FADA: "El Estado se queda con el 63,4% de la renta agrícola"

El informe de FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina) dio a conocer su medición trimestral sobre cuánto de la renta agrícola queda en manos del Estado.

De acuerdo con el último informe de FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina) "el Estado se queda con el 63,4% de la renta agrícola". 

El número creció 1,6 puntos porcentuales respecto al trimestre pasado y marca quede cada $100 de renta del productor (ingresos menos costos), $63,40 quedan para distintos niveles de gobierno.

En tanto, el promedio ponderado de cultivos a nivel nacional es de 63,4%, la participación del Estado en soja es del 67,5%, maíz 55,5%, trigo 59,6% y girasol 49,8%.

El índice de septiembre es 1,6 puntos porcentuales más alto que el de junio. El factor central que explica la suba es el incremento de costos de los insumos, principalmente los fitosanitarios que registran subas trimestrales e interanuales sustanciales, de hasta el 100% en dólares. 

Una suba de costos hace incrementar el indicador de participación del Estado en la renta agrícola, porque los mayores costos hacen reducir la renta. Como el principal impuesto que paga la producción son los derechos de exportación, que actúan sobre el precio bruto, no sobre las ganancias, la carga tributaria no se reduce en la misma proporción que la renta. 

Federalismo fiscal 

El 63,4% de participación del Estado, está compuesto por impuestos nacionales, provinciales y municipales. Los impuestos nacionales no coparticipables representan el 68% del total de impuestos que afronta una hectárea agrícola en Argentina. La composición central de estos impuestos son los derechos de exportación, a los que se le suma el impuesto a los créditos y débitos bancarios. Este es el mayor nivel desde 2019, momento en que FADA lo mide como parte de este informe.

Los impuestos nacionales coparticipables entre el Estado nacional y los Estados provinciales, representan el 26,7% de los impuestos medidos. Aquí tenemos principalmente el impuesto a las ganancias (neto del impuesto a los créditos y débitos) y los saldos técnicos de IVA. 

Las provincias reciben parte del 26,7% como coparticipación, y también recaudan diversos impuestos. En el Índice FADA nacional se consideran el impuesto inmobiliario rural, el impuesto a los sellos y el impuesto a los ingresos brutos, con una alícuota reducida, ya que ni Córdoba ni Santa Fe, por ejemplo, cobran este impuesto. Así, los impuestos provinciales explican el 4,7% de los impuestos totales. Más abajo se detalla provincia por provincia. 

Por último, los impuestos municipales representan el 0,6% de los impuestos en el Índice FADA promedio nacional. En provincias que cobran estos impuestos, la participación es mayor. El componente central de los mismos son las tasas viales o las guías cerealeras, de acuerdo a la provincia. Un tema recurrente en este reporte es el federalismo fiscal de un esquema donde la mayor parte de los impuestos son nacionales no coparticipables, en una actividad que por definición es federal y está arraigada regionalmente. Así, la vigencia de los derechos de exportación impacta de manera negativa sobre el federalismo por tres vías. La primera, es que se incrementan los recursos no coparticipables en manos de Nación; la segunda, es que se reducen los recursos coparticipables por reducción del impuesto a las ganancias; la tercera, es vía los recursos que salen de las regiones productivas en el marco de la existencia de derechos de exportación.

Precios 

La suba de precios internacionales se inició en agosto de 2020 y alcanzó un pico en abril-mayo de 2021. Respecto a septiembre de 2020 el precio FOB de la soja ha mejorado un 34%, el del maíz 31%, el trigo 18% y el girasol 83%. Esto también se tradujo en incrementos de los precios disponibles en el mercado interno.

Las condiciones de mercado llevan a que soja y maíz coticen prácticamente a la par entre el precio disponible y el FAS teórico. El disponible representa el 99,9% del precio FAS en soja y 99,5% en maíz. En los casos de trigo y girasol representa el 94,9% y 77,2%, respectivamente.

Tipo de cambio y costos En los últimos 12 meses, el incremento nominal del tipo de cambio oficial fue del 30%, pasando de $75,38 por dólar a $98,21. 

En los últimos 3 meses, se incrementó un 3,5%. 

En términos de tipo de cambio real, descontando los efectos de la inflación, en los últimos 12 meses empeoró un 14%. Medido a precios de septiembre de 2021, el tipo de cambio de septiembre de 2020 era el equivalente actual de $114. 

Esto significa que el tipo de cambio comienza a atrasarse respecto a la inflación, incrementando los costos de la producción al medirlos en dólares, algo malo para cualquier actividad exportadora.

Si se analiza la estructura de costos de los cultivos de acuerdo a la moneda en la que están expresados, se puede identificar que un 53% de los costos de una hectárea de soja están estrictamente dolarizados mientras que el restante 47% están pesificados. Si se considera el costo de la tierra dentro del esquema de costos, aquellos que son dolarizados en una hectárea de soja pasan a representar el 65%. 

En el caso del maíz, como los fertilizantes y semillas tienen más peso que en el caso de la soja, los costos dolarizados ascienden al 58% de la estructura, mientras que los pesificados alcanzan el 42%. Si se considera el costo de la tierra, el peso de los costos dolarizados asciende al 65%. 

En términos de costos hay algunas luces amarillas, en el último año:

 - Los precios de los fertilizantes han aumentado hasta un 50% en dólares, 

- Los precios de los fitosanitarios han tenido incrementos que superan el 50% en dólares en los casos de Atrazina, 24D y Glifosato, 

- El gasoil ha sufrido aumentos de precios superiores al 70%, 

- Los costos de labores se han incrementado en un 70%, 

- Los fletes muestran aumentos cercanos al 85%.

Revisá el informe provincia por provincia, haciendo clic aquí.

Esta nota habla de:
Despidos de estatales: ¿qué opinás?