Encuestas: el optimismo de Poliarquía vs el pesimismo de Zubán Córdoba

Dos estudios de opinión pública que conducen a resultados diferentes, generando una fuerte tensión entre el optimismo y el pesimismo en torno al gobierno nacional de Javier Milei, a 100 días de haber asumido.

Se dieron a conocer casi en simultáneo dos análisis de encuestas de dos destacadas consultoras que hasta han trabajado en alguna ocasión juntas, pero cuyos resultados e interpretaciones parecen enfrentados en varios aspectos. 

 

Se trata de los estudios realizados por Poliarquía por un lado y Zubán Córdoba, por el otro. 

No resultan estrictamente comparables debido a que no preguntaron a los encuestados exactamente lo mismo, pero sí pueden verse dos perspectivas diferentes: la de Poliarquía es optimista y la de Zubán Córdoba, pesimista. 

Los 10 datos de Poliarquía sobre la gestión de Milei (textual):

1. La encuesta nacional de marzo trae buenas noticias al gobierno de Javier Milei. El presidente incrementa levemente su nivel de aprobación a pesar de la severidad del ajuste, la caída del nivel de actividad y la conflictividad política, en lo que representa un reconocimiento al proceso de desaceleración de la inflación y a las premisas básicas del relato libertario. A su vez, se registran mejoras en el humor social y una fuerte recuperación de las expectativas para el futuro mediato. Sin embargo, los indicadores referidos a la economía personal y familiar siguen mostrando retrocesos.

2. La aprobación presidencial recupera la leve caída del mes anterior y alcanza el mismo valor de enero. En marzo, la aprobación de Javier Milei se ubica en 58%, dos puntos por encima del mes pasado y alcanza el mismo nivel registrado a principios de año. La desaprobación se ubica en 40%.

3. El gobierno nacional mantiene alto niveles de confianza y crédito abierto. El 55% de los encuestados señala que el actual gobierno sabe cómo resolver los problemas del país, pero necesita tiempo para poder realizarlo. Este valor es superior a los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner en el mismo mes del año y de Alberto Fernández, pero inferior al registrado en la gestión de Mauricio Macri. Además, un 7% considera que ya está resolviendo los problemas. Un 35% (+3) considera que no saben cómo hacerlo.

4. A pesar de ubicarse en niveles históricamente bajos, continúan mejorando los indicadores generales de percepción sobre la situación del país y de la economía. Si bien la evaluación positiva del país se mantiene casi sin cambios, se reduce siete puntos la mirada negativa respecto al estado general. Esto implica una reducción de 16 puntos desde que asumió Milei, alcanzando el valor más bajo en dos años. A su vez, la percepción sobre la economía nacional mantiene la misma tendencia: cae 11 puntos la mirada negativa, una recuperación de 18 puntos desde el inicio de la gestión libertaria.

5. Marcada mejora de las expectativas a futuro del país y la economía (que alcanza el mayor valor en más de cinco años). La evaluación prospectiva de la situación del país a un año crece ocho puntos y alcanza el 56%, el valor más alto desde enero de 2020. Asimismo, la presunción de que la economía del país estará mejor en un año pasó de 45% a 49%, el valor más alto desde fines de 2017. Esto se traduce en una fuerte reducción del pesimismo en Índice de Optimismo Ciudadano.

6. Nueva reducción de las expectativas inflacionarias para el corto plazo. El 46% de los encuestados cree que en los próximos tres meses los precios subirán fuertemente (una caída de casi 40 puntos desde que asumió Javier Milei), alcanzando el valor más bajo desde septiembre de 2022.

7. A pesar de las mejoras descriptas en los indicadores de percepción general, la economía familiar sigue muy golpeada y sin indicios de mejora. El 54% de los entrevistados sostiene que no les alcanza el dinero y tienen dificultades para cubrir sus gastos (+8 respecto a febrero). Además, el 69% está muy o bastante preocupado de que alguien del hogar pueda perder su empleo (+9). El 58% señala que su economía familiar está siendo muy o bastante afectada por las medidas de ajuste que se están tomando.

8. Apoyo al ajuste pero rechazo a la dolarización. La mitad de los encuestados considera que el ajuste que está llevando el gobierno debe mantenerse de esta manera o incluso profundizarlo. Hay un 38% que cree que debiera ser más gradual y solo un 8% que no debería haber ajuste. Por otro lado, el 63% de los argentinos se manifiesta en contra de la dolarización.

9. La imagen personal de Javier Milei se mantiene estable. Su imagen positiva llega al 49% (+1) siendo el dirigente mejor evaluado del país. Le siguen Victoria Villarruel y Patricia Bullrich, ambas con 45%. En tanto, Mauricio Macri se mantiene sin cambios los últimos cuatro meses y Jorge Macri desciende cuatro puntos. El gobernador de la provincia de Buenos Aires sufre una caída de tres puntos en su imagen positiva (30%). Cristina Kirchner regresa a su imagen negativa habitual de los últimos meses: 56%.

