El "poliamor" internacional de Fernández: "Está bien, pero no hay que exagerar como con Rusia y China"

Un diálogo a fondo sobre lo que dejó el paso de la Cumbre de las Américas con la participación argentina y el rol de Alberto Fernández como abogado defensor de la dictadura cubana y de las tiranías de Venezuela y Nicaragua. Eugenio Díaz - Bonilla, un economista argentino residente en Washington desmenuzó el valor real del encuentro.

G. Conte y S. Montiveros

Eugenio Díaz-Bonilla es uno de los pocos referentes argentinos con experiencia internacional capaz de analizar situaciones vinculadas a su país sin necesidad de escoger desde qué lado de la grieta hacerlo.

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Entrevistado para que ofrezca su visión en torno a la Cumbre de las Américas y, particularmente, del rol argentino y de su presidente, Alberto Fernández, lo hizo a tono personal, sin involucrar con su opinión a ninguna institución internacional por la que haya pasado en 40 años de experiencia fuerte.

Ha estado en las trastiendas de otras Cumbres de las Américas y de decenas de encuentros internacionales de diverso tipo. De allí que su opinión, análisis y también anécdotas -algunas de ellas graciosas y otras dramáticas- tienen un valor adicional al de cualquier otro experto.

Dialogó a fondo con el programa "Tormenta de Ideas", la producción de Plataforma Digital que se emite ahora por radio Nihuil, y que puede verse, además, por Memo TV Streaming. Y si bien lo hizo a título personal, no puede obviarse de quién se trata, su carta de vida profesional, y por eso la citamos a modo de presentación. 

Eugenio Díaz-Bonilla es un economista argentino egresado de la Universidad de Buenos Aires. Ha recibido la Maestría en Relaciones Internacionales, y luego la estría y el PhD en Economía, todos con la Universidad Johns Hopkins.

Ha sido asesor y consultor de gobiernos en diferentes países en desarrollo en políticas macroeconómicas y comerciales, programas de alivio de la pobreza y seguridad alimentaria y preparación, financiamiento e implementación de proyectos, principalmente en operaciones de desarrollo agropecuario y rural.

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Ha residido y trabajado por períodos prolongados en diferentes países de América Latina y el Caribe y ha actuado como consultor y miembro del personal de varias organizaciones internacionales como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Instituto Interamericano. de Cooperación para la Agricultura (IICA), Organización de los Estados Americanos (OEA) y Banco Mundial.

Ha participado como diplomático senior para Argentina en negociaciones bilaterales, regionales y multilaterales relacionadas con el sector agropecuario.

Díaz Bonilla se desempeñó también como miembro del Directorio Ejecutivo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) durante casi nueve años, ocupando cargos de Presidente y Vicepresidente de varios Comités de Directorio responsables del gobierno del Banco. Desde 2012 se incorporó al Instituto Internacional de Investigación de Políticas Alimentarias (IFPRI en inglés) como Investigador Senior y en 2017 fue nombrado Jefe del Programa LAC. En 2017 fue elegido Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria de Argentina.

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Es autor de 6 libros y una larga lista de capítulos de libros y artículos sobre temas de pobreza, macroeconomía, comercio internacional, y desarrollo. 

La entrevista con Eugenio Díaz-Bonilla:

-Estamos analizando la participación de la Argentina en la Cumbre de las Américas desde la perspectiva en que todos coincidimos, que es fundamental que la Argentina se presente y estuvo. Ahora, cuál es su balance de la participación de nuestro país en ese evento en donde Estados Unidos es anfitrión, independiente del país donde se realice. ¿Cuál sería la conclusión principal?¿El presidente Alberto Fernández trabajó para la Celac en lugar de la Casa Rosada?

- Arranca diciendo "estoy acá en representación de CELAC", pero en general los temas que se levantaron en el discurso son absolutamente razonables. Si Biden no invitó a Cuba, Nicaragua y Venezuela, también tiene que ver con los principios democráticos. Está muy bien , pero también de la perspectiva de Biden era muy complicado invitar, no solamente por los principios democráticos, sino además porque iba a ser inmediatamente atacado por los republicanos por haber sido muy débil con el comunismo, los dictadores, etc. Una cosa es Nicaragua y Venezuela que siempre participaron de la reunión de Miami, y otra cosa es Cuba, que solamente empezó a participar en 2015, en Panamá, y en 2018 como parte de la política de Estados Unidos de mayor apertura hacia Cuba.

