Cuáles son las señales sobre un nuevo ciclo de endeudamiento
Con una colocación prevista de hasta USD 1.000 millones en bonos con vencimiento en 2030, el Ejecutivo busca apuntalar las reservas del Banco Central en un contexto de fuerte salida de divisas por importaciones. En diálogo con Radio Post, el periodista Ismael Bermúdez advirtió que recurrir nuevamente al endeudamiento externo podría reactivar un patrón ya conocido que terminó en crisis.
En un contexto de presión creciente sobre las reservas del Banco Central y con una balanza de pagos ajustada por el fuerte aumento de las importaciones, el Gobierno argentino anunció que saldrá a colocar deuda en los mercados internacionales. El objetivo es captar US$1000 millones mediante un bono con vencimiento en mayo de 2030, cuya tasa de interés quedará determinada en la licitación entre inversores privados.
La medida, explicada por el periodista Ismael Bermúdez en su columna en Radio Post, busca aliviar el frente externo en momentos en que los dólares comerciales que ingresan por exportaciones se esfuman rápidamente para cubrir pagos de importaciones, intereses, fletes y otros egresos del sector externo.
Según Bermúdez, el Gobierno "no está logrando aumentar las reservas del Banco Central" y ha venido sosteniéndolas en las últimas semanas gracias a préstamos de organismos multilaterales como el FMI y el Banco Mundial. Ahora, acude directamente al mercado, en busca de financiamiento privado en moneda dura.
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La iniciativa, sin embargo, abre interrogantes. Para Bermúdez, la necesidad de recurrir a deuda para sostener las reservas configura un "cuello de botella muy pero muy importante" y podría derivar en la repetición de ciclos anteriores en los que la dependencia del endeudamiento externo terminó en crisis.
"Si la Argentina no genera sus propios dólares y apela al endeudamiento, se repite un ciclo que no fue positivo y terminó muy mal. Esperemos que este gobierno no lo lleve al extremo", advirtió el periodista.
El resultado de la colocación permitirá conocer qué tasa de interés le exige hoy el mercado a la Argentina, una variable clave que también funcionará como termómetro de la confianza inversora en el rumbo económico actual.
La comparación con una familia endeudada no fue ajena a la reflexión: "Una familia que vive tomando préstamos y no de su actividad, termina ahogada. Llega un punto en que no puede pagar ni siquiera los intereses", graficó Bermúdez.
Editó: Carina Pérez