Bandera del Ejército de los Andes, la gran desconocida

La Bandera de Los Andes ha sido en gran parte ignorada por nuestra historia, no posee casi fuentes para su estudio y además de olvidada y robada, estuvo perdida durante muchos años.

Fabián Agostini es Vicepresidente de la Junta de Estudios Históricos de Mendoza Filial Maipú y de la Asociación Cultural Sanmartiniana del mismo departamento. Es profesor de Historia y especialista en la vida y obra de José de San Martín, lo que lo ha llevado a disertar en numerosas oportunidades en el país y en el extranjero. Fue director del Memorial de la Bandera del Ejército de Los Andes desde su inauguración en 2012 hasta el año 2015.

-¿Por qué podría decirse que la Bandera sufrió un largo derrotero?

El General San Martín partió desde Mendoza hacia Chile con el Ejército Libertador en enero de 1817, llevando la Bandera de los Andes, que estuvo presente en todas las batallas en territorio chileno. Cuando se marchó de Valparaíso rumbo a la campaña libertadora del Perú, debió dejarla en Chile, ya que desde Buenos Aires le habían pedido que regresara al Río de La Plata con el ejército, para atender el inminente problema con los Artiguistas. Decidió entonces renunciar al mando del Ejército de los Andes y continuar con el ejercito unido que ostentó otra enseña. De esta manera, la bandera quedó bajo custodia en Santiago de Chile y allí comenzó su derrotero de olvidos y descuidos.

-¿Cuáles son las fuentes sobre su confección?

La historia de la bandera ha sido en general poco conocida, debido a la escasez de documentos para su estudio, como dije anteriormente. Los primeros escritos son las obras del Gral. Gerónimo Espejo en "El Paso de Los Andes" y de Damián Hudson en sus "Recuerdos Históricos de la Provincia de Cuyo". Ambos escritos pertenecen a la década 1880 y aportan datos generales sobre su creación y juramento.

Recién en mayo de 1929 se conoció la fuente más célebre, la carta de Laureana Ferrari de Olazábal, adquirida luego por el Museo Histórico Nacional. Está fechada en 1856, firmada por "Laureana" y dirigida a su esposo el coronel Don Manuel de Olazábal. En ella cuen­ta minuciosamente cómo se confeccionó la gloriosa enseña. Esta fuente fue aceptada originalmente por la mayoría de los historiadores, sin mayores cuestionamientos, pese a haber sido escrita 40 años después de su confección y a presentar algunas inconsistencias.

En 1966 el historiador mendo­cino Esteban Fontana publicó "Comprobaciones críticas acerca de un inédito documento sobre la bandera de Los Andes", que trata sobre una carta-informe conocida en 1963. Está fechada el 7 de octubre de 1830 y firmada por Gregorio Puebla. En este documento se menciona que las religiosas del Monasterio de la Buena Enseñanza, participaron en la confección de la bandera. Se les otorga un papel principal ya que habrían sido ellas y no las Patricias las que bordaron la enseña, dando así un giro muy importante a la historia oficial. Si bien este documento sería fraguado, de acuerdo a las investigaciones de Fontana, aporta una gran cantidad de datos interesantes y verosímiles que abrió alentó a nuevas interpreta­ciones.

Esta versión, aceptada hoy por la mayoría de los historiadores, no ha sido incorporada al imaginario colectivo que sigue mencionando a las Patricias como los personajes principales.

-¿Cómo es la Bandera del Ejército de los Andes?

-Está confeccionada en raso de seda y bordada en ambas caras. Posee dos Franjas horizontales, la superior de color marfil y la inferior de color celeste; un Escudo central, conformado por una base de 19 piedras que simbolizan la cordillera; una Pica, que simboliza el trabajo; un Gorro de la libertad y dos Manos que se entrelazan. Rodeando el escudo se encuentra una lanza dorada, un sol rampante, con sus correspondientes ojos, nariz y 31 rayos. Abarcando al escudo y al sol hay una corona de laureles que consta de 59 hojas en el lado derecho y de 60 hojas en el lado izquierdo.

-¿Cuándo fue bendecida?

-El 5 de enero de 1817, en la Iglesia Matriz, se realizó su bendición y se proclamó a la Virgen del Carmen como "Patrona y Generala del Ejército". En esa ceremonia el General San Martín colocó el bastón de mando en manos de la Virgen y levantando la bandera dijo: "Soldados: esta es la primera bandera independiente que se bendice en América".

-¿En qué batallas estuvo presente?

