La difícil tarea de encontrar el punto medio entre empresarios y sindicatos en pandemia

Mientras a nivel nacional ya se instalaron mesas formales entre Gobierno, empresarios y gremios para analizar los efectos de la pandemia, en Mendoza aún las conversaciones son informales y las posiciones diversas y enfrentadas.

El impacto económico de la cuarentena total para mitigar los efectos de la pandemia de covid-19 crece día a día durante el período de aislamiento. Mientras más avanza, más complejo se está poniendo el escenario y en el mundo privado están muy preocupados porque hay sectores sindicales que entienden la situación, pero hay otros que consideran que no hay mucho que discutir y se debe cumplir con los empleados.

Para nadie es un misterio que la ayuda del Estado nacional no es suficiente para muchas empresas y eso significa que tienen que reducir de manera importante los costos para poder seguir operando y respondiendo a sus empleados.

En el corto plazo hay dos cuestiones fundamentales que tienen que discutir las empresas, de todos los rubros, con sus respectivos gremios. La primera es una cuestión operativa referida a los protocolos que se necesitan para el momento que empiecen a operar. La segunda, y la que más preocupa a ambas partes, es la situación de los salarios.

Mientras en la Nación ya se formaron mesas de trabajo con Gobierno, gremios y empresarios para discutir estas cuestiones, en Mendoza aún no se activa ninguna, pero hay conversaciones entre los referentes de las distintas cámaras empresarias y los gremios, con resultados variados.

La cuestión fundamental a discutir en este momento serán los salarios. Eso, considerando que los despidos están parados por decreto y, en teoría, los puestos de trabajo están asegurados por lo menos durante abril y mayo. Sin embargo, se consideran posibles reducciones salariales, una cuestión que ya acordaron en algunos sectores como el petrolero de Neuquén, pero que también aclaran desde la Nación, sólo se puede dar en los trabajadores que no están activos.

Pero eso no será todo, también se deberá discutir lo que sucederá con las empresas que no pueden pagar los salarios de abril en tiempo y forma, que -según cálculos extraoficiales de algunas cámaras mendocinas- estarían comprometidos de 7 de cada 10 sueldos en empresas de diversos tamaños por la falta de producción.

En las conversaciones previas a la posible conformación de una mesa de discusión o negociación (que podría darse la próxima semana), hay buena sintonía con algunos dirigentes, la mayoría cabezas de sus centrales gremiales o sindicatos, pero que anticipan que no hay una visión unánime y existen internas respecto a la postura que se debe tener frente al empresariado.

En ese sentido, hoy se identifican a dos tipos de dirigentes. Están los que entienden que sin producción es difícil poder cumplir con los salarios y se deben acercar posiciones para -principalmente- cuidar los puestos de trabajo más allá de los dos meses que están frenados los despidos. Sin embargo, también están los que mantienen una postura má radical, principalmente sectores relacionados a la izquierda, en los que consideran que el empresariado debe responder más allá del contexto económico.

En este último grupo, según comentó un empresario, están los que dicen que después de las palabras de Kulfas (en las que aseguró que el Estado se va a hacer cargo del 50% del salario de los privados), no hay mucho para discutir porque se alivió la mitad de la carga de los empresarios y lo único que les queda es pagar.

Sin embargo, recalcan, la realidad es muy distinta a lo que se promete y un número muy importante de empresas no pudo acceder al financiamiento con 24% de interés y tampoco a los otros beneficios anunciados por el Ejecutivo, en muchos casos por lo burocrático que resulta el trámite.

Incluso hoy, con rubros como el turismo y la industria sin funcionar, hay empresarios que consideran la opción de la quiebra como una cuestión económicamente conveniente ante el incierto panorama y la imposibilidad de endeudarse todos los meses para pagar salarios sin saber si algún día podrá pagar.

El panorama es complejo, lo que se viene en la relación entre las empresas y los sindicatos dependerá considerablemente del nivel de entendimiento que ambos sectores tengan. El Estado no tiene mucho margen de acción porque incluso va a tener problemas similares si no lograr recaudar para cumplir con los salarios estatales. Desde el SUTE ya dijeron que sin salarios no hay clases y desde el sector Salud llamaron a cuidar a quienes están en la primera línea enfrentado al covid-19.

Por ahora todo está en veremos, con dirigentes que se abren a la discusión, especialmente porque entienden que su poder también se verá afectado si comienzan a caer puestos de trabajo en sus sectores, pero con una fuerte presión interna de sectores más radicales que ven al empresario como el enemigo. El empresariado, en tanto, apunta a lograr acuerdos, pero siempre poniendo sobre la mesa el problema que significa no producir a la hora de poder cumplir con los sueldos.

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