El Gobierno descongela los precios: nafta, celulares, pan y carne encabezan subas de más de 10 por ciento

Una serie de aumentos empiezan a florecer en medio de la parálisis: la puja por actualizar precios atrasados y por contener la inflación, tiene como ganadores a los primeros. Una serie de rubros que empiezan a aumentar, que incluye hasta el servicio de wifi, esencial en la cuarentena.

Marcelo Cantón

Junto a la primavera empezó a llegar a la inflación. Y no es una buena noticia. Se espera que se duplique el ritmo de subas de precios. Y algunos ya están haciendo punta: pan, celulares, internet, carne y nafta están entre los que encabezan el pelotón, con subas de hasta más del 10%.

Con la imposición de la cuarentena, en marzo, el Gobierno impuso un congelamiento de precios para amortiguar el impacto del parate económico. Pero ahora da por terminado ese proceso y es quien autoriza la mayor parte de los ajustes en marcha.

YPF presenta la semana que viene sus balances ante inversores. Sus máximos ejecutivos, muy vinculados al kirchnerismo, convencieron al Presidente que antes de que eso suceda, antes de que deban reconocer pérdidas millonarias, deben generar algún gesto positivo hacia los inversores. Así, por estas horas están definiendo una suba en el precio de la nafta. Las petroleras dicen que debería ser del 8%, pero es difícil que el Gobierno autorice ese monto de una sola vez, lo haría tal vez en cuotas. Pero el ajuste de uno de los precios más indicativos de la economía está ahí, a la vuelta de la esquina.

En tiempos de cuarentena uno de los insumos más imprescindibles son el celular, el cable y el wifi. Bueno, ahí también habrá ajustes. Telecom, Movistar y Claro hablan de aumentos de entre 9 y 11 por ciento para internet y celulares postpagos a partir de setiembre, y la eliminación del congelamiento para los prepagos. Aquí también pesó la autorización oficial: la Enacom fue quien aprobó esos ajustes.

El 15 de julio la secretaría de Comercio autorizó una suba del 4% en el precio del harina. Hoy los panaderos están que trinan. Dicen que van a tener que trasladar ese aumento a los consumidores. Alegan que las ventas han caído mucho, por impacto de la recesión y de que tanta gente se haya puesto a hacer pan en su casa para combatir las horas muertas de la cuarentena. Más allá de la masa madre, en los próximos días empezarán a mover los precios, aseguran.

También a mediados de julio, la secretaría de Comercios autorizó otro ajuste relevante: entre 2,5 y 4 por ciento para los alimentos, bebidas y artículos de limpieza incluidos en "Precios Cuidados". El impacto es mayor a ese listado, claro, porque esos productos siempre actúan como una contención a las remarcaciones de todos los demás bienes de categorías similares. Los movimientos ya empiezan a verse fuerte en las góndolas de los supermercados.

Como si fuera poco, el clima está empujando alzas en el precio de la hacienda vacuna. Los carniceros hablan de aumentos de entre 15 y 20 pesos por kilo. Hay lugares donde el asado superó los $ 600 el kilo. Aquí el Gobierno es un observador, no ha habido autorizaciones explícitas.

La inflación de julio, según el estudio de Orlando Ferreres, cerró en 2,2%. Las estimaciones para agosto son similares. El impacto se empezaría a sentir en setiembre y octubre, donde ya los economistas prevén un índice de 4 o 5 por ciento.

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