- Usted que ha sido testigo de tantas cumbres. En condiciones generales, para qué debería servir, por lo menos para la Argentina o el continente esta cumbre. ¿Cuál sería la utilidad real?

- Lo más importante es la discusión que van a tener internamente los presidentes, como mencionaba antes, y ahí se va a saber el programa de salida que se va a discutir. Si uno mira el discurso de Biden hay toda una serie de propuestas, de temas potenciales de trabajo conjuntamente que, en parte, coinciden con varios de los puntos que mencionó Alberto Fernández. Uno de los temas que presentó Biden es la necesidad de crecimiento de abajo hacia arriba y del medio hacia afuera. Y después dice la política del goteo, que si yo mejoro a los de arriba después todos los de abajo quedan mejor. Esa política, dijo Biden, no funciona. Alberto Fernández hizo un planteo parecido, con la misma noción. Yo necesito generar un desarrollo económico abarcativo con gran inclusión social y económica. Después desde el punto de vista del planteo de Biden hay varias propuestas que incluyen, sobretodo, lo que llaman el "partnertship" de las Américas", que es una propuesta económica que incluye temas de mejora de financiamiento de los bancos multilaterales, temas de innovación, de tecnología y de comercio. La creación de un cuerpo de profesionales de salud para cuidar con la pandemia y otros temas. Hay varios sobre el cambio climático y la transición energética. Es de Biden. Desde el punto de vista de Alberto Fernández él también hace un planteamiento diciendo, "bueno, somos exportadores netos de alimentos", somos el principal bloque de exportación de productos alimentarios a nivel global. Desde esa perspectiva Latinoamérica es muy importante para la seguridad alimentaria. El otro tema que plantea Alberto Fernández es el de la energía. También somos gran productor energético, no solamente de combustibles fósiles, sino que hay gran capacidad de renovables. Hay toda una convergencia de temas que perfectamente pueden ser un trabajo de conjunto de la región. Biden se refirió a la reforma de los bancos multilaterales y después en particular habló de la reforma del BID. Por su parte el presidente Fernández planteó la necesidad de que el BID vuelva a tener una conducción latinoamericana y del Caribe, como tuvo desde que fue creado. No hay nada específico que pueda salir de esta reunión, pero si están los temas para tener una agenda de trabajo. 

- ¿Puede tener alguna repercusión negativa en la relación con Estados Unidos el discurso de Alberto Fernández defendiendo a los países que no fueron invitados y con Joe Biden a unos metros?

- No, porque se esperaba que iba a hacer el planteamiento de que los países no podían ser excluidos y como digo, el presidente Biden es una persona que tiene mucha historia política y entiende los requerimientos políticos que el representante de cada país puede tener. Biden tiene sus requerimientos y sabe que no puede invitar a Cuba, Venezuela y Nicaragua porque va a tener un ataque muy fuerte de los republicanos, y sabe que Alberto Fernández también va a tener que defender la presencia. Me parece un énfasis demasiado innecesario y equivocado al decir "mira le dijo a Biden en su cara que tendría que haberlos invitado". Bueno, se supone que cada país tiene que plantear lo que piensa que es más adecuado.

- El proceso de reapertura de Obama era con Biden como vicepresidente ¿Se espera que Biden reactive ese proceso de apertura con Cuba?

- No me parece factible en el contexto actual de la política norteamericana. Tienen elecciones en el Congreso en noviembre de este año y es muy probable que los republicanos ganen en la Cámara de Representantes y el Senado, entonces después de eso va a haber dos años de mucha controversia, más de la que hubo hasta acá. No lo veo posible.

- Le sirve al país esta situación de "poliamor" de viajar a Rusia, volver y darle todo el amor a China. Viajar a la cumbre y darle su amor a Estados Unidos. ¿Esto sirve, funciona o es poco creíble?

