Sin acuerdo político, no hay valor del dólar que frene el pánico
Las miradas están puestas en las señales de acuerdos políticos que permitan garantizar que se mantengan las reglas de juego. El análisis de Rodolfo Cavagnaro.
Esta fue otra semana de locos, donde el mercado, luego de terminada la liquidación de los exportadores, se quedó esperando definiciones sobre la llegada de los fondos de EEUU, pero la sorpresa es que desde el país del norte avisaron que los fondos llegarían (en potencial) después de las elecciones y si hay un real acuerdo político. Esto es algo que se viene reclamando hace mucho, pero ni el mercado ni los integrantes del gobierno parecen haber tenido en cuenta.
El mercado está convencido de que el gobierno liberará el tipo de cambio después de las elecciones, aunque podría hacerlo antes, para no seguir perdiendo reservas. No solo es lo más aconsejable, sino que debieron hacerlo hace mucho tiempo. Estas recomendaciones han salido de economistas como Fausto Spotorno o el mismo Domingo Cavallo.
El tema es que, ante estas presiones todos los pesos que antes se volcaban a mercados bursátiles, ya sea en acciones o bonos, se pasan a dólares y se da el efecto de una caída de la demanda de pesos, lo que lleva al aumento del dólar. Y, además, los mercados quieren poner a prueba al Banco Central, no solo para saber si está dispuesto a poner dólares para frenar la corrida, sino para saber si tendrá dólares para los vencimientos de deuda en esa moneda que operan en enero.
Las recomendaciones de Cavallo para después de las elecciones
En este juego, es claro que el BCRA no tiene dólares para frenar la corrida y no se puede creer que Caputo no haya aprendido la lección de lo que le pasó en el gobierno de Macri, y todo por la misma causa: cometer el error de usar al dólar como ancla antinflacionaria. El tema es que no le queda mucho tiempo ni le quedan muchas reservas al gobierno, que ya se gastó en dos días el 40% de lo que les compró a los exportadores del campo.
Por ahora, son todas especulaciones a la espera de una definición clara, pero en el medio se han colado cuestiones vinculadas a la posible corrupción de miembros del equipo de gobierno, que hacen más incierto el resultado electoral. Si no fue un resultado favorable, no había dólares para frenar el pánico y el precio de la moneda no tendría techo en una primera instancia.
Esta semana pareciera haber una suerte de tranquilidad ya que el BCRA habría fijado una especie de piso para el dólar mayorista de $1425, que se ve en los $ 1450 minoristas. Para eso, debió gastar us$600 millones adicionales a los us$1500 millones que había puesto la semana pasada. De todos modos, esta es una calma transitoria. Todos quieren dólares para cubrirse de una posible devaluación. Nadie pone dólares en el mercado y quieren que lo haga en Banco Central.
Hay una discusión acerca del "timing" para cambiar de régimen cambiario. Algunos creen que debería producirse después de las elecciones y otros creen que habría que salir ahora, porque el BCRA no tiene tantos dólares como para frenar una corrida. El problema se relaciona con el costo electoral y con la posible reacción del mercado, pero, si el mercado pierde la paciencia, es posible que él mismo haga el ajuste y salga todo desordenado.
No obstante, las dudas siguen siendo si se libera el mercado ahora o después de las elecciones. El economista Alfredo Romano, el diálogo con Memo y Radio Post señaló que debería sr inmediato para que el BCRA no gaste más divisas, "aunque el valor del dólar libre llegue s $2000". Según otros economistas hay mucho miedo de un overshooting que lleve el valor de la divisa mucho más allá del valor señalado por Romano, aunque luego bajaría. Pero, en el medio, podría producir un impacto inflacionario.
Las posibles soluciones
Se podría pasar muchas horas tratando de explicar las razones por las que se llegó a estas circunstancias, pero sería una pérdida de tiempo y lo importante es ver los caminos de salida, a pesar de los costos que haya que pagar. Porque en estas soluciones posibles aparecen muchos componentes que no son económicos sino políticos.
La frase mágica es "consenso político" que va asociada con "flexibilidad cambiaria". Ambas frases fueron señaladas el jueves tanto por el secretario del Tesoro norteamericano como por la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. Tanto desde EE.UU. como del fondo hay una exigencia de acuerdo político. Ya no basta con liberar el tipo de cambio, sino que, además, hay que generar un acuerdo político amplio que le dé a los acreedores y directivos de organismos internacionales la garantía de que los principales logros de este gobierno tendrán continuidad en el futuro, gobierno quien gobierne.
Y estamos hablando de superávit fiscal, no emisión de moneda, cumplimiento de las obligaciones contraídas son algunos de los temas que tendría que incluir este acuerdo, que debería asegurar la plena vigencia de las instituciones y un compromiso de lucha contra la corrupción y el narcotráfico.
Todos aportan para contribuir a la incertidumbre
De todos modos, el gobierno debería acentuar la búsqueda de consensos con aquellos fueron sus aliados iniciales, entre ellos los gobernadores. Estos, aparentemente, estarían dispuestos a bajar un poco su enojo, no quieren aparecen aliados al kirchnerismo y, además, a ningún mandatario provincial le viene bien que haya caos en la Nación. Seguramente, no habrá un documento expreso, pero si debiera haber señales claras al respecto.
Otras de las expectativas están puestas en los cambios que podría generar Milei en su gabinete. Ya se reunió dos veces con Mauricio Macri, quien le habría sugerido algunos nombres. Además, el expresidente también le mandó un mensaje para que amplíe la base de contactos internacionales de argentina y no quede atado a un solo eje. En ese sentido le sugirió mirar hacia los países del Golfo, donde hay un importante nivel de desarrollo.
Lo cierto es que las próximas jugadas las deberá hacer Milei si quiere que le den apoyo del EE. UU. y del FMI, pero, además, recobrar la confianza de los mercados. Y la vía es política, la que menos le simpatiza al presidente, pero la única que podría tranquilizar el actual escenario de pánico. Por ahora, por ejemplo, están esperando inversiones autorizadas del RIGI de más de us$15.000 millones que no se concretarán si no hay claridad política.