Prepagas: Sin lugar para los débiles

Un breve repaso por la dinámica de incrementos en los servicios de medicina prepaga, evolución salarial, inflación y el mapa de cobertura sanitaria en Mendoza.

Hernán Bitar

En medio del debate por las fuertes subas en los precios de las obras sociales y prepagas, hay que poner la atención en cuánto impactan las subas en relación a los salarios y cómo es el mapa de atención sanitaria en Mendoza.

Cada mes, se hace más difícil para el promedio de las familias argentinas acceder o mantener un plan de salud privada, por el contexto de alta inflación que vive el país en los últimos 10 años.

El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), señaló en su último informe que, desde 2013 y hasta abril de 2024, la inflación para un plan puntual de una empresa de medicina prepaga tuvo una suba del 28.205%, o para ponerlo en pesos, saltó desde los $806 que costaba hace una década, a $227.000 pesos que cuesta en la actualidad.

Aunque el dato anterior parece durísimo, si se compara con la inflación acumulada en la última década (IPC) y la remuneración promedio de trabajadores en relación de dependencia (RIPTE), que publica la Secretaría de Trabajo de la Nación, la situación es aún peor.

La inflación acumulada del Índice de Precios al Consumidor (IPC) entre 2013 y 2024 es del 17.966% y el salario promedio acumula una suba del 10.623%.

Otro aspecto fundamental para entender el mayor nivel de dificultad para sostener un plan de medicina prepaga es calcular la proporción del gasto en relación al salario registrado promedio.

Siempre según el IARAF, en el año 2013 el gasto para tener un plan de medicina prepaga consumía apenas el 11% del salario formal promedio. Mientras que, en el periodo que va desde el año 2016 hasta el año 2019, la incidencia de la obra social sobre el salario aumentó a un promedio del 19%.

Por su parte, en abril de 2024, el gasto en medicina prepaga dentro del salario tendría en el mejor de los casos y dependiente el tipo de prestación, una incidencia del 30%.

Para graficar en pesos y con los últimos datos oficiales sobre el salario promedio, un plan de medicina prepaga tiene un costo promedio de $227.000 mientras que la remuneración promedio (RIPTE) es de $619.007,05.

El mapa de cobertura médica en Mendoza

De acuerdo a la última Encuesta de Condiciones de Vida elaborada en 2022 por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económias de Mendoza (DEIE), el 59,2% de la población posee cobertura de OSEP, PAMI u otra obra social o prepaga.

Según el relevamiento, la Ciudad de Mendoza es el departamento que presenta el porcentaje más alto de población con cobertura de OSEP, PAMI u otra obra social o prepaga, con el 73,9%; mientras que San Carlos, es la comuna con el porcentaje más bajo de población con este tipo de cobertura, alcanzando el 42,5%.

Respecto a la cobertura de salud por zona de residencia, se observa que en las zonas urbanas de Mendoza es mayor el porcentaje de población con OSEP, PAMI u otra obra social o prepaga, que en las zonas rurales.

Además, el informe destaca que en las zonas rurales de Mendoza más de la mitad de la población (54,7%) sólo accede al sistema público de salud o a un servicio de emergencia.

Mientras que, en las zonas urbanas la población que está cubierta solamente por el sistema público representa un porcentaje bastante menor, de apenas el 36,2%.

El último dato para comprender la importancia del sistema de salud público de la provincia, y con datos oficiales es que respecto de los lugares de atención, más del 50% de la población de Mendoza, demanda atención en hospitales públicos o centros de salud.

En segundo lugar, figuran quienes buscan atención en hospitales o consultorios de obras sociales con un 33,3% y con un porcentaje considerablemente inferior, se encuentran quienes se atienden en hospitales o consultorios privados con un 16%.

Con todos estos datos y sumando que en Mendoza la última medición de la DEIE para el mes de marzo del 2024, arrojó que una familia tipo de 4 personas necesita casi $684.753 para no ser pobre, resulta más que evidente que cada vez mas familias demandarán atención al sistema público de salud.

Además, aunque exista libertad de opción y un DNU presidencial que aparente buenas intenciones a la hora de desregular el mercado, la lenta recuperación del poder adquisitivo, significará que el sistema privado de salud, seguirá sin lugar para los débiles salarios.

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