Exploración minera, la tarea pendiente de Mendoza que avanza en el mundo

Mientras Chile se posiciona como el gran proveedor de cobre para el cambio de la matriz energética, la Argentina y Mendoza, no aparecen entre los países con mayores reservas. ¿No tiene suficiente potencial o no se explora?

Uno de los objetivos de la Argentina es aumentar las exportaciones mineras. El boom del litio es importante, pero resulta fundamental el desarrollo de proyectos de cobre, porque su impacto en materia económica y en empleo es mucho mayor.

Con esa imagen clara, desde la Secretaría de Minería de la Nación esperan impulsar la producción de cobre y poner a la Argentina en el mapa mundial de ese metal. Para eso, la gran tarea pendiente es la exploración, especialmente en Mendoza, donde hay clarísimas señales de un gran potencial. Sin embargo, el potencial no es suficiente, porque sin exploración, te quedas fuera del proceso de cambio de la matriz energética mundial.

En términos simples, después de una prospección superficial, se realiza la exploración inicial para determinar las principales características geológicas de un depósito. Se determina qué minerales contiene el depósito, cuánto mineral de interés hay y cómo está distribuido. A partir de eso, se realiza una exploración final con estudios de mayor detalle para recopilar datos suficientes como para tener una primera estimación del recurso.

La realidad local

En la provincia hoy no se puede medir -principalmente- por las restricciones que pone la política, ya que los proyectos posibles de explorar no pasan el filtro legislativo, aún cuando en esta etapa ni siquiera hay presencia de químicos.

Desde que se creó la Ley 7.722 se aprobó sólo una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de exploración de un proyecto metalífero. Hierro Indio, el proyecto que ahora iniciará su etapa de exploración en sociedad con la mineral estatal PRC, es el único que obtuvo los votos en más de una década. Por ejemplo, en el camino quedó hace algunos, Cerro Amarillo, proyecto de cobre que vuelve a tener un impulso en un momento clave para la industria minera a nivel mundial.

Hoy en Mendoza se conoce el potencial, pero no la realidad, porque no se han podido cubicar numerosas áreas en las que se estima podría existir gran cantidad de mineral. Por eso, cuando en la actualidad se mira el mapa mundial del cobre, ni Mendoza ni la Argentina aparecen, porque sólo con el potencial no es suficiente y se necesita medir para poder hablar ya de reservas e inversiones posibles.

La exploración es el inicio de un proyecto minero, cuyo proceso completo hasta entrar en producción puede demorar 10 años. Por eso, es el momento clave para comenzar a explorar si se quiere ser parte del proceso de lucha contra el cambio climático, porque la mayor demanda se dará más allá del 2030. Mendoza debería comenzar hoy a explorar para hacer que el potencial sea aprovechado y repercuta en la realidad económica y social de la provincia.

En la actualidad el país con mayores reservas de cobre en el planeta es Chile, algo que no es casual, ya que el vecino país también ocupa el primer lugar en nivel de inversión en exploración por kilómetro cuadrado de territorio.

Al repasar los gráficos vemos como Chile casi duplica la inversión en exploración de Perú, el segundo país en el ranking. Ese porcentaje es proporcional al nivel de reservas que tiene el vecino país sobre el resto de los países del mundo.

El intento mendocino del 2005

En el año 2005 Mendoza emprendió su misión más exitosa al PDAC de Canadá y la intención era buscar empresas que vinieran -justamente- a explorar el potencial de la provincia, pero surgieron las protestas antimineras y la posterior sanción de la Ley 7.722.

Esta etapa, clave para los proyectos, es la que Mendoza esperaba desarrollar en 2005, cuando el director de Minería de este entonces, Carlos Monjo. El geólogo fue a Canadá en busca de inversores con un éxito importante. En conversación con Mendoza Minera, recordó que tras su viaje comenzaron a llegar empresarios mineros que estaban interesados, principalmente, en los pórfidos de cobre que ofrecía la provincia. En ese momento todos venían a explorar, pero todo quedó en nada por la oposición de algunos sectores y la decisión de los políticos de la época.

El por entonces funcionario, dijo que si se hubiese avanzado en exploración en esos años, hoy la situación de Mendoza sería otra y podría haber proyectos en proceso de desarrollo o en producción.

Las estadísticas indican que de 100 exploraciones una se convierte en un proyecto minero en producción, pero en el caso de Mendoza, con los datos que se tienen (y considerando que se trata de la continuidad de una faja que viene de Chile), la exploración de algunas de las áreas que hoy están a la espera de inversiones podría tener un porcentaje de éxito mucho mayor al promedio.

Sin embargo, y como recuerdan siempre desde el sector minero, con las restricciones vigentes es muy difícil también que alguien invierta en exploración porque es muy cara y puede ser dinero perdido si después no va a tener factibilidad de explotar un yacimiento. Eso, no sólo por las restricciones propias de la Ley 7.722, sino también por las que genera la política, la cual ya tiene antecedentes de proyectos que aún pudiendo funcionar con la norma vigente, fueron archivados por cuestiones electorales en la Legislatura.

Lo cierto es que es un momento clave para poder iniciar exploración, de lo contrario, el potencial quedará siempre ahí y pasará el "tren de la oportunidad" para Mendoza.

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