Según el CEFIP, Mendoza recibe más aportes de lo que tributa a Nación
En Centro de Estudios de Finanzas Públicas de la UNLP analizó las diferencias que hay entre lo que cada distrito aporta a la recaudación nacional y lo que recibe, en concepto de Coparticipación y transferencias
El sistema tributario argentino, lejos de cumplir con su objetivo de reducir las desigualdades regionales, tiende a profundizarlas. Esto se debe a una estructura de distribución de recursos que genera marcadas asimetrías entre jurisdicciones.
Según un estudio del Centro de Estudios en Finanzas Públicas (Cefip) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), el problema radica en la ausencia de un mecanismo que acelere la convergencia de los Productos Brutos Geográficos (PBG) per cápita, considerando la disparidad existente entre las provincias con mayores y menores niveles de ingreso.
Este análisis cobra relevancia en un contexto en el que el Gobierno plantea una reforma estructural del sistema tributario y una redefinición del federalismo fiscal, promoviendo una mayor responsabilidad de las provincias en la generación de ingresos propios.
Un informe realizado por los economistas Ana Garriga, Marcelo Garriga y Josefina Paz Gaskín analizó la distribución de recursos nacionales entre los 24 distritos entre 2010 y 2023. A partir de diversos indicadores, se estableció la diferencia entre lo que cada provincia aporta al sistema fiscal y lo que recibe a través de la Coparticipación Federal de Impuestos y otras transferencias.
Provincias con mayor y menor recepción de recursos
El estudio reveló que 18 provincias reciben más fondos de los que generan, mientras que solo cinco tienen un saldo negativo: Buenos Aires, CABA, Chubut, Córdoba y Santa Fe. A partir de 2018, Neuquén se sumó a este grupo, ampliando la brecha a 18 jurisdicciones beneficiadas frente a seis con saldo deficitario.
Dentro del grupo de provincias con mayor recepción de recursos, Formosa encabeza la lista con un coeficiente de 8,94, seguida de Chaco (5,74), La Rioja (5,25), Catamarca (5,06) y Santiago del Estero (4,16). Otras jurisdicciones con altos coeficientes de recepción incluyen Jujuy (3,82), Corrientes (3,64), San Juan (3,62) y Salta (3,13). En un nivel intermedio se encuentran Misiones (2,84), Tucumán (2,65), San Luis (2,62), Santa Cruz (2,09), La Pampa (1,97), Entre Ríos (1,86), Tierra del Fuego y Río Negro (ambas con 1,60) y Mendoza (1,35). Neuquén, en promedio, mantiene un saldo neutro.
Por otro lado, las provincias con saldo negativo presentan los siguientes coeficientes: Chubut (0,97), Córdoba (0,92), Santa Fe (0,72), Buenos Aires (0,57) y CABA (0,17).
Impacto en la distribución regional
El informe del Cefip destaca que, si bien la intervención del Estado nacional tiene un efecto redistributivo similar al de otros países desarrollados, en Argentina este proceso es menos eficiente y, en ciertos aspectos, contraproducente. Mientras que en otras naciones el sistema tributario contribuye a reducir desigualdades, en Argentina agrava la concentración de recursos, deteriorando la distribución regional en un 2,7%.
Además, se observa una disminución en la importancia relativa de las transferencias presupuestarias, las cuales cayeron más de un punto del PBI en el período analizado. Esto afecta especialmente a provincias como Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, que presentan un saldo fiscal negativo y una baja coparticipación per cápita.
Relación entre recaudación y gasto
Uno de los problemas estructurales señalados en el estudio es la falta de correspondencia entre los niveles de recaudación y gasto en los distintos órdenes de gobierno. A nivel nacional, el Estado central concentra el 75,1% de los ingresos fiscales, pero solo ejecuta el 55,8% del gasto público. En contraste, las provincias recaudan el 21,4% de los impuestos y ejecutan el 36,4% del gasto, mientras que los municipios generan el 3,5% de los ingresos y deben cubrir el 7,8% del gasto total.
Cambios en la distribución de recursos
El informe subraya que, entre 2010 y 2023, hubo una reducción sostenida en las transferencias nacionales, acompañada por un incremento en la coparticipación promedio. Entre 2016 y 2018, la coparticipación creció debido al fallo de la Corte Suprema que obligó al Estado nacional a devolver a las provincias el 15% de los recursos retenidos, además del aumento en la coparticipación de CABA.
Sin embargo, a partir de 2019, este proceso se revirtió con una disminución de los fondos distribuidos, tendencia que se profundizó con la pandemia de COVID-19 en 2020 y la reducción de la coparticipación de CABA del 3,5% al 1,4%. Tras una leve recuperación entre 2021 y 2022, en 2023 la coparticipación volvió a caer, acumulando una disminución de ocho puntos porcentuales en comparación con los valores previos.