Maslatón, liberal y disruptivo: "Mendoza está mejor que el país, es una relación de 10 a 1"

El contestatario analista financiero, Carlos Maslatón, charló en profundidad con Memo. Aquí, un resumen de su visión anti cuarentena en donde despotrica contra los "oscuros comunistas que gobiernan el país" y resalta a la provincia por sobre Argentina.

Se define como un hombre de mercado y de análisis financiero de tendencias. Y sin lugar a dudas lo es, tal cual lo contará Memo en su nota de este domingo. Por algo lo conocen, en el mundo de las criptomonedas, como "el rey del bitcoin". Pero, además, por su pasado de militancia, sus intereses e ideología, Carlos Maslatón es un tipo que habla mucho de política y lo hace sin ningún tipo de filtro.

Así es que en una entrevista a fondo, se refirió a las figuras políticas con las que no coincide, "los oscuros comunistas que gobiernan"; de aquellas con las que a pesar de no pensar igual tiene cosas para destacar; del mal manejo que, según su visión, ha hecho Nación de la pandemia; y, en comparativa, de lo bien que ha hecho las cosas Mendoza y del potencial que tiene.

Por supuesto, fiel a su esencia financiera, vincula todo el tiempo sus análisis políticos con la economía. "Mendoza está mejor que el país. Es una relación de diez a uno. Argentina está en el peor momento de su historia. Es una decadencia, desde lo económico, que lleva cinco décadas y media. Empezó en 1.966 y creo que está terminando ahora. Octubre será el peor mes en 55 años, lo que significa que es el peor momento. Pero de ahí va a empezar una recuperación nacional general, con irrelevancia de lo que haga el Gobierno. El Gobierno puede hacer cualquier cosa pero siempre las fuerzas reales de la sociedad comienzan a recuperarse antes de que los gobiernos se aviven y tomen las decisiones correctas", comienza marcando.

-¿A qué fuerza se refiere?

-A la economía. La gente que quiere trabajar. Lo que pasa que esta última fase de la crisis, que empezó en noviembre de 2017, tiene un agregado adicional que son dos causas. Una, el endeudamiento del gobierno del expresidente Macri y la nueva quiebra financiera argentina, que es lo que le impidió a Macri seguir en el poder. Otra, la decisión de este gobierno de Alberto Fernández de continuar con la misma política monetaria de Macri, sumado a este chiste que significa ‘como tengo miedo a una enfermedad, cierro todo, cada uno se va a su casa y no se puede trabajar'.

Esto es una locura absoluta, que ha tenido su grado máximo de determinación de cierre y de eliminación de la libertad, principalmente en Buenos Aires (y también en Formosa). Es delirante porque en Buenos Aires coincidieron el gobierno Nacional con el municipal de Rodríguez Larreta. Los dos muy restrictivos y han destruido la Ciudad de Buenos Aires que ya venía en decadencia.

Yo comparo la ciudad de Buenos Aires con Mendoza y ustedes, mendocinos, no saben cuánto mejor está -en proporción- Mendoza que Buenos Aires. Acá, este miedo, que yo ni siquiera llamo coronavirus, lo han manejado muchísimo mejor. Valoro mucho que aquí hay actividades que se pueden hacer con libertad.

De hecho, decidí venir a Mendoza porque sabía que aquí había este grado de libertad que en Buenos Aires no existe hace un año y medio. Parece una política de odio; todo lo que genera divisas y trae productividad, lo cerramos.

-¿Cuál es la intención de hacer algo así?

-Creo que estamos gobernados por extraviados mentales de ideología comunista. Estos son términos quizá poco comunes o pasados de moda en Argentina. Pero ayer, en Madrid, revalidó sus títulos Isabel Díaz Ayuso (del Partido Popular), que es una de las pocas dirigentes políticas en el mundo que decidieron no formar parte de la cadena del miedo del covid y decidieron: acá se trabaja, vamos a mantener la vida lo más normal posible.

