Narcos que compiten con el Estado: la amenaza del Comando Vermelho en Río y la advertencia para Argentina
Lo que sucede en Rio de Janeiro, a fondo, en el análisis del criminólogo Eduardo Muñoz.
El Comando Vermelho demuestra algo más grave que violencia armada: capacidad para gobernar territorios, imponer normas y ganar legitimidad donde el Estado se retiró.
Helicópteros blindados sobrevolando el Complexo da Penha y el Complexo do Alemão. Francotiradores en azoteas. Familias obligadas a tirarse al suelo.
Las escenas del reciente megaoperativo en Río de Janeiro no pertenecen a una zona de guerra extranjera, sino a una ciudad latinoamericana donde el Comando Vermelho (CV) desafía al Estado dentro de su propio territorio.
Informes de prensa internacional documentan cómo estas facciones ejercen control con armamento avanzado y vigilancia constante.
El CV ya no es solo un grupo narcotraficante. Es una estructura criminal con capacidad militar, control social y legitimidad informal en zonas donde el Estado hace décadas dejó de ser relevante. Allí, el CV regula horarios, castiga conductas, resuelve conflictos vecinales y "garantiza orden" bajo amenaza de muerte. En términos criminológicos hablamos de gobernanza criminal y soberanía fragmentada: cuando el crimen no sustituye la ley, sino al Estado.
El poder real no vive en la favela: la élite del narco
Existe un mito cinematográfico que imagina al gran narco viviendo en el corazón del territorio que domina. La realidad es distinta: los verdaderos jefes rara vez pisan las favelas que controlan.
Mandar desde zonas seguras, diversificar inversiones, lavar activos y tejer alianzas políticas les permite comprar impunidad y expandir su poder. Mientras tanto, la favela se convierte en un campo de reclutamiento, disciplina y muerte para jóvenes vulnerables.
Los fusiles son visibles. El poder real, no.
Río como espejo incómodo para Argentina
Brasil perfeccionó un modelo que combina captura territorial e infiltración institucional, como se vio también en México y Colombia. Río exhibe ambos: control de barrios y expansión a la política y economía local.
Argentina aún no enfrenta organizaciones con la capacidad militar y territorial del Comando Vermelho, pero existen indicadores que llaman a estar alerta:
- - Zonas donde el Estado llega tarde o nunca
- - Economías ilegales que atraen a jóvenes vulnerables
- - Redes criminales con creciente capacidad financiera
- - Corrupción que habilita expansión
- - Comunidades que confían más en actores informales que en instituciones
El crimen organizado no crece cuando surgen las armas. Crece cuando surge la necesidad social que puede explotar.
La verdadera batalla: legitimidad vs. violencia
La pregunta no es si existe narcotráfico en Argentina, sino si el Estado está presente, legítimo y efectivo donde más se lo necesita.
La solución no se reduce a la acción policial ni a las políticas sociales por sí solas: se trata de legitimidad estatal.
Cuando el Estado llega tarde, solo lo hace con armas.
Cuando llega a tiempo, lleva servicios, justicia y oportunidades, fortaleciendo la confianza de la comunidad.
El narco no invade: se instala donde el Estado se retira.
Si Argentina quiere evitar que el crimen organizado controle los barrios, debe actuar ahora, antes de que esta amenaza se transforme en realidad.