10. Apoyo al "Pacto de Mayo" pero escepticismo en cuanto a su firma. El 69% de los encuestados dijo haber visto o escuchado parte o todo del discurso presidencial de apertura de sesiones ordinarias del Congreso. En ese contexto, el 56% está de acuerdo con la convocatoria a los gobernadores para la firma de un acuerdo básico, pero solo el 34% cree que se pondrán de acuerdo.

El análisis del trabajo de Zubán Córdoba, realizado por Paola Zubán (textual):

En todo el mundo, los periodos de gobierno suelen estar marcados por determinados hechos o circunstancias. Uno piensa en la presidencia de Bush en Estados Unidos y piensa en las torres gemelas y la guerra contra el terrorismo, por ejemplo. En Argentina, todos los gobiernos parecen condenados a que sus propias historias se cuentan a partir de los índices económicos. Casi no hay lugar para otra cosa. La economía abarca todo y se transforma en el gran monotema que marca la gobernabilidad y el horizonte político de las gestiones.

El gobierno de Javier Milei no ha sido una excepción a esa maldición. Es natural, por supuesto, tomando en cuenta que fue la pobre gestión económica del gobierno del FdT lo que permitió la llegada al poder del libertarianismo. Esa pobre herencia y el malestar existente probablemente expliquen la alta tolerancia social con la que el gobierno contó hasta ahora. Un consenso construido sobre el descarte: ya fallaron Macri y el peronismo, ¿qué podría pasar con Milei?

La respuesta a esa pregunta fue apareciendo en estos tres meses de gestión y empieza a dibujar los límites de ese consenso por el descarte. Un 58% cree que tanto la situación del país como su situación personal van a empeorar en los próximos meses. Un pesimismo que si bien ya venía en niveles altos el año pasado, ahora se ha profundizado a niveles alarmantes. Al preguntar por responsables, nos encontramos con que la grieta aparece de forma nítida y divide a la sociedad prácticamente en dos: un 51% culpa al gobierno de Milei y al ministro Caputo mientras que un 46% culpa al gobierno anterior.

El nuevo gobierno ha tenido desde su inicio un enfoque eminentemente macroeconómico, en el que la principal prioridad de análisis es que las celdas de un Excel queden en verde al finalizar el mes. La dimensión de la microeconomía aparece como desconocida para los principales voceros del gobierno, que pueden explicar sin problemas la importancia del superávit fiscal, pero titubean si algún periodista les pregunta por la factura de gas con aumentos excesivos o las jubilaciones congeladas. "No hay plata" es un latiguillo útil para explicar ajustes de pasajes en el Congreso pero suena cruel cuando es la respuesta a porque los jubilados perdieron tanto en los últimos meses.

Es en esa dimensión de la microeconomía que el gobierno empieza a mostrar sus límites más definidos. Casi un 70% afirma no saber que más ajustar para llegar a fin de mes. Un 53% tiene miedo de quedarse sin trabajo. Las salidas a comer afuera junto al cine y los recitales aparecen como los primeros gastos que la gente empezó a ajustar en los últimos meses. El esparcimiento y la recreación son los primeros que sufren en una crisis económica. ¿Qué va a pasar si la gente empieza a resignar el pago de sus cuentas o incluso su alimentación básica?

Los indicadores del humor social y la tolerancia al ajuste deberían ser igual o incluso más importantes que las celdas de un Excel para cualquier gobierno. El dolor se tolera hasta que se vuelve intolerable.

Si nos alejamos de la cuestión económica, aparecen otros indicadores que dan algo de oxígeno al gobierno. Su núcleo de apoyo sigue por arriba de los 40 puntos y parece resistir todos los embates. Además, cuestiones más bien simbólicas como la prohibición del lenguaje inclusivo o el cierre del INADI cosechan apoyos bastante considerables, a la vez que también chocan con segmentos importantes de la sociedad.

Sin embargo, ya tenemos la experiencia de gobiernos anteriores. La agenda simbólica permite fidelizar apoyos, pero se vuelve contraproducente si la economía no acompaña. Le pasó al gobierno de Macri con la agenda judicial y al gobierno de Alberto Fernández con sus propias batallas simbólicas.

Es aún más complicado cuando esa agenda simbólica tiene que convivir con un sistema político cada vez más irritado con el gobierno nacional. Sistema que cuenta con legitimidad en el territorio. Hablamos por supuesto de los gobernadores, que fueron hasta ahora el rival elegido del gobierno en las confrontaciones. La mayor parte de los gobernadores tienen en sus provincias más imagen positiva que el presidente. Y nuestro último estudio muestra que la gente espera que sus gobernadores confronten con el presidente si el gobierno nacional intenta recortar sus recursos.

Marzo y abril serán los meses más complicados en materia económica. Es algo confesado incluso por el propio presidente. La evaluación del humor social durante las próximas semanas probablemente termine de definir el tono político del resto del año. Para prestar atención.

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