Y esto que ocurrió en España es muy valioso. Lo que tengo registrado de grandes ciudades del mundo, las que son libres, hubo dos que fueron disidentes. Caso aparte es el de China, uno de los chistes más impresionantes porque fabricó el virus, asustó al mundo entero con videos trágicos donde la gente se moría en la calle, y siguió con normalidad. Y acá, en Occidente, compramos el buzón de la propaganda. Esto no es negar la existencia de una enfermedad, simplemente el tratamiento que se le da a algo que a mí me parece normal.

Los dos lugares en el mundo pudieron estar al margen de esta oleada espantosa de controles, cierres, clausuras y fundiciones económicas, que fueron Miami y Madrid. Y justamente en Madrid -que no es de lo más de derecha que existe-, el pueblo decidió premiar a esta dirigente que ha mantenido la vida.

A mí me parece que Mendoza, en comparación a Buenos Aires, es inteligente en lo que ha hecho hasta acá. Después, esta semana, me entero de que le van a pedir el número de DNI al que vaya a un restaurante. Todas cosas absolutamente inútiles e innecesarias.

-¿Por eso usted rompía la cuarentena e iba a comer a lugares clandestinos el año pasado?

-En lo personal, lo confieso, violé absolutamente toda normativa del coronavirus. Intencionalmente lo hice, es un acto de protesta política. No me distancio, no uso barbijo.

-¿No se contagió de covid-19?

-No, no tuve ni voy a tener. Porque así lo decidí. La enfermedad tiene mucho que ver con la voluntad, con no ponerse débil. Mi olfato y mi gusto están perfectos, de hecho están mejor.

Y retoma nuevamente la idea en la que hace énfasis todo el tiempo instando: "Creo que los mendocinos tienen que asumir la importancia del lugar que tienen y que ocupan en Argentina. Porque además, puede ser un lugar importante del mundo. Más de lo que ya ha sido. Con todo lo que tiene para ofrecer en materia de turismo y de potencial económico. Es simplemente cuestión de asumir la realidad, decir yo quiero ser mucho más de lo que soy ahora, y van a poder serlo".

"Argentina y Mendoza tendrán un futuro brillante cuando salgan de la crisis comunista"

Por la cantidad de seguidores que tiene en sus redes y por lo disruptivo de su ser, a Maslatón, que es abogado de profesión, lo llaman el "influencer financiero más polémico". Pero él, a la antigua usanza, prefiere llamarse forista dentro de una comunidad de gente que lo sigue.

"Soy una persona que opina de numerosos temas; políticos, sociales, culturales, económicos, gastronómicos. Comento lo que hago y esos comentarios son seguidos por personas, muchas de las cuales están en contra de lo que digo y hago. Lo cual es mucho mejor porque se genera diálogo. La vida consiste en discrepar, no en acordar. Así que está bueno tener diferentes opiniones", remarca.

-¿Qué es lo que más le gusta de todo lo que hace?

-Soy un hombre de mercado y de análisis financiero de las tendencias. Así como dije lo de la crisis también veo que tanto Argentina como Mendoza tendrán un futuro brillante. Van a volver a ser lo que fueron y mucho más y mejor.

-Es de las pocas personas que ve ese futuro tan optimista...

-Sí, pero en materia de finanzas generalmente se da lo que opina la minoría, no la mayoría. Eso opera al revés de la política, donde para ganar tenés que juntar votos. Acá para ganar, tenés que tener gente en contra. Es un fenómeno de la naturaleza de los estados financieros.

Si bien ya está retirado de la política, que ejerció entre el 82' y el 92' con cargos legislativos (fue concejal de la extinta Ucedé) y hasta armó una agrupación universitaria cuyo primer triunfo fue en Mendoza (en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNCuyo, en 1985), luego se abocó al mercado de las finanzas. 

"Pero, como escribo en mis redes todo el tiempo de política, por ganas y placer, hay gente a la que le interesa lo que digo. Por más que esté en contra", reafirma.

-¿Ve diferencias entre el presidente y la vicepresidenta del país?

-Creo que Alberto es mucho peor que Cristina. Porque es un tipo que no sabe lo que hace. Veo algo bueno en CFK, que se ve molesta con el barbijo y eso a mí me dice mucho. Me dice que ella no hubiera tomado estas medidas ridículas ni hubiese basado su gobierno en la apología permanente del control del virus. El daño que causa Alberto frente a la prevención del peligro, no se justifica. Pasa que ella no tiene consenso para ser presidenta.

