Qué tiene de bueno y de malo el agua de la canilla en Mendoza... ¿y la envasada?

El ingeniero químico y jefe del laboratorio del EPAS Claudio Rigoni habló sobre las redes y fuentes del agua en Mendoza y cómo se trabaja el servicio que consumimos en nuestros hogares.

Una de las dudas más comunes al momento de hablar de agua es en qué condiciones está el agua que consumimos cotidianamente de la canilla. El ingeniero químico y director del laboratorio del Ente Provincial del Agua y de Saneamiento (EPAS) Claudio Rigoni habló con Gabriel Conte, Evangelina Argüello y Hernán Bitar en "Tenés que saberlo", por Radio Jornada 91.9, 100.1 de San Martín y FM del Condado 96.9 de Luján, y explicó el procedimiento de control del agua en Mendoza.

"Lo que por ahí la gente no sabe y tiene que saber es que la provincia de Mendoza tiene varios tipos de operadores que brindan el servicio de agua potable. La principal empresa operadora es Aysam, la ex Obras Sanitarias, pero después existen tres municipios que operan agua, exclusivamente en sus áreas, que tienen algún influencia de Aysam pero en su mayor porcentaje territorial lo dan ellos: Tupungato en el 100%, Maipú diría en un 95% y Luján de Cuyo en un 90%. Pero después hay unos 150 operadores de gestión comunitaria, que son uniones vecinales, cooperativas. Esas pequeñas entidades, que están distribuidas a lo largo de toda la provincia, operan más de 200 fuentes de agua potable. El tema es que esas fuentes de agua potable, cuando entran a distribución, pueden mezclarse con otras fuentes y el agua que llega de red al usuario es una mezcla", explicó Rigoni.

El ingeniero explicó que todas esas fuentes son inspeccionadas y controladas por el EPAS: "Se controla la calidad del agua que le llega al usuario. Se controla la fuentes del punto de vista físico químico bacteriológico y se hacen análisis de metales pesados, de sales, de aniones y cationes mayoritarios desde el punto de vista microbiológico. Cuando encontramos desviaciones, que pueden ocurrir porque es normal, hay desviaciones desde el punto de vista estacional, se puede romper una fuente. Inmediatamente se notifica y se activan mecanismos para solucionar estos problemas. Algo que está bien hoy, mañana pasa a estar mal y lo que se hace son controles periódicos garantizando que en el tiempo estén bien".

El docente universitario señaló que los pequeños operadores utilizan casi en su totalidad agua de perforaciones, ya que es más fácil de operar y no requiere una gran infraestructura: "Si bien en la provincia de Mendoza el suministro de agua, el porcentaje mayor debido a que las empresas grandes como Aysam o los municipios tienen plantas superficiales, el 75% del agua que se consume es de origen superficial, pero el otro 25% es de origen subterráneo que se mezcla con el agua de las plantas de origen superficial".

Sobre los filtros que se colocan en las canillas de los hogares, el ingeniero explicó que estos quitan cloro y, en algunos casos, ablandan un poco el agua: "Mendoza, desde el punto de vista geográfico, tiene una hidrogeología en la que todas las aguas son duras. Siguiendo un orden de prioridad en cuanto a lo que es las normativas y lo que se tiene que cumplir en cuanto a calidad, la OMS dicta guías y recomendaciones en cuanto a calidad. Eso no es una ley, es una guía y recomendación, cada país después adhiere o no con una ley. En nuestro caso, la ley madre es el Código Alimentario Argentino, en el capítulo 12, el artículo 952 es el que trata específicamente el agua potable en red. El código también dice que cada provincia puede tener o no su normativa, el territorio es tan extenso y las características hidrogeológicas son muy variadas y distintas".

En esa línea, Rigoni explicó que el EPAS tiene su normativa sobre la calidad del agua en Mendoza: "Difiere en los parámetros estéticos por ejemplo en dureza: el Código dice que tiene que haber 400 miligramos por litro de carbonato de calcio en dureza y nosotros aquí tenemos normado 500. No obstante eso, como es un parámetro estético, en los lugares donde no hay agua mejor o hacer un tratamiento hace que no sea viable eso, podemos aceptar y autorizar un agua que tenga 600, 700 de dureza porque no hace mal a la salud. Eso lo dice la OMS, lo dicen desde la parte de salud, todo lo que tiene que ver con la parte médica".

Además, el titular del laboratorio del EPAS explicó que las cañerías afectan al agua cuando llega a los domicilios: "El agua una vez que sale de las perforaciones se clora y empieza a sufrir una oxidación de todo lo que es la materia orgánica y algunos elementos que pudieran salir junto a unos minerales con el agua, puede haber diferencias, por eso también se controlan las redes no solamente las fuentes. Por ahí se mezclan las fuentes y lo que va por las redes es una mezcla de distintas fuentes y justamente por eso se hacen los controles de las fuentes y también de las redes".

En referencia al agua embotellada, el ingeniero explicó que no se encuentra dentro de la órbita del EPAS, sino de la Dirección de Industria y Comercio y que se rige por el Código Alimentario Argentino: "Eso lo controla la Dirección de Industria y Comercio y tiene su reglamentación desde lo que es un establecimiento, tener los registros nacionales y provinciales de establecimiento y de productos alimenticios, los RNPA o los RNE. Como todo producto alimenticio, tiene un vencimiento que respetar y tiene que tener un análisis, pero no entra en la órbita del EPAS. Desde el punto de vista legislativo, tiene que tener un vencimiento como cualquier tipo de alimento, no quiere decir que se va a poner fea, pero el vencimiento implica que el que fabrica el alimento le da la garantía de eso hasta cierta fecha. El tema es que después, uno como usuario o consumidor, una vez que entra a los distintos lugares de distribución, ya queda bajo su responsabilidad cómo almacena o guarda eso. El tema de que se ponga feo depende de muchas cosas".

Finalmente, Rigoni explicó que los minerales que componen el agua de la red no son los causantes de generar cálculos en las personas: "La dureza del agua la dan el calcio y el magnesio. Hemos hecho averiguaciones en conjunto con la gente de salud, con el doctor Sergio Saracco siempre hablamos de estos temas. Lo que produce los cálculos en las personas no tiene nada que ver con este tipo de calcio y magnesio mineral que está en el agua. El origen viene de otras formas de calcio y magnesio, no tiene nada que ver con la dureza del agua".

Esta nota habla de: