serán desmantelados o reconvertidos. El estadio 974, derivado del código de marcación internacional de Qatar, se construyó con contenedores y ya comenzó a desmantelarse.
Se han prometido alrededor de 170 mil asientos de otros estadios a los países en desarrollo. Los otros seis estadios se reutilizarán para hoteles, centros comerciales o se harán más pequeños para los equipos locales, lo que se sumará a un mercado inmobiliario que ya está sobreabastecido.
"La infraestructura, como el sistema de metro, se habría construido independientemente del torneo que se organizó", dijo Ross Griffin, profesor asistente de la Universidad de Qatar.