-En Chacabuco, Cancha Rayada y Maipú. Creo que el momento más simbólico y crucial fue cuando en el fragor de la lucha en Chacabuco, nuestro General decidió ir en ayuda de O'Higgins, dado que la columna que conducía estaba siendo derrotada por el enemigo. San Martín pidió la bandera al portaestandarte y resolvió lanzarse por la cuesta llevándola él con su custodia personal, el 5to. escuadrón de Granaderos. Las tropas viendo galopar decidido al General que los había entrenado, recibieron un enorme ejemplo de liderazgo y bravura, lo que levantó su ánimo y coraje, permitiendo así resistir hasta que la columna de Soler golpeó a los realistas por el flanco, de acuerdo al plan original. Fue allí cuando la bandera tuvo su momento más glorioso, en las manos de nuestro Libertador.

-¿Cómo continuó su historia?

Luego de la partida de San Martín hacia Perú, la bandera quedó en Chile custodiada por una mujer. En marzo de 1823 el gobernador de Mendoza, Pedro Molina, solicitó a ese país su restitución y fue entregada entonces a Manuel Corvalán. Fue depositada en nuestra provincia, en el templo de San Francisco, donde permaneció hasta el terremoto de 1861. Rescatada entonces de las ruinas del templo fue depositada en el Palacio de Gobierno. En 1866, durante la "Revolución de los Colorados", el levantamiento de los federales contra el presidente Bartolomé Mitre, se apropiaron de la insignia y huyeron con ella a Chile. Según algunas versiones Elías Godoy Palma fue quien la trajo de regreso a Mendoza en 1877 y el entonces gobernador Joaquín Villanueva, mandó colocarla en una vitrina con marco de nogal.

En 1880, al repatriarse los restos de José de San Martín, el gobierno del presidente Avellaneda, solicitó la Bandera de los Andes para cubrir los restos mortales del Gran Capitán. Tras este acto, quedó en la Catedral de Buenos Aires y fue expuesta en un cuadro. En 1888, el gobernador de Mendoza, Tiburcio Benegas, la reclamó y fue devuelta y mostrada al pueblo de Mendoza en una procesión cívica el 25 de mayo de 1889. También estuvo presente en los actos inaugurales del monumento al Libertador en Santa Fe en 1902. Fue exhibida en 1904 al inaugurarse la estatua del Libertador en nuestra Plaza San Martín y en 1910, en ocasión del Centenario, fue llevada en procesión dentro de nuestra ciudad.

-¿En qué otros lugares ha sido expuesta?

En 1951, al inaugurarse nuestra Casa de Gobierno, fue colocada en una sala especial, en el ala derecha del palacio. El 25 de mayo de 1962 se exhibió en el 4to. piso de ese edificio, al lado del despacho de los gobernadores. Se conservaba en un cofre de madera de cedro, cubierto con vidrio, donado por el gobierno nacional.

Durante el gobierno de Rodolfo Gabrielli en 1992, fue trasladada al hall central en la planta baja del edificio, rodeada de paneles con datos históricos. Un dato importante es que desde entonces es custodiada por la guardia de honor del histórico Regimiento de Infantería de Montaña 11 "General Las Heras".

En 1992 se contrató a Patricia Lissa, titular de la cátedra "Conservación de Textiles" de la Universidad del Museo Social Argentino para realizar la primera restauración. En noviembre de 2011, la misma especialista efectuó una tarea más profunda de conservación. Finalmente, el 17 de agosto de 2012 se inauguró el "Memorial de la Bandera", donde el símbolo que contribuyó a la emancipación sudamericana, descansa celosamente custodiado por el RIM 11 "Los leones invencibles de Las Heras".

(Nota de Redacción: es lamentable observar que el horario para visitar la Bandera del Ejército de los Andes sea tan restringido. Los argentinos y turistas extranjeros pueden acercarse al Memorial solamente los martes, miércoles, jueves y viernes de 9,00 a 14,00 horas. Esto implica que las visitas se realizan escasamente cuatro días de la semana (no por las tardes, dejando fuera de esta experiencia patrimonial a todas las escuelas vespertinas) y no los fines de semana ni lunes. Mendoza se ha convertido en una ciudad turística y atractiva, por lo tanto, es lamentable que siendo la provincia que resguarda este tesoro nacional, el edificio levantado exclusivamente para honrar y hacer conocer nuestra bandera, no ofrezca horarios y días convenientes, además de guías en español y bilingües, para estar al servicio de las demandas de la sociedad.)