La moneda y el dinero
La profesora Nené Ramallo y las diferentes palabras que existen para darle nombre al dinero: sus orígenes, usos y costumbres.
Reviso, al pasar, unos apuntes de literatura española y encuentro la letrilla satírica de Quevedo "Poderoso caballero es don Dinero", con aquellos versos que dicen así: "Y es tanta su majestad,/ aunque son sus duelos hartos,/ que con haberle hecho cuartos / no pierde su autoridad./ Porque pues da calidad / al noble y al pordiosero, / poderoso caballero / es don Dinero". Está afirmación acerca del gran poder que posee el dinero se transforma en el estribillo presente al final de cada estrofa de la letrilla.
Pensamos, entonces, en la etimología y en los valores significativos del vocablo 'dinero': su origen se encuentra en el latín "denarius", sustantivo que nombraba a una moneda cuyo valor inicial era de diez ases. A su vez, "denarius" provenía del adjetivo distributivo "deni" ("cada diez"), relacionado con el numeral "decem" ("diez"). Hoy, el diccionario académico nos dice, como primeras acepciones, que 'dinero' es la "moneda corriente" y, también, la "hacienda, fortuna": "En este fin de semana largo, hubo problemas de dinero en los cajeros" y "Se juntaron allí dos familias de dinero".
Por eso, la definición académica nos dice "medio de pago o de cambio aceptado generalmente". Rastreamos locuciones formadas con este sustantivo y encontramos 'buen dinero', usada para indicar una "cantidad de efectiva cobranza" y, además, una "cantidad importante de dinero": "En poco tiempo, hicieron buen dinero". Otra locución es 'dinero contante y sonante', en alusión al dinero efectivo. En esta forma, 'contante' es el participio presente de 'contar' y nos señala que se trata de la moneda que circula y se puede contar, pero que, al mismo tiempo, es ‘sonante' porque hace ruido o 'suena' al ser contado. Actúa como sinónimo la frase 'dinero en tabla'; en cambio, hablar de 'dinero de plástico' es referirse al que proviene de usar como pago la tarjeta de crédito o débito. Ya no escuchamos hablar de ‘dinero trocado' o ‘calderilla', que es la denominación de las monedas de escaso valor.
Connotaciones negativas poseen las frases 'dinero sucio' y 'dinero negro': la primera señala al que se obtiene por actividades ilegales; la segunda alude al que escapa al control fiscal.
Existe también la locución verbal coloquial ‘estar (alguien) mal con su dinero', que alude a que la persona lo malgasta o lo aventura en empresas descabelladas: "Ha quedado maltrecho Julián porque últimamente ha estado mal con su dinero".
Hay gente conocida que 'está podrida en dinero', esto es, que aparece como muy rica, en tanto que hay otra que 'estruja el dinero' porque se muestra miserable y poco dadivosa. Así también hemos sabido de personas afortunadas que ‘han hecho dinero', pues han juntado caudal y se han enriquecido, mientras que otras, por ser jugadoras, lo han ganado a través de esa actividad.
Daremos algunos sinónimos de 'dinero', como es, en nuestro país, el sustantivo 'plata': "No me alcanza la plata para comprar". Este término se vinculaba a "platta", vocablo de una variedad del latín hablada en la península ibérica, que nombraba a una lámina de metal. También en portugués se encuentra "prata". En latín general, en cambio, existía el sustantivo "argentum", que en francés dio "argent" y, en español, el adjetivo 'argentino, -tina' ("de plata"). Por otro lado, explica el símbolo ‘Ag' de este metal.
Otro sinónimo es 'moneda', palabra derivada del latín "Moneta" ("avisadora", del verbo "monere", cuyo significado era "avisar"), atributo dado a la diosa Juno que, según la leyenda, había avisado a los romanos de la inminencia de ataques a Roma. El taller de acuñación de las monedas romanas se ubicaba junto al templo de la diosa Juno Moneta.
También es posible hablar de 'efectivo', con valor adjetivo, para referirlo a monedas y billetes; pero adquiere el valor de sustantivo masculino cuando equivale a 'numerario', esto es, la moneda acuñada o el dinero contante y sonante: "Cada vez hay menos efectivo en la calle".
Coloquialmente, oímos 'guita' como equivalente a "caudal, hacienda, bien', y 'biyuya' o ‘viyuya', señalado como obsoletos por el Diccionario de Americanismos, que los consigna como ya poco usuales.
Por otro lado, los argentinos, como también los chilenos, colombianos, filipinos, cubanos, mexicanos y uruguayos, hablan de 'peso' para nombrar el dinero o unidad monetaria. A su vez, el lunfardo nombra el peso como 'mango' y, en los dos casos, por aplicación del vesre o alteración del orden silábico, leemos, respectivamente, 'sope' y 'gomán'. Si la cantidad de dinero es insignificante, el vocablo usado es ‘chirola', que puede provenir de un ministro, José Matienzo, apodado "Chirola", cuya gestión, entre 1916 y 1919, se caracterizó por la devaluación del peso; otra teoría dice que provendría de una moneda boliviana que, con esa denominación, circuló mucho en nuestro país, en el siglo XIX.
Otros términos lunfardos referidos al dinero son ‘luca' y ‘palo': para el primero, aplicable a los mil pesos, se teoriza que deriva del caló, ya que para los gitanos ‘luca' equivalía a ‘dinero'; también, que se relacionaba con ‘pelucona', pues hubo una moneda con la cara del rey de España, que lucía una gran peluca. En cuanto a ‘palo', su origen es incierto puesto que el término podía aludir a la forma en que se apilaban los billetes en fajos que formaban una especie de palo o vara; pero, también, ‘palo' era una medida del parquet, en el revestimiento de los pisos, con parecido a un fajo de dinero.
Y terminamos hoy con una pregunta: ¿por qué se denomina 'numismática' a la ciencia que estudia las monedas y medallas? Simplemente, porque en latín existía el sustantivo "numisma, numismatis" y, antes, en griego, o "nómisma", todos equivalentes a "moneda".
Dejamos, para meditación de los lectores, dos paremias ilustrativas: "A dinero en mano, el monte se hace llano" y "Al perro que tiene dinero, le dicen 'señor perro'". Las dos corroboran lo expresado en la letrilla de Quevedo, citada al principio: "Poderoso caballero es don Dinero".