Lo mejor para el país es que caigan los dos, haya Asamblea Legislativa, presidente provisional y elecciones nuevas. Espero que no terminen su mandato porque Fernández está loco, es un demente el tipo. Un tirano de aldea.

-Vive en Buenos Aires usted, ¿qué le parece la gestión de Rodríguez Larreta?

-Estoy muy en contra de "Sombrilla Larreta". Le digo así porque en una época inauguraba plazas secas de arena, ponía una sombrilla amarilla y él aparecía ahí abajo. Es una persona totalmente equivocada. No me gustó la especulación política que hizo el año pasado, aliado al gobierno de Fernández y dando conferencias con él y Kiciloff. Yo soy liberal y no creo en las restricciones bajo ningún concepto ni por ninguna causa. Larreta parte del principio de que está todo prohibido y él, como buen señor feudal o dictador comunista, va permitiendo algunas cosas. Ese proteccionismo llega a ser comunismo.

Él me decía a qué hora podía salir a andar en bicicleta, una locura total. Un día salí a hacer gimnasia, eran más de las 11, me pararon dos inservibles de la Municipalidad de Larreta y me dijeron que me pusiera el barbijo. Les dije que no porque estaba haciendo gimnasia y que le dijeran al comunista de su jefe que yo lo desautorizo. Terminé a los insultos, casi a las trompadas. 

No acepto esas normas, estoy en contra. Si las quieren aplicar, que decreten el Estado de sitio. El Gobierno no puede imponer esta clase de normas. Es un gran enemigo de la libertad. Y para mí todo lo que hago, por ideología y sentimiento, está signado por la libertad. Prefiero a Lammens.

Como punto siguiente para afirmar sus dichos, casi casi de memoria, Maslatón cita el artículo 19 de la Constitución Nacional: "Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe".

Es de 1.853 y es poético. Por eso Argentina fue un gran país y creo que, cuando terminemos con esta etapa oscura de comunismo que estamos viviendo, vamos a volver a ser el gran país que fuimos. Con Mendoza, probablemente, a la vanguardia del desarrollo.

-¿Con alguna figura política actual se siente identificado?, ¿Tiene cierta simpatía por Cristina Fernández?

-No, yo creo que Cristina es una excelente política, muy inteligente, lo más brillante de la Argentina pero usa todo para mal. Estúpidamente porque lo podría hacer para bien. Y me gusta que le moleste el barbijo. Eso sí.

Dos personas que me gusta cómo están haciendo las cosas más allá de que no piensen como yo ni tenga nada que ver con ellos son Patricia Bullrich, del PRO, que en el último año y medio se portó bien y Sergio Massa, del oficialismo. Brillante político, con mucha opinión negativa pero creo que él en el gobierno sería un tipo que podría sacar a Argentina adelante.

-¿Usted no se ve volviendo a la política?

-Es que no tengo tiempo. Tendría que tomar una decisión vocacional y funcional. Yo además solamente puedo ocupar un cargo público. ¿Cuál es?, pregunta invirtiendo los roles de entrevistado a periodista. 

"Presidente", afirma esta cronista que ya presentía, por toda la charla anterior, para qué lado iba su sugestiva pregunta.

"Así es, yo sólo podría ocupar el cargo de Presidente. Puedo ser diputado pero me aburre. No volvería jamás. Si fuera ministro, me pelearía con el presidente. Pero siendo presidente usaría mis poderes vía decreto en todo lo que se pueda. Lo que no, va al Congreso, que es importante. Pero para eso lo tendría que decidir y que se dé el aparato político, que no lo tengo armado. Como ciudadano si veo algo bueno lo voy a decir. Es más, yo quiero equivocarme y que vaya todo bárbaro. Soy fanático de Argentina, de su historia, de su gente, de sus símbolos. Quiero que volvamos a ser un país espectacular y creo que a eso vamos", cierra el hombre más anticuarentena del país, dejando en el aire mucho para pensar. 

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