Menescaldi: "Argentina necesita reservas como un seguro para evitar que un shock nos rompa la economía"

El economista de Eco Go analizó el actual rumbo oficial, advirtió por los riesgos de la apreciación cambiaria y proyectó inflación del 31% para 2025. También alertó sobre un mercado laboral sin recuperación en los próximos dos años.

A pesar de las llamas

Entrevistado por el programa "A pesar de las llamas" por Radio Post, el economista Sebastián Menescaldi, director de Eco Go, trazó un panorama crítico sobre la dinámica de reservas, la política cambiaria y el impacto real sobre la economía. "El Gobierno compró 29.000 millones de dólares, pero tuvo que gastar casi todo para cancelar deuda pagando capital e intereses", señaló al inicio, para explicar por qué el Banco Central no logró recomponer su posición neta.

Según el economista, el mercado exige una señal clara: "Para volver a tener acceso tenés que empezar a acumular reservas". Y recordó que la estrategia oficial en el año electoral priorizó otra variable: "Prefirió generar una desinflación más rápida en vez de acumular reservas. La causa fue política".

Reservas como seguro macroeconómico

Menescaldi insistió en que el país no puede prescindir de un colchón financiero:
"Argentina necesita reservas para evitar shocks externos o internos. Es un seguro". El mismo razonamiento se extiende a la deuda: "Vos pedís reservas para poder cancelar la deuda y que sea creíble que la vas a poder pagar".

Para dimensionar la magnitud del desafío, recordó que el FMI pide niveles "de al menos 80.000 millones de dólares". Y planteó que un stock adecuado "despeja el sufrimiento de la incertidumbre política", porque reduce el riesgo de default y desvincula el ciclo electoral de la estabilidad financiera.

El riesgo de la apreciación cambiaria

El director de Eco Go advirtió sobre el instrumento que hoy utiliza el Banco Central para fortalecer reservas -la vía financiera y la entrada de capitales privados- y sus efectos colaterales:

"Depende mucho de la apreciación de la moneda. Y la apreciación te puede romper la estructura productiva".

El riesgo central, dijo, es que un tipo de cambio demasiado bajo afecte a sectores competitivos: "Una empresa vitivinícola que hoy es competitiva, de repente vende a pérdida. Y eso termina en quiebras".

Contrastó ese escenario con industrias claramente protegidas: "Si me decís que una textil va a tener problemas, sí, es probable. Pero si una industria competitiva empieza a quebrar por un tipo de cambio forzado, no me suena razonable".

De dónde pueden venir las reservas

Menescaldi desglosó la estrategia oficial: "El Gobierno busca reservas por endeudamiento público, endeudamiento privado, inversión extranjera directa y saldo de cuenta corriente". Sin embargo, aclaró que el Ejecutivo ya decidió que "no quiere ingresar dólares para el sector público".

La apuesta de fondo es la inversión extranjera directa, aunque advierte que no llegará rápido: "El que viene se viene a quedar diez años. Hoy la inversión fuerte local está en gas; la que podría venir es la de minería".

Y allí subrayó que el RIGI aún no generó la ola de inversiones esperada:
"El RIGI tuvo cosas buenas, pero faltan otras. Para la minería falta una ley de glaciares que cada provincia pueda terminar de reglamentar".

Las cuentas del Banco Central: reservas brutas y netas

Consultado sobre el stock disponible, respondió: "Las reservas brutas son 41.000 millones", aunque aclaró que al descontar obligaciones de corto plazo "las netas están en torno a 3.000 millones de dólares negativos".

El número, dijo, mejoró respecto del inicio de gestión, cuando estaba en -11.000 millones, "pero gran parte de la mejora son los 14.000 millones que te dio el FMI este año".

Bajo la métrica del acuerdo con el organismo, el panorama es más estrecho:
"Ahí estás casi en 17.000 millones de dólares negativos".

Un Gobierno en la cornisa

Menescaldi sostuvo que la administración Milei eligió caminar "al filo":
"Dependés de quién se endeude, cómo y para qué. Y dependés de los flujos de capitales. Si Trump se vuelve loco o estalla una guerra, esos capitales no vienen".

Incluso reconstruyó la lógica política detrás de la estrategia: "La idea era: si acumulo reservas y en 2027 me tengo que ir, el otro me las va a gastar. Esa fue la razón por la que no querían acumular".

Pero para el economista, el razonamiento es equivocado: "Me parece una idea absurda teniendo en cuenta los riesgos. Yo prefiero tener un seguro, aunque me cueste".

Pobreza, ingresos y empleo: un futuro sin rebote rápido

Tras el informe de la UCA sobre la baja de la pobreza por la desaceleración inflacionaria, Menescaldi fue categórico respecto del horizonte laboral:
"El crecimiento de ingresos y empleo va a estar bastante limitado. No veo un cambio sustancial en los próximos dos años".

El único motor posible será el crédito de largo plazo, según explicó. Aun así, adelantó un rebote sectorial: "La construcción puede tener un mejor resultado este año, por obras públicas provinciales y por la eventual reactivación del crédito hipotecario".

Sobre la distribución del impacto del modelo, advirtió una tendencia regresiva:
"Gran parte de la recuperación favorece a un segmento de alta productividad. La clase media está muy complicada y los sectores vulnerables sobreviven por la AUH, la tarjeta alimentaria y el trabajo informal".

Inflación 2025: números, canasta y límites de la baja

A la hora de proyectar precios, Menescaldi ofreció cifras concretas:
"Para noviembre prevemos 2,5%; para diciembre, 2,3%". Los aumentos más fuertes del mes provinieron de "carne vacuna y naftas, que subieron 6%".

Con esos datos, el economista estima que "2025 va a terminar en 31%", un número "muy bueno" para la comparación regional.

Respecto de la promesa presidencial de inflación cero, fue directo:
"El Gobierno necesita inflación. La inflación ayuda a comprar dólares para reservas sin costo". Y moderó las expectativas: "No prevé que la inflación baje tan rápido. En el segundo semestre podría estar en torno al 1% mensual".

La nueva canasta del IPC no alterará la tendencia, pero sí el peso relativo:
"Va a medir más servicios que bienes. El transporte y los servicios públicos pesan más hoy que en 2017-2018".

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