El Congreso le da la espalda a los jubilados y el Gobierno apuesta al blanqueo de dólares
En su columna para Radio Post, el periodista económico Ismael Bermúdez trazó un panorama sobre las pulseadas que lleva adelante el Gobierno nacional contra el aumento para jubilados, la regulación del derecho de huelga y la maraña jurídica que debe sortear para el blanqueo de dólares.
En una semana marcada por el malestar social y la parálisis legislativa, el Congreso volvió a cerrar sus puertas a una mejora en los ingresos de los jubilados, al tiempo que el Gobierno prepara un blanqueo de capitales que promete cero costo fiscal y múltiples beneficios para quienes tienen dólares no declarados.
El intento por debatir en la Cámara de Diputados una actualización del bono previsional y un reajuste del 7,2% para las jubilaciones mínimas fracasó por falta de quórum. La sesión, que buscaba corregir el desfasaje generado por la fórmula de movilidad aplicada en marzo pasado, quedó trunca antes de comenzar. Mientras tanto, en las inmediaciones del Congreso, las ya habituales manifestaciones de jubilados y organizaciones sociales fueron reprimidas con fuerza, afectando incluso a periodistas y reporteros gráficos.
"Adentro del recinto no había quórum y afuera, todo lo que está pasando todos los miércoles: en esta oportunidad con bastante represión, incluso sobre periodistas y fotógrafos", relató el periodista Ismael Bermúdez en su habitual columna en Radio Post. También se refirió al caso de Pablo Grillo, el fotógrafo herido semanas atrás, quien "sigue internado con mejoría, pero todavía le tienen que hacer nuevos tratamientos, incluso podría volver al quirófano".
La iniciativa legislativa pretendía actualizar el bono de $70.000 -congelado desde marzo- y compensar una pérdida acumulada frente a la inflación. "Lo que se quería era ver si se podía aprobar un aumento del 7,2%, teniendo en cuenta que esa fue la diferencia en contra de los jubilados cuando se aplicó la nueva movilidad en marzo del año pasado", explicó Bermúdez. Sin embargo, la falta de apoyo político y la advertencia anticipada del Poder Ejecutivo sobre un eventual veto desactivaron cualquier posibilidad de avance. "El Gobierno anticipó que si tenía sanción iba a ser vetado", agregó.
Además del frente previsional, el Ejecutivo avanzó con cambios en la legislación sobre el derecho de huelga. El nuevo esquema, que exige garantizar entre el 50% y el 75% de los servicios durante una medida de fuerza, despertó críticas en el ámbito jurídico. "Hay una fuerte polémica. Algunos dicen que esto va contra la Constitución Nacional. Además, esta misma redacción ya estaba en el DNU 70/2024 y fue declarada inconstitucional por la Justicia laboral", recordó Bermúdez.
También persisten tensiones en torno a la política salarial. El Gobierno intenta imponer un "cepo" a las paritarias, buscando que los aumentos no superen el 1% mensual. "Ese límite podría profundizar más la baja del consumo, porque estamos teniendo inflación que supera ese nivel. El Gobierno quiere llegar al 1%, pero mientras tanto el cepo ya está vigente", explicó. Y añadió que el Ejecutivo "no homologó muchos convenios porque tenían incrementos superiores", lo que abre un nuevo foco de conflicto con los gremios.
En ese clima tenso, el Ministerio de Economía se prepara para anunciar un blanqueo de capitales. Aunque el ministro Luis Caputo insiste en que "no es un blanqueo", Bermúdez fue claro: "Es un blanqueo". La medida busca permitir que quienes tienen dólares no declarados los ingresen al sistema sin costo, sin penalidades, y sin obligaciones retroactivas.
"Se va a levantar la obligación que tienen los bancos de reportar a la AFIP cuando aparece un depósito sospechoso. Es decir, si aparece un depósito de 100.000 o 150.000 dólares y el cliente no tiene ingresos que lo justifiquen, ya no va a haber una alerta automática", detalló.
La expectativa gira en torno a si la medida será instrumentada por decreto, resolución o alguna reforma normativa de fondo. Más allá de la forma, el Gobierno busca que los dólares ocultos pasen al circuito formal y generen movimiento económico. "Si alguien usa esos dólares para comprar un departamento, eso va a incrementar la actividad, al menos en el mercado inmobiliario", explicó Bermúdez. Pero advirtió que muchos podrían optar por la cautela: "Hay una resistencia muy importante de esa gente a usar los dólares para gastos corrientes. Lo piensan como ahorro o para inversiones más permanentes".
A diferencia del blanqueo anterior, que tuvo un costo y mayor control, este sería casi un "perdón total": "No va a haber que pagar absolutamente nada. Pero hacia adelante, aquel que incorpore sus ahorros va a tener que pagar bienes personales u otros impuestos en función del uso que le dé a esos dólares".
Editó: Carina Pérez