Mendoza y su huella en el escenario mundial
Juan Marcelo Calabria indaga en torno a la multiplicidad de factore que hacen de Mendoza un destino turístico preferencial, pero además, que colocan a su gente y emprendedore como anfitriones con gran responsabilidad.
En estos meses tuvimos oportunidad de participar en una serie de enriquecedores talleres y webinar's sobre turismo y gastronomía sostenible, en virtud de ello y un poco fuera de nuestra tradicional columna de Vinos & Comidas, nos parece oportuno algunas reflexiones al respecto. Nuestra inquietud surgió a partir de ¿cómo se alinea nuestra amada Mendoza con los exigentes parámetros del turismo global? Y más importante aún, ¿dónde estamos en ese camino?, ¿qué hemos logrado y qué desafíos nos esperan? Convencidos que Mendoza tiene mucho que contar al mundo, y no solo en copas y platos.
En este contexto de reflexión, resuenan las palabras de especialistas quienes destacan que Latinoamérica no solo tiene un presente prometedor, sino que se perfila como un pilar central en el futuro del turismo global. Incluso ubican a Argentina y el continente americano como motores de sostenibilidad para el mundo, describiéndonos como la "reserva de sostenibilidad del planeta en un mundo que cada vez necesitará más de este pulmón verde". Esta visión subraya que el turista contemporáneo busca experiencias auténticas y comprometidas, con un alto valor de lo local, de la cultural del lugar y las experiencias relacionadas no sólo a los paisajes, sino también a los productos autóctonos y su historia, lo que representa una inmensa oportunidad para nuestra región y para destinos como Mendoza.
Desde estas líneas, donde celebramos el alma de Mendoza entre aromas y sabores, queremos hoy mirar más allá de la experiencia inmediata, de la copa y el plato que tenemos enfrente. Es el momento de reconocer que nuestra provincia no solo encanta por su belleza, su historia y sus vinos, sino que se posiciona con un potencial y con una oportunidad estratégica que se alinea con los más altos estándares internacionales en turismo. No es que aspiremos a ellos, es que, en muchos sentidos, ya los estamos viviendo y construyendo, y debe potenciarse desde una clara alianza público y privada.
Y es que Mendoza, un terruño que dialoga con el mundo, es sin duda tierra de oportunidades en este sector. Cuando hablamos de un turismo que genera oportunidades de empleo, reduce la pobreza, valora la biodiversidad, cuida los entornos urbanos y rurales, y celebra los espacios culturales y el conocimiento histórico de nuestros pueblos a través de economías creativas, no estamos describiendo una meta lejana. Estamos hablando de su presente, de su identidad, de sus pilares fundamentales que reiteradamente destacamos en la "Marca Mendoza".
Esto es, precisamente, lo que CAF (Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe) promueve activamente para toda la región en su "Estrategia de Turismo Sostenible", al igual que otras instituciones mundiales. Mendoza transita este camino, y pese a las dificultades y contexto a veces por demás complejo, es necesario avanzar con decisión y planificación estratégica en tal sentido.
Aquí nos parece oportuno destacar el Observatorio Turístico de Mendoza, brújula interesante que consultamos a menudo. Incluso recuerdo que cuando nos tocó gestionar proyectos del sector recurríamos asiduamente, con muy buen nivel de información para la toma de decisiones en el día a día de las empresas relacionadas al turismo del vino y la gastronomía a esta usina de datos e información. Es también la herramienta que demuestra el compromiso con un desarrollo instruido y estratégico. A través de sus informes dinámicos y series estadísticas, podemos ver cómo Mendoza está monitoreando y gestionando activamente los aspectos que el mundo y organizaciones internacionales consideran esenciales para un turismo verdaderamente sostenible, donde la apertura de datos y gestión en tiempo real y oportuno de la información son centrales para una actividad tan dinámica.
Según las sugerencias de dichas entidades multilaterales, una buena gestión de la información, como en todo sector y actividad económica permite:
Generación de Oportunidades y Reducción de la Pobreza: a partir del seguimiento del empleo en diversos rubros, con informes específicos sobre el turismo cultural, turismo de identidad, enoturismo y demás ámbitos, que se desarrollan en Mendoza y que tienen su impacto en la vida de nuestra gente. Es un compromiso tangible con la prosperidad local y el desarrollo sostenible.
La puesta en valor del acerco patrimonial, histórico y cultural, muy ligado, en nuestro caso al legado de los pueblos andinos, la gesta sanmartiniana, la inmigración, su legado y su impacto cultural, económico y social: algunos ejemplos son la vendimia mendocina, con su historia, tradición, cultura e innovación, las rutas sanmartinianas y las huellas de José de San Martín muy presente en Mendoza. Y la cocina de identidad y también de fusión a partir de un polo gastronómico, que como sucede con el enoturismo ya destella en las principales carteleras del mundo.
El desarrollo de industrias creativas, emprendimientos artesanales y su impacto en la economía de base y local, ofreciendo nuevas experiencias y generando oportunidades, algo que lo organismos internacionales especializados subrayan como fundamental para el desarrollo sostenible. Incluso el oleoturismo, con pequeños y medianos emprendimientos que abre nuevas rutas de deleite y experiencias.
Y un punto central entre muchos otros que podríamos destacar a partir de las experiencias que hemos podido visualizar de otras regiones turísticas líderes en el mundo, con la diversidad y riqueza cultural: a partir de las cuales nuestros residentes y visitantes pueden descubrir a Mendoza con su vasta oferta cultural - desde los sabores auténticos de los diversos oasis hasta la excelencia de nuestros vinos y la experiencia de nuestra gente y los bellos paisajes cordilleranos, por citar algunos de tantos ejemplos que debemos potenciar y desarrollar al máximo.
Hace tiempo, en una columna que generó algún ruido, nos preguntábamos como simple consumidores de los tesoros de nuestra tierra: "¿Mendoza: un lujo exclusivo o una experiencia para todos?" y en ese momento ensayábamos algunas respuestas, y que hoy reforzamos desde una visión integral. Con el desarrollo de un turismo que no solo es de élite, sino que genera propuestas amplias, diversifica la oferta y fortalece el tejido social, es el camino que muchos programas que hemos destacado como: "Bodegas Abiertas", Manso Menú, Casas y Casonas Abiertas, etc. Y que son necesarios seguir posicionando e incluso mantener en el tiempo como programas permanentes coexistentes con la temporada alta de turismo internacional. Aún hay desafíos, claro, como en todo camino que se precie, pero el potencial, las competencias en el sector y la capacidad instalada es promisoria.
Así, cada copa de vino que levantamos, cada plato que saboreamos en Mendoza es mucho más que un placer momentáneo. Es la celebración de un modelo de desarrollo que, de la mano del espíritu emprendedor, un trabajo público privado cada vez más coordinado y una visión estratégica a futuro, puede aportar a un desarrollo sostenible donde nuestra identidad y todos sus atractivos brilla con luz propia en el escenario global, demostrando que la tradición y la innovación pueden ir de la mano hacia la sostenibilidad y una actividad pionera en la provincia, que es de gran impacto mundial para el desarrollo, impulsando el cambio social y económico a fin de garantizar que "las personas y el planeta" sean el centro de la atención.
¡Salud por Mendoza, un destino que no solo tiene historia y sabor, sino también un futuro sostenible, con mucho por seguir descubriendo y construyendo para las presentes y futuras generaciones!