-Son tres niveles totalmente diferenciados. Yo creo que el presidente Alberto Fernández las cosas que dijo en Rusia y en China fueron excesivas, absolutamente innecesarias. Dicho eso, todos los gobiernos tienen relaciones de "poliamor". La discusión que hay ahora en Estados Unidos y una especia de crítica al gobierno de Biden porque ahora va a ver al líder de Arabia Saudita, que supuestamente es responsable de la muerte de un saudí que era periodista del Washington Post que murió asesinado en Turquía y cuando le preguntan a la vocera de gobierno, dice "bueno, nuestra obligación es servir a la población y si para eso tenemos que hablar con dictadores vamos a hacerlo". El tema no es que uno hable con mucha gente, el tema es no sobreactuar y saber cuáles son los intereses de la Argentina y son múltiples. Entonces, si importa mantener una relación seria con China sabiendo las limitaciones que tiene un gobierno que no es democrático. Si nos quieren enganchar la central nuclear van a venir con sus trabajadores, van a hacer todo con llave en mano y después nos va a quedar una deuda que puede no haber sido evaluada adecuadamente. La relación con China, desde las perspectiva China, no es con un igual. Y la relación con Rusia, ellos producen energía y alimentos, muy parecido a la Argentina, por eso es que también teníamos muy poco comercio. Después con Estados Unidos, sigue siendo la Unión Europea el mayor inversor extranjeros en la Argentina. Ahí hay una parte de la propuesta de Biden de volver a traer las cadenas que estaban en China o Asia volver a traerlas hacia las Américas. Eso puede tener buena repercusión para la Argentina, especialmente las vinculadas con autos eléctricos, con temas de ciencia y tecnología. O sea que hay una oportunidad que es posible aprovechar en materia de ciencia e inversiones.

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- ¿Qué hubiese pasado si en la cumbre de Mar del Plata en 2005 se hubiese aprobado ese acuerdo de libre comercio de las Américas que fue resistido por una cuestión ideológica?

- Es una excelente pregunta y muy difícil de responder. Yo estaba en la sala de presidentes y una cosa muy interesante y la cité en un par de artículos, es un comentario que hizo George Bush hijo. Dice "si estamos juntos, las Américas, es la única manera que podemos interactuar con China". Si uno se pone a pensar tiene 1.3 mil millones de habitantes, pero está en declinación. Latinoamérica debe estar en mil millones. El 2050 como China está bajando y acá está creciendo, las Américas van a tener mas población que China y ya tenemos mayor PBI que China en conjunto. Entonces parece razonable trabajar como las Américas. Tenemos tecnología, alimentos energía y entonces si puede haber un programa conjunto. La diferencia que hubo, y a mí me llamó mucho la atención, y volviendo a Mar del Plata, es la diferencia de concepción sobre que es integración económica, que viene del tratado de libre comercio de Canadá y México, en relación a lo que tiene la Unión Europea. En Europa es un mercado común, es decir que todos tienen un arancel externo común. El TLC cada país tiene sus aranceles diferenciados, pero tiene una serie de reglas internas. Pero lo más importante es que el programa de Europa era un programa de construcción democrática y solidaridad entre países. Entonces había inclusión social, compensación para los países más pobres y etcétera. En el TLC eso no existe, la visión del tratado es mucho más legal, con aspectos técnicos de comercio, mientras lo que uno ve en Europa son menos aspectos legales y más proceso de diálogo y de construcción con infraestructura, inclusión social. Qué hubiera pasado en Mar del Plata si hubiese seguido, no estoy seguro. Recuerdo que no fue solamente Argentina (la que lo frenó), yo creo que Brasil tampoco estaba de acuerdo en avanzar en esa dirección. El que yo creo que, era el acuerdo que tenía con Kirchner de patear la pelota y hacer tiempo, fue Hugo Chávez que apareció con un montón de libros en su escritorio y entonces Kirchner le daba la palabra y empezó a leer de los libros que tenía. Entonces fue como hacer tiempo para no llegar a ninguna conclusión. Y me acuerdo Ricardo Lagos que dice "bueno, acá tenemos intereses diferentes, las Américas estamos integrados con comercio, integración educativa, familiar. Entonces tenemos que seguir en esta línea y veremos que pasa más adelante". Y ahí quedó, eran momentos de mejores condiciones económicos, la Argentina estaba creciendo muy fuerte, era el ciclo de alza de los commodities y entonces tampoco había tanta necesidad de esa integración legal que aparecía como una de las posibilidades. Pero hubo otros temas, todo el tema sobre democracias, intercambio de tecnología, etcétera. Pero es una pregunta interesante qué hubiera pasado.

Escuchá completo el programa "Tormenta de Ideas", con la reacción, participación y opinión de la audiencia. Abajo, o haciendo clic aquí:

Si no lo viste arriba, mirá el video de la entrevista abajo:

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