Exportadores, precios y salarios: las tres tensiones que marcan la agenda económica
Con el tipo de cambio bajo control tras el desembolso del FMI, el equipo económico apunta ahora a tres frentes clave: la liquidación de divisas del agro, el freno a los aumentos en alimentos y el tironeo por los salarios. La columna de Ismael Bermúdez.
El periodista económico Ismael Bermúdez explicó en su columna para el programa "Tenés que saberlo" de Radio Post, que el Gobierno nacional enfrente tres tensiones en los primeros días de mayo.
Según indicó, con las reservas del Banco Central reforzadas gracias al reciente desembolso del Fondo Monetario Internacional, el Gobierno respira con algo más de margen en el frente cambiario. El tipo de cambio se mantiene bajo control y, ante eventuales presiones, la autoridad monetaria cuenta con poder de fuego suficiente para intervenir. Sin embargo, el foco ahora se traslada a tres puntos sensibles de la coyuntura económica: las divisas del agro, la inflación en alimentos y el deterioro del poder adquisitivo.
Presión sobre los exportadores
Uno de los principales desafíos del oficialismo pasa por garantizar que los exportadores liquiden las divisas provenientes de ventas al exterior. La preocupación radica en que, pese a las nuevas condiciones del mercado cambiario, persisten demoras en la liquidación de dólares. Por eso, el Gobierno lanzó una advertencia al sector agroexportador, exigiendo que se acelere el ingreso de divisas para sostener el ritmo de acumulación de reservas.
Inflación y precios de alimentos
Otro frente caliente es el de la inflación, especialmente en el rubro de alimentos, donde se registraron remarcaciones importantes en las últimas semanas. El Ejecutivo mantiene una fuerte disputa con proveedores del sector y busca evitar que se generalicen aumentos que repercutan directamente en el bolsillo de los consumidores.
Aunque inicialmente se temía que el levantamiento parcial del cepo cambiario desatara una nueva oleada de aumentos, las mediciones privadas indican que eso no ocurrió. De hecho, algunas consultoras prevén que la inflación de abril podría ubicarse por debajo del 3%, por debajo del 3,7% registrado en marzo. De confirmarse, sería un dato alentador para la estrategia del ministro Luis Caputo.
Salarios en tensión
El tercer eje crítico es el salario real. El fuerte retroceso del poder adquisitivo empieza a generar tensiones con los gremios. El Gobierno se resiste a homologar paritarias por encima del 1% mensual, lo que promete abrir una etapa de conflicto en distintos sectores. Ante esta rigidez, algunas empresas evalúan esquemas alternativos como bonos por única vez, aumentos fuera de convenio o pagos "a cuenta de futuros incrementos".
Para el oficialismo, el equilibrio es delicado: necesita mantener controlada la inflación sin dinamitar la frágil recuperación del consumo, que sigue deprimido. En este contexto, la expectativa está puesta en los datos oficiales de inflación de abril y mayo. Si la tendencia descendente se confirma, el Gobierno podría sumar aire político y económico para enfrentar los desafíos del segundo semestre.
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